Capítulo 5: Flare Corona

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"La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma."

George Sand

Flare's POV

Un monstruo me decían...tal vez porque así nací. Mi nombre ya lo han de saber, pero se los repetiré una vez más. Me llamo Flare Corona y actualmente trabajo para el mayor empresario de todos...Igneel Dragneel.

Se preguntarán por qué me decían monstruo y eso es fácil, hasta cualquier psicópata lo diría...maté a mi propia madre. Bueno literalmente. Mi madre, bueno a ella nunca la conocí, pero decían que era la más hermosa de todos los pueblos que tenía Fiore, también se mencionaba que su larga cabellera era como si un dios le hubiese otorgado ese don, era tan resplandeciente como el fuego, casi como si una diosa hubiese bajado del mismísimo olimpo. Pero todo acabó cuando yo nací.

Toda esa felicidad que mi padre tenía la terminé porque al momento del parto mi madre murió. Toda aquella dicha de que sería igualada a mi madre terminó. Desde que nací todos me vieron raro, como si fuera alguien anormal, crecía y lo único que saqué de mi madre fue ese cabello escarlata que tanto les gustaba a los hombres.

Crecía y era una niña prodigio, pero sin futuro. A lo que voy es que en mi pueblo se regía más por la belleza que por la inteligencia, de hecho mi padre se volvía cada vez más adicto a la cerveza, prácticamente era un alcohólico y me ocultaba cada que podía en mi cuarto porque él podía salirse de control. Pasaban los años y no tuve lo que otros niños tenían...el amor de sus familiares.

Siempre era lo mismo, cada que trataba de entablar una conversación con mi padre, este era muy descarado conmigo diciéndome a veces "no hables conmigo fenómeno" o algo así como "si tu madre estuviera aquí, si tan solo tú hubieras sido como ella todo esto no pasaría" y a veces solo me ignoraba dejándome sola en la casa. Hasta que un día decidí dejar mi pueblo e irme a las ciudades para ver quién podía hacerse cargo de mí, quién me iba a querer a pesar de ser fea.

De pronto, todos los pensamientos que tuve se desvanecieron porque esa ciudad era de ricos y me veían con más asco. A veces llegaba a pedir limosna, pero no era suficiente para comprar ni una maldita fruta.

Cada día me debilitaba un poco más, a veces me caía como si estuviera borracha, la gente me veía más raro...era horrible estar en esa situación, pero de pronto un niño peli rosa se topó en mi camino junto con su padre.

Parecía como si fuera mi ángel y a decir verdad me sonrío. No sabía lo que decía o si esa sonrisa era para burlarse de mí, pero pronto comprendí que todo eso fue para ayudarme. Su padre era serio, a decir verdad me miraba como si le hubiera hecho algo a su familia o algo por el estilo. En ese momento, el chico peli rosa me dio su mano y nerviosamente la agarré, sentí una calidez enorme y me susurró unas palabras como niño inocente "ven con nosotros".

Cabe decir que actualmente soy un año mayor que Natsu Dragneel aquel chico que me salvó de la miseria. Recuerdo muy bien que ese día le reclamaba mucho a su padre que si podía venir con ellos, él solo suspiró y aceptó.

-¿Cómo te llamas, niña?-preguntaba su padre seriamente.

-M-me llamo, Flare Corona-tartamudeaba.

-¿Quieres venir y ser parte de nuestra familia, Flare?

-N-no quiero incomodarlos.

-A mí hijo le agradaste-sonrío- es muy difícil que esté yo en la casa-hizo una pequeña pausa- la verdad es que él necesita a alguien ya que no tiene muchos amigos que digamos- me susurró.

Yo no sabía qué decir, eso fue muy inesperado, pero acepté. Había sido oficialmente una "hija" de los Dragneel y lo puse entre comillas porque en realidad parecía una niñera, pero me hacía feliz estar con Natsu.

Fairy HaremWhere stories live. Discover now