| cincuenta y cinco |

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Le había avisado a Keth que no iría vestido de traje, pero lo que menos se esperaba era que él tampoco lo hicera.

Keth llevaba un sweater beige de cuello alto y pantalones oscuros de jean. En cuanto a formalidades, él estaba mejor que Cal porque mientras que este último llevaba zapatillas, su amigo tenía puesto zapatos negros para completar el atuendo.

―¿Así que una remera de mangas largas de Imagine Dragons es demasiado casual? ―Preguntó Cal.

―Definitivamente. ―Corroboró Keth con una sonrisa―. ¿Qué dijo Mae cuando te vio?

Cal se encogió de hombros y sonrió.

―Que me veo espectacular ―Keth sonrió―. ¿Qué dijo Melanie?

―Que soy más atractivo que tú. ―Melanie resultó ser el nombre de aquella morena tan agradable.

―Tiene razón ―aceptó Cal de buena manera―. La verdad es que estás precioso.

Keth se rio sonoramente.

―Mae se ve linda ―señaló al lugar donde Mae estaba hablando con un chico de cabello oscuro con rizos. Ella se reía de algo que él estaba diciendo, pero Cal y Keth estaban demasiado lejos como para escuchar de qué hablaban―. ¿Cómo se llama él?

―¿Su nombre no es Ezra? —Preguntó Cal. Keth asintió como si lo recordase de repente―. Sí, creo que comparto una clase con él.

―Es nuevo. Está en mi clase de literatura, junto con Mae. Es todo un cerebrito.

―No creo que pueda ganarte.

―Parece que sí ―se encogió de hombros. Melanie se acercó a Keth y le sonrió de una manera melosa.

―¿Quieres bailar, Keth?

―No, la verdad es que estoy cansado.

―Sólo llevamos tres horas aquí. ―Se quejó ella, haciendo un puchero. Cal estuvo tentado a decirle que él mismo la llevaría con tal de sacarla de ahí.

―Eso es mucho para mí ―iba diciendo Keth cuando Mae llegó y tomó la mano de Cal.

―Tienes que hacer algo por mí ―le pidió. Cal levantó las cejas―. Tienes que besarme.

¿Quieres ser su novia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora