COMO UN MANTEL.

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Estaba muy nervioso y feliz al mismo tiempo, era la primera vez que papá me llevaba a una de las reuniones sociales de la organización, esperaba que nadie reparara en mí.

No quiero sonar pesimista pero, soy algo torpe y estoy seguro que en cualquier momento cometeré un error y avergonzaré a papá, y lo peor, esta vez no está mamá para calmarlo.

Ella en este momento se encuentra cuidando a mi hermanito bebé y no pudo asistir para acompañarme a mi primera fiesta, pero eso sí, se encargó de dejarme bien bonito antes de salir de casa.

Me gusta el vestido que eligió para mi.

Las flores que hay bordadas en la falda son lindas y me gusta que haya un cordón que se entrelacé como un corsé a lo largo del vientre, así se asemeja un poco más a sus vestidos.

Cuando crezca quiero ser tan bonito como ella.

Sé que no heredé sus ojos ni su cabello y la gente dice que me parezco más a papá, pero tengo la esperanza de que con el tiempo cambie, que mis cabellos se oscurezcan al igual que mis ojos, como me dijo la señora Morrison que a veces sucedía con los niños. Quiero tener los ojos miel de mamá, ella es hermosa.

Sé que no debí haber venido con vestido, no debo usarlos por lo menos hasta que se sepa que soy; un Omega, un Beta, o un Alfa. Aun nos faltan más de un par de años para averiguarlo, pero mamá y yo no pudimos esperar, sé que soy un Omega, mamá también lo sabe.

Por eso aun con la incomodidad de papá ella me vistió como una Omega mujer, aunque yo sea un Omega hombre... ¡Esa es la ventaja! Si eres Omega puedes usar la cosas bonitas que te de la gana, nadie te dirá nada.

Siendo Omega femenino o masculino puedes usar los vestidos más lindos del mundo, broches de flores, horquillas en el cabello muy brillantes, tacones, maquillaje, el perfume de rosas de mamá, todo, absolutamente todo está permitido.

La verdad no entiendo como la mayoría de niños de mi edad quieren ser Alfas, no miento, todos quieren serlo.

Sé que los padres tienen una preferencia por los Alfas, pero en mi opinión los omegas usan cosas más lindas y se visten mejor, además
¿Para que quieres pelear todo el tiempo cuando puedes estar recogiendo flores?
¿Qué hay de bueno en sudar luchando como animal salvaje y apestar cuando en lugar de eso puedes estar oliendo a rosas mientras tomas el té?.

-Daniel- Me llamó mi padre.

-Sí papá?- Le contesté muy cortés.

-Quédate aquí mientras hablo con ese hombre, no te muevas- Me pidió. Yo asentí y me quedé sentado donde estaba.

-Hola Daniel-
El saludo me hizo saltar de la sorpresa, pero reconocí la voz y volteé.

Era Zac, un niño que conocí en la iglesia y veo cada vez que voy.

-Hola zac- Lo saludé y lo repare con la mirada de pies a cabeza.

Realmente se había vestido como lo haría un niño Alfa.

Zac era uno de esos muchos niños que querían se Alfas más que nada en el mundo, según Zac, porque eran mucho más fuertes, rápidos e inteligentes que las otras subdivisiones de la especie.

Yo lo envidiaba.

Él no sabía lo afortunado que era al tener ese bonito cabello castaño que no apreciaba cortándolo, si tan sólo tuviera el cabello de ese color me parecería más a mamá...

-¿También te trajeron obligado?- Me preguntó, al parecer mirando mi vestido y haciendo una mueca de poca aceptación.

Creo que tal como yo había hecho con él antes...

DIOS NOS JUNTÓ.Where stories live. Discover now