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La bala roza el cabello de Jaden y penetra la pared.
Tus manos tiemblan ante la risa de él y tus piernas enflaquecidas por el miedo te hacen sentir que no podrás permanecer parada por mucho tiempo más.

—Bravo, bravo —aplaude Jaden —. Pensé que no lo harías, pero aún tenías algo de valor dentro de ti, lástima que no el suficiente mi cielito. Así se hace, observa.

Jaden saca una daga de una de las pequeñas cómodas junto a la cama y te la lanza con rapidez.
La daga se introduce en tu vientre y por la rudeza con la que fue lanzada te hace retroceder y quedarte clavada contra la puerta.
Dejas caer el arma al suelo y Jaden se levanta de la cama mientras se dirige hacia ti lentamente.

—Ves mi cielito, la diferencia entre ser efectivo y no serlo. Tal vez ahora sería otra historia si tu bala me hubiese impactado, pero no. Una verdadera pena, una mujer tan hermosa como tú, tan irresistible a mis ojos a punto de morir por haber sido derrotada por el miedo. Para la próxima un poco más de valentía mi cielito y también astucia, aunque —sonríe —. Ya no habrá próxima.

Retira la daga de tu vientre, te deja caer, recoge el arma que estaba a tu costado y te da el tiro de gracia.

Lo siento, has muerto.
Regresa al capítulo 1.

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