Capitulo 23

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   En el capítulo anterior ...

   - No hay porque lamentarnos más, Victoriano. - dijo ella alejándose. - Ya está hecho. Como le dije la primera vez que nos reunimos, hicimos nuestras elecciones, y nos separaron para siempre.

   - No, no para siempre. - dijo él acercándose a Inés. - Estamos aqui. Juntos de nuevo.

   Se van acercando. Sus rostros, sus respiraciones, sus corazones.Parecía que todo funcionaba al mismo tiempo.
Victoriano acariciaba el rostro de Inés, limpiando algunos vestigios de lágrimas que aún quedaban. La mira en el fondo de los ojos y ...

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   Sus labios se acercan, hasta que se tocan un beso lleno de ternura y amor.
Inés por un instante, se entrega ese beso. Está en los brazos de Victoriano era como un buceo de ojos cerrados en la inmensidad. Ella podría quedarse para siempre allí, envuelta por aquellos brazos fuertes, y aquellos labios calientes y apasionados. Pero luego se da cuenta de lo que está haciendo y se aleja de él.

   - No, Victoriano. Eso no es correcto, y usted sabe.

   - Lo sé, pero ... Inés, todavía te amo. No, nunca dejé de amarte. Siempre has estado aquí. - dijo él golpeando contra el pecho. - Dentro de mi corazón ... Quiero que vea una cosa. - dijo él tirando algo que estaba colgado en su cuello

   - ¡No puede ser! - exclama Inés - Es aquella medalla que te he dado hace tanto tiempo?

   - Sí. Yo juré que nunca me quitaría, ¿no? - dijo Victoriano.

   Inés se balanceó. Jamás podría imaginarse que Victoriano aún guardaba consigo ese regalo, que acabó siendo símbolo del amor de los dos.

   - Está un poco oxidada, pero ...

   - Para mí, todavía parece de la misma manera que cuando le di. - dijo Inés sonriendo.

   - ¿Está viendo, morenita? ... El tiempo y el destino conspiraron para unirse otra vez.

   - Las cosas son diferentes para nosotros dos, ahora. - dijo ella.

   - Pero no necesitan ser. - dijo él sosteniendo la mano de Inés.

   - ¿Qué está queriendo, Victoriano? Que yo sea su amante, eso es? - pregunta Inés.

   Victoriano se queda un poco desconcertado con la colocación de ella. Pero, en el fondo, sabía que su morenita tenía razón en pensar de esa forma. Al final, él no había dicho nada sobre divorciarse de su esposa.

   - Claro que no, Inés! ... ¡Nunca pensaría o sugeriría algo así!

   - Que bueno. ¿Por qué no va a suceder. Entienda de una vez por todas, usted está casado, rehace su vida. - dijo Inés. - Ahora, quiero que me dejes en paz para rehacer la mía.

   - ¿Con quién? ... ¿Miguel? - dijo él enojado.

   - ¿Y si es? ...Como ya dije, Miguel es una gran persona, me ama y merece toda mi confianza. - dijo Inés. - Y tú no tienes nada con eso!

   - ¿Cómo no tengo nada con eso? ... Usted no puede ... ¡No puede estar hablando seriamente! ... ¡Inés, usted no lo ama!

   - El amor puede venir con el tiempo, Victoriano. - dijo Inés saliendo.

   Inés lo encontró mejor y sus netas volverse en taxi a casa. Había quedado un clima extraño entre ella y Victoriano, y ella no quería que sus netas desen por cuenta. No que las mismas no la llenaran de preguntas del porqué Victoriano no las acompañó.

Fuiste Mía (em espanhol) Where stories live. Discover now