Capítulo 4: Vamos por Mirajane

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Minutos antes

Como saben Mirajane se había quedado paralizada por la puerta que se había cerrado de repente cuando ella la había dejado abierta. Sus nervios iban en aumento cuando se giró sobre si misma viendo a un Laxus totalmente depravado por la mirada de lujuria que tenía en ese momento. Inconscientemente ella levantó su mano con el cuchillo tratando de amenazarlo para que no se le acercará, pero era obvio que ella no le haría daño, realmente solo quería hablar seriamente con la paliza que el güero le había propinado a Natsu en pleno descanso.

Mirajane sentía cómo sus piernas temblaban conforme su ex novio se iba acercando, Laxus parecía fuera de sí como si hubiera tomado cerveza para desahogarse (cosa típica de un hombre con el corazón roto).

-Oh Mirajane, estás tan deliciosa que te quisiera comer en este momento-decía Laxus con una mirada casi sádica, pero era obvio que estaba fuera de sí o al menos eso parecía- lástima que eres una fácil que se va con el chico nuevo.

-Más respeto por favor-comentaba la albina muy nerviosa.

Mirajane no sabía qué hacer y Laxus se iba acercando peligrosamente. El chico se acercaba mucho más a la chica, pero ella reaccionó rápidamente dándole un golpe fuerte y certero a las partes nobles de su ex novio para después proceder a correr abriendo la puerta rápidamente y después cerrarla para darle tiempo de escapar y ver dónde ocultarse mandando un mensaje de voz al primer chat que tenía y ese era Wendy oyéndose a Laxus gritar y arrojar cosas procedentes de su cuarto.

-¡Me las pagarás Mirajane Strauss!

La albina pudo haber salido de la casa de no ser porque su ex novio cerró la puerta principal con llave. La chica buscaba y buscaba dónde podía estar ese maldito objeto. Hasta voltear y ver a Laxus triunfante sosteniendo la llave.

-¿La buscabas, amor?-preguntaba sarcásticamente su ex novio.

-¿C-cómo es que...?

-Shh-la calló- los verdaderos hombres se aguantan todos los golpes y yo soy un hombre de verdad-decía orgulloso

-Eso no es cierto, eres nada más un tipo llorón que cree que tiene a todas las chicas del mundo- dijo molesta la albina.

-Y tú qué eres, ayer me engañaste con alguien más y...

-Y dale y duro, siempre te aferras a algo que nunca pasó, te dije que ese chico le había dado una paliza a uno de mis acosadores cosa que tú nunca hiciste, es más hasta querías fotos mías por parte de tus amigos y un día me lo dijiste-apretaba Mirajane fuertemente el puño tratando de contenerse.

-Ese amiguito tuyo-se río- no aguanta nada, ni siquiera me hizo algo-seguía avanzando hacia la albina- el pobrecito de tu amigo no mataría a una mosca.

-Pero él haría algo que tú nunca harías-decía victoriosa la albina- él me defendería de cualquier pervertido, acosador e incluso daría la vida aun si fuera una completa desconocida.

-Me tienes harto-dijo Laxus tratando de darle un fuerte golpe que fue detenido en el acto por un peli rosa.

Mientras tanto con Wendy...

Wendy Marvell corría como el viento de vuelta a la casa de Natsu Dragneel, aquel chico que sin conocerla le había dado consejos. Pero una pregunta la invadía ¿Por qué corría a aquella dirección? La chica se detuvo unos instantes preguntándose si era necesario ir a por él porque su estado no era de lo mejor realmente, tenía el estómago con moretones y digamos que el chico no contaba con las energías suficientes por brutal paliza que Laxus le había propinado en pleno receso. Pero Wendy sabía que ella no podía sola y necesitaba de alguien, además que su única ayuda se encontraba a dos cuadras de su casa.

Fairy HaremWhere stories live. Discover now