Capítulo 9

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Cuando llegamos al salón más gente me saludó, y yo respondía con sonrisas y repetidos "Estoy bien". Entonces un chico alto de cabello azabache, que me parece conocido entra al aula. Tiene unos ojos miel algo enrojecidos y por alguna razón hace que me duela el pecho. Yo lo miro vagamente, pero él busca algo paseando su mirada por el salón, hasta que fija su vista en mi. Alterado avanza por entre los bancos sin apartarme la mirada. Mi boca se abre levemente mientras se acerca con rapidez. Choca con un par de sillas en el camino y compañeros sin molestarse en pedir disculpas. Comienza a asustarme. Se detiene agitado justo delante de mi banco, la mesa es lo único que nos separa, y sus ojos incomprensiblemente, hacen que me pierda en ellos a la vez de causarme el susto de mi vida.

-Hola.- Me dice algo tenso, casi ni pestañea. Tiene pestañas cortas en comparación a las mías.

-Hola..-Dije intentando simpatizar, aunque no se quien es. Pero le siento afecto...

Comienza a tironearse el cabello con una mano, mientras que la otra limpia las lágrimas que comenzaron a escapar de sus ojos.

¿Por qué quiero abrazarlo, a la vez de correr?

-Así que es verdad que no me recuerdas...después de todo lo que.- Dijo entre lágrimas y sollozos. Sonaba dolido, debía decir algo.

-¡Lo siento! No es personal, perdí la memoria en el accidente.-Bajé la cabeza, quería llorar- Aun no recuerdo mucho.

Él me dedicó una mirada que no pude descifrar, una mezcla de decepción, dolor, preocupación, y algo más que no pude comprender... Sus ojos, tan hermosos y expresivos, si los recuerdo, pero es solo una imagen pasajera en mi cerebro. Desearía ver su sonrisa, siento que me hace falta.

-Yo..-Dijo, pero justo entró la profesora de matemática y tuvimos que sentarnos. Antes de dirigirse a su banco, con suavidad y algo de miedo tomó mi mano y dijo:- Nos vemos después durante recreo, en la terraza.- Yo asentí. Él me dedicó una sonrisa de lado y se fué a su lugar. Se sentó un poco atrás de donde yo me siento, dos lugares para ser precisa. Y sentí durante toda la clase su mirada clavada en mí. Yo sonreía sin razón aparente, me sentía raramente segura.

Al tocar el timbre del recreo, cerré mi cuaderno, y por las dudas llevé "la carta" conmigo, tenía el presentimiento de que ese chico estaba ahí. Saludé a mis amigas y les expliqué quería estar sola durante ese recreo. Y rápidamente me puse mis auriculares blancos con detalles de estrellitas, y corrí a la biblioteca. Saqué un libro que me gustó y metí el sobre entre una de las páginas.-A lo mejor podría leer hasta que él llegue.-Pensé. Y subí las escaleras escuchando "Secrets" de "One republic", me sentía muy identificada con esa canción. Nunca habría pensado que yo me guardaba a mi misma tantos secretos ¿Por qué no podía recordar?¿Qué relación tengo con ese chico? Tenía miedo de averiguarlo, él parecía dulce y preocupado de que no lo recordase.

Abrí la puerta a la terraza, me gustaba ese lugar, es una de las cosas que recuerdo. Tenía dos puertas de entrada a la nada, alrededor poseía una barandas blancas que marcaban el límite, y el suelo eran como una grilla de cuadrados rojos, desteñidos por el sol. No había nadie y me senté en un rincón del lugar, que se me hizo muy comodo. Escuchando música, cerré los ojos mientras mis labios susurraban la letra de la canción.

"This time I don't need another perfect lie...I gonna let all my secrets away."

Entonces, sentí una mirada justo delante de la mía. Abrí los ojos y pude observar esos ojos miel que tanto me observaron durante la clase, ahora muy cerca de mí, casi no había distancia entre los dos. Él estaba sentado delante de mí con una pierna flexionada delante de su cuerpo, allí apoyaba su codo, y con ese mismo brazo sostenía su cabeza. Tenía el puño cerrado bajo su mejilla y la cabeza levemente inclinada. Su pelo oscuro estaba despeinado y su mirada buscaba algo en mí. Estaba perdido en mí. Vagué un poco con la mirada y en su mano derecha noté una quemadura similar a la mía (pero yo la tengo en la izquierda), por curiosidad, reaccioné apagando la música, y con disimulo retrocedí un paso. Luego volví a mirarlo y ahora se mordía el labio impaciente. Me molestó.

-No lo hagas.-Dije. Él me miró confundido y emocionado. Este chico me parecía más raro cada minuto.

-¿Hacer qué?- Dijo en tono divertido.

-Morderte el labio. Solo te lastimas.- Respondí seria.

Él se reía y sonreía.- Perdón- Dijo.- A veces no puedo evitarlo.

-Está bien- Dije.

Nos mirábamos, él había adoptado una expresión dulce y tierna que me hizo sonrojar. Quise romper el silencio.

-¿Por qué querías hablarme?- Cambió de expresión, estaba concentrado.

- Quería saber ¿Por qué no me recuerdas?- Decía incómodo.

Accidente de corazón, secretos olvidados...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora