epílogo

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Había cosas agradables; como ser amable, los videojuegos y hacer reír a Keth.

Y luego estaban las cosas difíciles; como pensar.

Calum había estado en varias de esas listas de posiciones a lo largo de su adolescencia.

Cuarto puesto en el ranking de mejor físico. Segundo en el de sonrisas. Orgulloso primer lugar en lo que Lisa le comentó se llamó "El muchacho con los ojos más bonitos de toda la escuela." A veces no le importaba demasiado, luego había días en lo que aquello le subía el ánimo.

Sí, había varios puestos de los cuales podría recordar su nombre escrito en ellos y sonreír pero, aunque jamás entró en ningún top 5 de los más inteligentes, estaba seguro de que no era idiota.

Y justamente así era como se sentía en ese momento. Jamás le había importado mucho el hecho de que se le escaparan algunas cositas pero cuando Keth lo observó esa mañana y arrugó la boca de aquél modo, supo que algo había hecho mal.

Lo repasó todo en su mente; se había acercado a él con la mejor de sus sonrisas (porque Keth le había comentado algo de los hoyuelos una vez) y le deseó buen día. El rubio le había contestado con una sonrisa y comenzó a parlotear sobre un examen de química. Cal intentó prestar atención pero se encontró a sí mismo asintiendo como un idiota y preguntándose internamente qué pasaría si lo besaba ahí mismo. Sí, habían pasado un par de días desde el baile pero aún no discutían muy bien el tema de dónde sí me puedes besar y la verdad es que no sabía como sacar el tema sin parecer un idiota desesperado...

—A ver, Keth, ¿te puedo besar o qué?

Le hubiera gustado ser más romántico, pero ya había esperado unos buenos años. Le quedaba toda la vida para las rosas y los bombones..., si es que a Keth le gustaban esas cosas, claro.

El rubio lo observó con la boca entreabierta, sonrojándose. Bueno, decir que eso era un sonrojo era tomárselo con calma, porque la verdad es que Keth estaba bordó.

—¿Qué? —Replicó—. ¿No te parece que te has olvidado de algo, Calum?

—¿Olvidarme de qué?

Keth suspiró mientras ponía los ojos en blanco. "Piénsalo". Sabía leerlo bastante bien... Pero claro, ahora habían entrado hace media hora a  la clase de matemáticas y no se le ocurría cuál podía ser el bendito problema.

Garabateó una nota intentando hacer su caligrafía decente.

«Keth, ¿lo que se me olvidó es importante?»

La respuesta no tardó en llegar.

«Bastante»

Bufó al leer aquella palabra solitaria. Genial, era bastante importante para Keth y a él se le había olvidado por completo. Se sentía como si puediera entrar en el top 3 de una lista llamada "El peor novio de toda la preparatoria" y encabezarla. Seguro que Donna vendría mañana a decirle algo como; "Oye, Calum adivina en qué ganaste el primer puesto..." y entonces su cerebro se iluminó.

Sonrió arrugando la nariz por haber permitido que algo como eso se le escapara mientras escribía una nota con su tinta verde.

Ya, se sentía como un crío pero si era tan importante para Keth ... Además, después de eso, seguro que le dejaba darle todos los besos que quisiera.

«Entonces, mi querido Keth...

¿Quieres ser mi novio?»

¿Quieres ser su novia?Where stories live. Discover now