La chispa de la maldad.

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-¿Qué tengo que hacer?-

-Pues...- David me hizo escribir una lista con todas las cosas insultantes que me había dicho y hecho Camiel, no sé para qué pero no era nada dificil para mi recordar cada una de esas palabras.

-Espera, espera ¿Qué estás tratando de decir?-

-Que para sacar a Camiel de sus casillas tienes que ser mi esclavo.-

-Eso no pasará.-Me negué rotundamente.

-Vamos, será divertido-intentó convencerme -Sólo serás mi sirviente a modo de juego-

-¿A modo de juego dices?-Suspiré -La verdad es que no entiendo tu estrategia ¿no deberíamos demostrarle a Camiel que no soy lo que él piensa? Si hacemos eso estaríamos dandole la razón-quise hacerle ver.

-Esa es la cuestión, sacarlo de quicio será fácil si haces lo inesperado, él esperaría que te vuelva un guerrero o que se yo.-

-¿Y por qué tengo que ser tu sirviente?-Intenté saber otra vez, haber si así cuadraba su ocurrencia.

-Por eso mismo, porque serás mi sirviente, no el suyo-

-Ooh-Fue lo que dije empezando a entender.

-¿Cómo crees que reaccionaría si su omega es el sirviente de otro Alfa? Cualquier Alfa estaría más que enfadado- Demonios, no lo había visto así. Tenía mucho sentido.

-Está bien- Acepté -Seré tu mucama- Y así fue como empezó nuestro macabro plan "Desespera al pulgoso" no me encanta el nombre lo reconozco, pero David insistió en que era perfecto.

-Ni loco me pondré eso ¿Qué piensas que soy? ¿una ramera de club nocturno?- Le pregunté. Ahora estábamos en la habitación de David, que desde ahora sería la mía también ya que no me sentía muy cómodo regresando al edificio de los novatos, David me había acompañado a recoger mis cosas de la habitación, ni hablar de las horribles miradas que me lanzaban los que me veían pasar, si antes había un rumor de que era un prostituto seguro ahora ya para ellos esa era la verdad pura, pero poco o nada me importaba.

Su cuarto era una enorme habitación con baño propio que no compartía con nadie, era fácil adivinar porque, los aburría hasta que se cambiaban de cuarto. Bueno, así era él.

-Pero tienes que verte seductor-Se quejó casi como un niño pequeño.

-Pero eso no es de seductor, es de putos- Le hice ver. Él rodó los ojos y luego miró el traje.

-Está bien-Se resignó -Cambiaremos de uniforme- A David se le había metido en la cabeza que era completamente necesario que yo me pusiera un uniforme de esos de maid, por eso después de resignarse me pidió elegir el uniforme que me parecía mejor mediante su computadora, esas máquinas... Lo que sea, también insistió en que tenía que arreglarme como lo hacía normalmente antes de que todo esto iniciara, no me quejaba por esa parte, por eso antes de visitar a mi hermano al hospital me hice la manicura, me tomó dos horas completas pero quede satisfecho con los resultados.

Ver a mi hermano me subió mucho el ánimo, las cicatrices de su cuerpo habían desaparecido casi en su totalidad, donde antes estaba esa zanja atravesándolo ahora quedaba una pequeña línea similar a un rasguño, sin duda alguna ni cicatriz dejaría.

Apenas me vió entrar a la habitación saltó a mis brazos alegre, al parecer su ánimo también había subido con la desaparición de sus marcas, él único que tendría una cicatriz ahora sería yo pero había valido la pena. Me quedé cerca de dos horas contándole las cosas que hacíamos de pequeños, de como yo le ponía ligas en el cabello y el se las quitaba. Y más o menos de temas así hasta que él tema que yo no quería tocar salió.

DIOS NOS JUNTÓ.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin