Capitulo 37

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Victoriano se encamina directamente a la comisaría para enterarse mejor de los hechos.

- ¿Cómo sucedió esto, Delegado? - pregunta él.

- Analizando las cámaras de seguridad, vimos que él recibió la visita de esa mujer, y ella le trajo comida. - dijo el Delegado mostrando las imágenes a Victoriano.

- Pero no se puede saber quién es la mujer. - dijo.

- Justamente, Sr. Santos. - dijo el Delegado. - Sea quien sea, sabía que ellos podrían estar siendo vigilados y no quería ser descubierta. algunos minutos después de que ella se fue, Elías empezó a retorcerse en su celda. - dijo el delegado mostrando las imágenes de la celda donde estaba Elías. - El veneno fue instantáneo. Muerte rápida.

- Dios mio. ...que forma horrible de morir. - dijo Victoriano. - Pero, Delegado, esa muerte de Elías sólo nos comprueba una cosa, que ella no estaba solo en eso todo. ¿Obedeció las órdenes de alguien, estoy seguro?

- Es una posibilidad, Sr. Santos. Pero necesitamos hacer más investigaciones. ...pero fue bueno que usted viniera, tenemos buenas noticias sobre el caso de intento de homicidio de la señora Inés Huerta.

La policía tenía una pista caliente del hombre que había atropellado a Inés. En breve él sería atrapado y ese caso resuelto.

*** ***

En el hospital.

Inés estaba disfrutando el momento con sus netas. quería aparentar lo menos posible su problema de memoria, para que las niñas no se quedarse con miedo, o se quedaran incómodas.

- Yo siempre fui una buena alumna, abuela. - dijo Mary. - Mira, te trajo mi boletín para señora ver.

- ¡Pero mire! ...como usted es inteligente, querida! - dijo Inés maravillado con las notas de la nieta.

- Mira, abuela, te trajo un diseño muy bonito. - dijo Naty.

- Ah, pero qué lindo, mi florcita. - dijo Inés mirando el dibujo de su pequeña. - ¿Puede explicarme?

- Claro, abuela. Mira, ese es el papá y Diana; aquí están la abuela Isabel y el abuelo Miguel; y aquí estamos nosotros, la señora en el medio, la Mary de su lado, y yo aquí del otro lado.

- ¿Y quién es ese aquí que sostiene su mano? - pregunta Inés.

- ¿Puedo contar un secreto? - dijo la pequeña bajita.

- Claro mi amor.

- Yo hice ese dibujo esta mañana, en la escuela, porque tuve un sueño muy lindo, por la noche. Ese que está a su lado es el abuelo Victoriano. En mí sueño, nosotros estábamos en la hacienda, y éramos una familia grande y feliz.

Inés no dije nada, apenas sonrió. A continuación, Isabel entra de la mano con Miguel.

- ¿Son siempre así con Inés? - pregunta Miguel.

- Siempre. Desde pequeñas. - Isabel sonríe. - Son apegadas a la Inés y demasiado.

- ¿Y usted no siente una puntita de celos?

- No, somos una familia tan unida, Miguel, que no hay espacio para eso. Yo sé que tengo mi propio lugar en el corazón de cada una, y eso me alegra.

- Usted es increíble, ¿sabía? ... No sé cómo pude ser tan ciego todo el tiempo. - dijo él dando un sello en Isabel.

Las tres que observaban todo empezaron a dar pequeñas risitas.

- ¿Por qué no toman fotos? ¿Duran más? - dijo Isabel con una sonrisa medio sin gracia.

- No se queda así, mi hermana. - dijo Inés yendo a Isabel. - No tenga vergüenza de demostrar lo que usted siente, Isabel. ustedes se aman y el mundo entero tiene que saberlo. - dijo Inés sosteniendo en las manos de los dos y las pondo juntas.

Isabel pudo notar algo diferente en la mirada de Inés. Un brillo que no había visto desde hace mucho tiempo.

*** ***

Hacienda Las Dianas II

diana estaba tratando de convencer a Alejandro para que no dejarte a su trabajo en la hacienda.

