Capítulo 1

24.5K 805 55
                                    

Quito los cascos de mis oídos y los guardo en mi bolso al igual que mi móvil al aterrizar el avión. La gente comienza a salir del avión rápidamente con sus maletas nada más abrir las puertas. Madre mía, pero qué prisas tienen algunos... es estresante vivir corriendo todo el rato. Me levanto de mi asiento tranquilamente y tras colgar mi bolso por mi hombro derecho y coger la maleta pequeña salgo del avión.
Sonrío satisfecha.

Por fin en Los Ángeles. Después de estar dos años fuera de mi país, ya tenía ganas de volver a casa, aunque he estado genial en Italia. Eso si, espero volver a verles pronto a mi familia italiana, desgraciadamante nos vemos muy poco por culpa de la distancia y desde que falleció mi padre es aún más complicado.

Después de estar un rato esperando a mis maletas, por fin llegan y me siento en un banco con ellas a la espera de mi madre, no sé si Nick vendrá la verdad. Estos años que he estado en Italia apenas hemos hablado una vez al mes por Skype. Cuando eramos más pequeños eramos muy unidos, pero poco a poco nos fuimos distanciando y una vez que fui a Italia prácticamente perdimos el contacto, además no es que él sea un chico muy cariñoso, bueno yo tampoco, pero más que él si, así que no sé cómo reaccionará cuando me vea. ¿Me dará un abrazo? ¿Me dará dos besos? ¿Me saludará con la mano...? Espero que no sea la última opción.

Alzo la mirada para ver si hay rastros de mi madre o mi hermano y tras un rato en busca de ellos veo a una mujer con unos botines, unos vaqueros ajustados, una camisa de rayas, un bolso gigante en su hombro izquierdo y una melena castaña con ondas caminando a paso apresurado, a su lado derecho se encuentra otro chico con unas zapatillas negras, unos vaqueros claros que casi lleva por los suelos y una camiseta ancha color granate. Sonrío ampliamente al ver a mi familia y me pongo de pie. Nick me ve y le dice algo a mi madre con una sonrisa mientras me señala con su dedo índice. ¿Este chico, no sabe que hacer eso es de mala educación o qué?
Mi madre comienza a caminar más de prisa con una gran sonrisa y nada más llegar hasta mí me envuelve en sus brazos.

-Hija mía, cuánto has crecido- me dijo aún sin soltarme y solté una risita.

Como echaba de menos los abrazos de mi madre. Cuánto la echaba de menos. Después de unos largos segundos abrazándonos nos separamos y le miré a mi hermano quien nos miraba con una sonrisa. Nos quedamos mirándonos uno al otro hasta que abrió sus brazos para recibirme.

-¡Hermanita! ¡Ven aquí!-gritó riendo. Sonreí y no dudé en ir corriendo a los brazos de mi hermano mayor aunque al principio me sorprendió su entusiasmo. Envolví mis brazos por su cuello y él me abrazó por la parte baja de la espalda para a continuación comenzar a dar vueltas conmigo por lo que comencé a reír llamando así la atención de varias personas. No me sorprende, a decir verdad mi risa es muy escandalosa, peculir y contagiosa.

Cuando volvió a dejarme en el suelo y le miré a sus ojos mieles me di cuenta de cuánto le había extrañado en estos últimos dos años. Fruncí el ceño y cogí unos mechones de su cabello rubio.

-¿Pero qué hiciste en el pelo estúpido?-dije riendo levemente mientras tocaba su cabello.

-Un cambio de look- me guiñó el ojo y pasó su mano por el pelo hacia atrás.

-Estás hecho todo un pijo- me crucé de brazos y negué divertida.

-Lamento interrumpir este momento tan bonito, pero tenemos que irnos a casa- nos avisó mi madre con una sonrisa- Mañana comienzas el instituto.

Y es ahí cuando mi gran sonrisa se va desapareciendo poco a poco hasta que mis labios se quedan en una linea recta. Cabe decir que yo muy pocas veces pierdo la sonrisa, casi siempre estoy sonriendo, pero en cuanto escucho la palabra instituto no me puedo resistir a dejar de sonreir, algo totalmente normal.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora