PLL: The Hunger games.

Cosecha Distrito 10

Primero puso una tina de agua fría en medio del precario cuarto de baño (compuesto solo por 4 paredes y un intento de techo) y luego con cuidado fue mediando el agua hasta volverla tibia al tacto.

Venga Mike!-llamó-el agua está lista!-El chico entró al cuarto y Aria salió de allí-Estaré comprando algunas cosas.

No te tardes-dijo-iremos juntos ¿no?

Por supuesto-responde antes de salir. Camina fuera del pequeño y mugriento complejo llevando consigo unas cuántas monedas conseguidas la tarde anterior después de haber lavado una carga completa de ropa junto a otras mujeres del lugar, la mayoría de las cuales siempre la miraban de forma despectiva. Cuando Aria no estaba lavando ropa o limpiando casas solía tener las mañanas libres, esta por ejemplo no lo era. Usualmente mentía a su hermano sobre a dónde y que hacía lo que en el fondo le hacía sentir muy mal, pero consideraba que era mejor así, él podría no entenderlo, podría avergonzarse y Aria estaba segura de que si no estuviese tan mal quizá podía irse y ella no quería perder a su única familia.

La chica llegó a una casa modesta a las afueras de los establos y llamó a la puerta, a lo lejos de divisaban las barras rojas de los establos que contenían a las miles y miles de cabezas de ganado que allí alojaban.

¡Aria, Gracias al cielo!-la que atiende es una mujer de mediana edad de piel oscura que usa una camisa de aspecto resistente y un paliacate azul claro que hace juego con sus ojos cansados-vamos, hay mucho que hacer hoy!-Y realmente hay mucho que hacer, la chica le ayuda a limpiar la casa, arreglar la mesa, toma parte en la preparación de la cena e incluso viste a la pequeña Laulu; la hija de la señora a la cual conoce desde que nació y ahora ya tiene dos años.

Crecen muy rápido-suspira la señora mientras Aria viste a la pequeña.

Lo sé, a veces siento que  mi hermano pega estirones cada que no estoy mirando-La mujer se lleva en brazos a su hija  y sonríe.

¿Ha comido bien?-inquirió-lamento no haberte dado trabajo antes... ya sabes.

No hay problema-respondió la chica sonriente mientras la seguía con rumbo a la cocina.

Bueno, Braulio y Logan estarán a punto de llegar-dice mirándola-será mejor que te vayas, no quiero que mi esposo te encuentre aquí-Aria asiente sin sentirse ofendida, para ella no era un secreto que su presencia no era bien vista por la gente de la localidad pero eso la tenía sin cuidado, el problema era que Valkio el esposo de la señora era tan malhumorado, pesado y tosco como los toros con los que trabajaba y lo que Aria menos quería era que ella tuviese problemas-Toma esto es tuyo-La chica recibió un puñado de monedas que guardó de inmediato-y esto es para ambos-añadió dándole un cilindro de metal rebosante del guiso que acababan de hacer.

Señora Gurret, no tenía que molestarse...-

No es molestia-sonrió la mujer-considéralo un regalo de... última cosecha.

Mucha suerte a su hijo-responde Aria aceptando el regalo.

Sale braulio y en unos años entra Laulu-apunta la mujer-Sales tú y al siguiente año entra Mike... parece que la desgracia no hace más que continuar-suelta un suspiro abatido que hace a sus ojos volverse cristalinos.

Y aún así seguimos aquí ¿Verdad?-inquirió la chica tomándo su mano-debe ser por algo-La mujer se limita a asentir forzando una sonrisa-hasta luego.

Aria dejó la pequeña casita y caminó de vuelta a donde su hermano, esta vez sin embargo no tuvo que preocuparse de la mujer que supuestamente los cuidaba, pues en días de cosecha solía tumbarse ebria en su cabaña a tal punto que los agentes de la paz la llevaban a rastras a la explanada para presenciar el suceso, se decía entre los habitantes que ella había tenido dos hijos una vez, que uno fue sorteado para la cosecha y cuando el otro trató de impedir que se llevasen a su hermano fue asesinado por los agentes en el acto, pero solo era un rumor sobre el cual Aria definitivamente no iba a preguntarle jamás.

¿Listo ya?-inquirió la chica nada más entrar-¿Mike?

Por aquí-dijo el chico quien había ordenado cuidadosamente la mesa preparando dos platos donde estaban servidas un par de uvas y un poco de pan-¿Que tienes allí?

Comida real-respondió con una sonrisa. Ambos hermanos comieron una buena cantidad del guiso platicaron bastante y guardaron el resto en un pequeño aparato que hacía las veces de refrigerador, luego sin más en mente que superar el día se dirigieron a la plaza principal. 

...no hay manera de que te deje-iba diciendo Aria-lo digo en serio, Mike.

¿Por que no?-inquirió el muchacho caminando lentamente junto a ella-puedo pedir tres teselas, eso nos ayudaría bastante...

Me esfuerzo mucho para que no pase-respondió su hermana-el año que viene nos irá mejor y...

Aria-el niño sonrió-dices eso todos los años.

Y nos va mejor ¿No?-respondió ella desordenándole el cabello-es cuestión de tiempo para que todo esto mejore. Quien sabe, incluso puedo hablar con el señor Gurret para que me deje entrar de trabajadora al matadero ¿Que te parece?

¿Cómo papá?-inquirió este-¿No se te daba mejor la crianza?

Si, pero de allí ya me han echado varias veces-recordó con amargura. Al final llegó al borde de la plaza lugar donde solo entraban los niños y jóvenes con edad elegible-ve con los otros chicos yo estaré por aquí.

¿Te veo dónde siempre?-Aria asintió antes de darle un beso en la frente, avanzar hacia el lugar de registro y posteriormente ocupar su lugar entre la multitud.

El alcalde (un hombre bajito de mediana edad) se tomó su tiempo para recordar a todo el distrito cómo, por que y para qué se había creado Panem, recordó la rebelión, las muertes y por ultimo la derrota así como la herencia de ese descabellado desliz: los juegos del hambre. Entonces cedió el micrófono a una mujer alta, morena de cabellera naranja y labios prominentes que con voz jovial exclamó.

Adelante entonces con el tributo femenino-Se acercó a la úrna, la revolvió y sacó una papeleta-¡Aria Mongomery!-la respiración de la chica se cortó, alguien en su situación habría gritado, llorado o alguna otra barbarie pero ella simplemente no se podía mover-¿Aria?-los agentes de la paz, la gente a los lados, incluso los niños de la cosecha miraban a todos lados buscando a la desdichada mientras esta seguía inmóvil en medio de ellos-¿Aria?-Pasados unos minutos uno de los agentes enfundados en un traje blanco se puso junto a ella y sin más le dio un pequeño empujón con la punta de su arma, el gesto sacó a la chica de su ensimismamiento y caminó con él escoltándola hacia el estrado-¡Maravilloso! ¡Allí está nuestra señorita! ¡Démosle todos un gran aplauso!-Aria subió y la gente del 10 allí reunida aplaudió con fuerza, más que para vitorearla como un agradecimiento de que otro de los suyos se había salvado-¿Cómo estás lindura?-Aria no respondió, las palabras llegaban difusas a su cerebro que en ese momento parecía hecho de gelatina, en su estómago repleto por el guiso comenzaba a sentir nauseas que no eran mejoradas por el movimiento imperceptible de su cabeza, parecía que en cualquier momento se desmayaría-Woha! parece que la hemos dejado sin palabras, bien, ¿Alguna voluntaria?-El silencio en la plaza era perceptible. Nadie se ofreció- bueno-sonrió el escolta-sigamos mejor con nuestro tributo masculino!

Y así lo hicieron, un chico de 17 años resultó ganador y al igual que Aria se quedó en el estrado esperando que alguien más ocupase su lugar, pero eso no pasó. El escolta siguió parloteando con su tono molestamente jovial y luego el alcalde parloteó sobre el tratado de la traición como todos los años mientras la chica escrutaba entre la multitud buscando a su hermano hasta que lo encontró, pensó que estaría llorando, que quizá se había desmayado o algo así pero se equivocaba, su hermano pequeño estaba petrificado mirándola mientras los otros niños huérfanos a su alrededor lo jaloneaban intentando que volviese en si. Bueno-pensó la chica-si que somos familia.

Vale, con esto acaban las cosechas :3 No sé si creen que lo voy llevando un poco lento (eso opina mi beta) pero honestamente me gustaría llevarlo así para desarrollar los personajes y tal además es parte de mi terapia post-finale XD

saludos y mil gracias por su apoyo

-OA