- Alejandro, por favor, piense derecho.

- Diana, no tiene más clima. Después de lo que he sabido, no puedo quedarme aquí, trata de entender.

- Sé que fue un golpe, mi amor. pero yo te dije, habla con tu ... - Diana hizo una pausa.

- No tienes que hacer esa pausa, Diana. Me acostumbré a la idea. Pero no estoy listo para esa conversación. Lo siento mucho mi amor. - dijo él sosteniendo las manos de Diana.

- Está bien, mi amor, yo entiendo. Pero no dejes que tu corazón se llene de amargura. Hay cosas en esta historia de sus padres que no sabemos. Estoy segura.

- Me voy. Pero prometo que vengo aquí a hablar con el Sr. Santos después.

- Está bien. Tú lo sabes. - dijo ella triste.

Él se acerca a ella y se sostiene delicadamente en su rostro.

- Eh. Nada ha cambiado entre nosotros. - dijo. - Te quiero, Diana. Eso no va a cambiar jamás.

Ella sonríe y se besan.

Después que Alejandro se marchó, Jacinta y Artêmio resolvieron hablar con Diana primero. Sabían que ella y Débora no se olía y que Diana siempre desconfió de la esposa de su padrino, entonces podría ser una oportunidad de ella de mirar en Débora.

- ¿Cómo se esconden dos cosas? - dijo Diana indignada.

- ¡Fele bajo, muchacha Diana! - dijo Artémio cerrando la puerta de la oficina. - Si la Doña Débora descubre va a ser un "Dios nos acuda"!

- Si no contamos antes, señorita era porque no teníamos como probar, sería nuestra palabra contra la de ella. Si el patrón nos confronta, ella saldría como víctima, con certeza. - dijo Jacinta.

- Y tiene más, señorita. - dijo el Artémio.

- ¿Tienes? - dijo Diana.

- ¿Tienes? - dijo Jacinta sorpresa.

- Fue una cosa extraña que vi el día que el hijo de Inesita salió de aquí preso.

- ¿Y qué fue, Artémio ?? - pregunta Diana impaciente.

- Así que el Dr. Alejandro salió de la bahía, ella entró, pasó un tiempo allá, revolviendo en su computadora y luego salió.

- ¡¿Qué?! ¿Esa mujer se movió en la computadora de Alejandro el día en que fue arrestado? ... ¡Esa bruja! Fue ella, estoy seguro! ¡mi padrino tiene que saberlo inmediatamente! - dijo Diana.

*** ***

En el hospital.
Era noche. Y se hacía tarde.

Inés arreglaba su maleta, pues recibiría alta al día siguiente. Estaba feliz, incluso con su problema de memoria, quería volver pronto a casa, a su familia. Y quien sabe, ver a Victoriano una vez más.
Ella no sabía explicar, pero su presencia la agradaba mucho. Inés se sentía segura y protegida cuando él la abrazaba. Ella sentía que podría pasar el resto de la vida en aquel abrazo. sabía que hasta podía ser erróneo pensar de esa forma, después de todo, Victoriano era un hombre casado. Pero él y ella, Inés, tuvieron un hijo juntos, eso quiere decir que, en algún momento de sus vidas, se amaron mucho. Sólo necesitaba recordar cuando.
Inés miraba, una vez más, el dibujo que Naty había hecho para ella. Ella sonreía y lo apretaba contra su pecho.
De repente, ella siente que alguien la agarra detrás, ella intenta gritar, pero la persona coloca un paño humedecido de cloroformo en su rostro, lo que hace que ella se duerma instantáneamente.

- ¡Calma, Inesita! - dijo Loreto. - Perdóname por eso. Prometo que tendremos mucho tiempo para "conocernos" mejor y tendré la oportunidad de borrar esa mala impresión que tienes de mí. - dijo él sonriendo de forma sombría y sosteniendo a Inés en sus brazos y saliendo con ella de la habitación.

Lo que Loreto estará pensando en hacer con Inés? 😱😱😱😱😱😱😱😱😱

Fuiste Mía (em espanhol) Where stories live. Discover now