Capítulo 8: Sanando tus heridas.

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Los días posteriores a la confesión que Romeo había hecho por llamada con Wendy Marvel había hecho que Chelia Blendy, se preocupara más de lo normal por la chica de cabellos azules.

Veía que Wendy Marvell ya no era la misma de siempre, sus sonrisas eran más falsas que el te amo de tu exnovia o de la chica que te gusta, otro cambio radical es que ahora era más seria en las clases a tal punto de que solo hablaba para contestar las preguntas que hacían los profesores.

Un día, después de clases, Chelia se iba a ir hasta que vio que Wendy entraba al salón porque parecía ser que a ella se le había olvidado una cosa. La joven pelirroja se quedó parada viendo a su mejor amiga quien, al parecer, la había ignorado. Pasaron unos instantes hasta que Wendy salió del salón y Chelia solo fue tras ella.

- ¡Wendy! -le llamó la pelirroja, pero no había respuesta por parte de su amiga- ¡Wendy! -segundo intento...nada- ¡Wendy Marvell! -gritó más fuerte y corrió hasta ella para agarrar su hombro y detener su avance- te estoy hablando Wendy.

El tono de voz de Chelia había bajado, pero Wendy solo podía escuchar, no quería hablar de nada con su amiga, no quería volver a recordar esa llamada con Romeo...tan solo, quería ir a su casa y dormir o tal vez distraerse con otra cosa.

-Me has preocupado desde hace varios días-admitió- ya no eres la misma chica que antes ¿pasó algo?

-Yo...-intentó decir la peli azul- no quisiera hablar de eso ahora.

El tono de Wendy había sido frío y, a la vez, con tristeza. La peli azul procedió a retirarse del lugar, pero Chelia se lo impedía poniéndose en frente de su mejor amiga.

-Sabes que puedes contar conmigo -le dijo preocupada- eres mi mejor amiga.

Y en ese mismo instante, Wendy empezó a derramar lágrimas. Ya no podía aguantar más el ocultar su tristeza y, abrazando a su mejor amiga, le contó todo lo que había pasado.

Al oír todo eso, Chelia se quedó sin palabras y era porque nunca había pasado por esa situación en su vida, es más, no había algún hombre que le atrajera, pero pronto habría alguien que pondría su mundo de cabeza. Pero bueno, regresando a la historia, lo único que podía hacer la pelirroja era consolar a su mejor amiga diciéndole que todo estaría bien...minutos después, Wendy se iría a su casa, pero sin ánimos.

Chelia solo veía como su amiga se iba y, preocupada, empezó a pensar quién podría mejorarle el ánimo. Su pensamiento solo se enfocaba en Romeo pues era el más cercano a Wendy y era un hecho que él solo iba a empeorar las cosas.

Después su pensamiento la llevó a pensar en que Mirajane podía ser la que le aconsejara, pero era en vano ya que ella había roto el récord de ser la persona que más ha rechazado en un año a los chicos (cosa que sorprendió a varios hombres cuando se enteraron de que Laxus y ella eran pareja). Y, por último, estaba el chico nuevo que acompañaba a la albina.

-Tal vez, él pueda ayudar -pensó.

Después de eso, Chelia se retiró de la escuela.

Un día después, la chica pelirroja salió corriendo de su salón puesto que era la hora del almuerzo y también porque tenía que ver al joven peli rosa.

Corrió por los pasillos, chocando con varios alumnos y alguno que otro maestro que la regañaba, pero ella no los escuchaba. Chelia dobló a la derecha y llegó rápidamente hasta donde estaba el supuesto salón del chico peli salmón. El decir cómo lo sabía es un poco irrelevante digamos que se dedicó a preguntar a varios compañeros -entre clases- que lo veían salir porque ya estaba el chisme de una relación secreta entre Mirajane y él cosa que nadie dejaba pasar desapercibida en el instituto.

Fairy HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora