Querido Noah:
Tus padres vinieron a mi casa hoy. Iban de salida en cuanto yo llegue. Te mentiría si dijera que no llevaban unas caras devastadoras sin mencionar las enormes ojeras de tu madre. Más que compadecerme por ella me sentí como si viera un espejo. Ella me sonrió en cuanto me vio y acarició mi mejilla con ternura, sus ojos se aguaron por un instante. Tu padre por el contrario llevaba una expresión seria, tal vez esa es su forma de llevar el dolor, la indiferencia. De igual manera me sonrió. Tu madre abrió un poco la boca, como si no le salieran las palabras, tomo un poco de aire y dijo "mi hijo tomo una buena decisión" mentiría también si dijera que no quede confundida. Sin más preámbulos se fueron por donde llegaron.
Mi madre dijo que solo vinieron a saludar, que vienen de pasada por la ciudad a la que antes llamaban hogar y que sería muy lejana la próxima ocasión que la visitara. Es de entender, ojala yo pudiera hacer lo mismo, pero mi vida está aquí y estoy condenada a que todo me recuerde a ti.
Mía
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365 días sin ti
Short StoryLos amores no se olvidan, se superan. Eso era lo que mas deseaba Mía. Olvidar a Noah no era un opción, pero aprender a vivir con el dolor de su partida la ayudaría a ser mas fuerte. Encontró consuelo en un diario, en el que escribe con frecuencia y...