CAPITULO 3

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Caleb  vio que se acercaba  una mujer alta y delgada vestida toda de negro

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Caleb  vio que se acercaba  una mujer alta y delgada vestida toda de negro. Sus trazos aguileños le recordaron a un pájaro con ese sombrero que traía puesto. Y la impresión no desapareció cuando la mujer se detuvo frente a el y lo miro fijamente con sus ojos grises. 

Era una mujer guapa sin duda aunque no tanto como su chiquilla, pero que estoy pensando se dijo Caleb  no pude ser que a penas la haya conocido y no me la pueda sacar de la cabeza.

_  ¿Ha visto a una chica, señor ? Seguramente,  iba despeinada y sin escolta.

Con unos delicados modales, propios de la corte, que siempre impresionaban, Caleb respondió que la había visto , si. Y, del mismo modo, con mucha educación  dirigió  a la mujer en sentido contrario. Y mientras volvía al castillo se pregunto por que lo había hecho.

Se rió por la travesura que había hecho, jamas pensó que conocer a esa chiquilla lo iba a cambiar en tampoco tiempo.    Como iba a encontrársela a menudo, se dijo que tendría que ir con cuidado. Le había costado mucho conseguir esa apariencia fría y severa y no tenia ninguna intención de perderla con una jovencita con el pelo enmarañado y del dorado mas hermoso que había visto. Hasta ahora, le había funcionado y ningún caballero digno de su armadura abandonaba una buena defensa.

Lucho con sus emociones al recordarla. Era mas delicada y menuda que Catalina. El único motivo que lo había llevado a hablarle de aquella manera era que preveía el mismo destino que su mujer para ella. Iría feliz a su lecho de casada, se quedaría embarazada, moriría y la enterrarían junto a su hijo  ; dos inocentes como su hijo y esposa. Caleb meneo la cabeza mientras se decía que ojala hubiera alguna ley que impidiera que esas chicas tan menudas y frágiles se casaran. Esa boda equivalía a una sentencia de muerte.  

Evolet no estaba preocupada por tener hijos después de su   conversación con Caleb. Su única preocupación era sobrevivir a la regañina de Meg, que había llegado momentos después de que entrara en su habitación. Meg, que era una prima lejana de su padre, había sido contratada para criarla después de la muerte de su madre. La debilidad que su padre y sus hermanos varones sentían hacia ella no la disuadió.

Todos los hombres de la familia trataban a Evolet con una tolerancia divertida y cariñosa. A veces, Meg sospechaba que habían olvidado que era una chica. Habia tenido que sacarla de peleas, concursos de salto a caballo y lanzamientos de cuchillo. Ademas, tampoco ayudaba que estuviera preparada para ser una dama refinada. Y no solo poco preparada si no que tampoco le interesaba demasiado, como ilustraba el incidente de la semana anterior. Las damas refinadas no se ponían a cuatro patas en el suelo para jugar una partida de dados.

Meg no tenia la sensación de haber fracasado con la chica, porque había conseguido algunos progresos. Cuando su primo la había llamado para que la cuidara, era tan salvaje como sus hermanos. Pero con determinación, ella había conseguido limar aquella actitud .

 _ ¿No te parece el hombre mas guapo que has visto en la vida ? _suspiro Evolet.

La mirada que Meg le dio era intensa a un mas cuando se poso sobre Evolet, estaba espatarrada  algo impropio para una señorita de alcurnia como ella le decía. 

Era bastante impropio estar así  en la bañera pero se sentía tan a gusto que ha Evolet no le importo.

_Tiene una cicatriz en su alma.

_Yo quiero ser la mujer que cure esa cicatriz.

Al recordar Meg como le había hablado a ella después de preguntarle   por su sobrina le dio un escalofrió y dijo: tiene una mirada fría como el hielo de seguro así ha de ser su corazón duro como el hielo   seguro que ya ni corazón tiene dicen que perdió a su mujer y su hijo y eso le endureció su corazón. 

 _Me pregunto que le habrá pasado. tengo mucha curiosidad ,Meg emitió un sonido desdeñoso y burlón. 

_Sabes, a veces me pregunto que se sentirá estar  entre sus brazos .

_Ya es suficiente deslenguada._Meg   miro los chispeantes ojos de Evolet_ sal de la bañera antes de que te arruges. 

_El cielo no quiera  que añadamos arrugas a las pecas_ murmuro Evolet mientras se levantaba y salia de la bañera_. Ojala pudiera tener un marido como Sir MacRoth. ¿No tendríamos unos hijos preciosos ? Y fuertes, como mis hermanos y mi padre . Seria bonito.

Como le había dicho el padre a Meg, la mujer tomo buena nota de las preferencias de la chica. En cuanto tuviera ocasión, se lo comunicaría a su primo. A todos les gustaría que la chica  consiguiera un marido que fuera de su agrado, aunque no tenían demasiadas esperanzas . Era una chica muy menuda que mas de uno temería romper en mil pedazos. Aunque a el le había sucedido lo mismo cuando se caso con la madre de la chica y demostró a todos que se equivocaban. El problema es que muy poca gente se acordaba de la madre de Evolet, de modo que pocos creerían que ella pudiera ser igual de fuerte. Aunque también es cierto que Evolet era un poco mas delicada y no tan encantadora, puesto que la belleza de su madre era reconocida por todos.

Meg no podía evitar preguntarse si se habría equivocado al esconder el autentico aspecto de Evolet a la familia. Era un secreto entre ella y Evolet puesto que ella no quería casarse , era imposible que un marido no lo descubriera. Ella solo había intentado que la chica no fuera objeto de burla y que enseñara su cara mas bonita. Quizás aquello  seria objeto de una gran discucion  con su primo pero todo lo hiso para proteger a Evolet ,cuando la verdad saliera a la luz. Que dios la amparara por lo que se avecinaba. 






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