Capítulo 21

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Después de eso, tu y yo comenzamos a hablar más seguido, nos veíamos luego de la escuela, en parques, al cine. Descubrimos que íbamos a la misma escuela por lo que algunas veces nos juntábamos en la biblioteca o el jardín trasero. Hablábamos horas de nuestros problemas y preocupaciones.

Un día en el parque me preguntaste si yo veía al hombre de negro que nos observaba, y al instante de reconocerlo, enojado y con disimulo asentí. Desde entonces yo te acompañaba de vuelta a casa. Mientras parecías cada vez más atemorizada por el sospechoso.

A mí me preocupabas, así que te ayudé a investigar porqué podría estar interesado en tí. Concluimos en que no era un ladrón, ni violador. Algo quería, te pregunté si ocultabas algo y por miedo me dijiste lo de tu padre, te encontrabas temblando.

Entonces investigué quienes estaban interesados en la empresa, pero era mucha gente y si quiera sabían de tu existencia. Finalmente conseguí el nombre y dirección del tipo, te lo iba a decir en la fiesta.

Por alguna razón esa noche, mi moto no tenía gasolina, así que la fuí a cargar. En eso me llamas diciendo que el hombre estaba en la puta fiesta, y que yo fuera por tí. Con la moto a medio cargar, fuí a buscarte.

En la puerta te comencé a llamar, y al instante saliste diciendo que escapemos de allí, porque nos encontrábamos en peligro. Yo sin dudar te creí. Un auto negro nos seguía, y como no me quedaba gasolina, nos escondimos en un edificio abandonado, pero fue peor. Nos atraparon, una mujer y el hombre sospechoso, se vé que nos habían golpeado con un palo en la cabeza cuando bajamos de mi moto, lo tenían planeado. No se como, pero mientras estabamos inconcientes por los golpes, nos ataron a unas sillas. Estabamos uno al lado del otro, con la distancia de medio brazo entre nosotros, estabas loca de rabia.

La mujer tomó un tanque de gasolina, y lo vertió a nuestro alrededor, dijo que tú interrumpias en su camino, y que yo iba a pagar por meterme en cosas que no debía.

No recuerdo de que hablaste con la mujer. Finalmente tiró un trapo con fuego hacia una viga que pasaba sobre nuestras cabezas. Y se fué.

Lograste desatarte.Y comenzaste a soltar mis manos, mientras todo se prendía en llamas a nuestro alrededor. Cuando terminamos de soltar mis pies, algo como un bloque, te golpea la cabeza, te notaba muy atontada. Decias que veías borroso. Yo te alcé cual princesa para salir, estabas debil.

En la escapada una madera en llamas se desprende de la unica salida que teníamos, y cae sobre mi espalda quemandome. Yo no podía soltarte para curarme, ni dejarte en el suelo para abrir una salida. Por lo que te pedí que te abrazaras a mi lo mas fuerte que puedas. Entonces saltamos por una ventana hacia un basurero, que nos salvó de la caída. Tu cabeza comenzó a sangrar y llorabas de dolor, por lo que te volví a cargar, hasta que llegamos al hospital. Allí le dije al guardia de la entrada que tenias un fuerte golpe en la cabeza y que había un edificio abandonado incendiandose, creo que por nuestro aspecto y el olor a quemado nos creyó.

Emily lo interrumpió- Ya es hora Lu, toma tus ropas y vistete rápido que llegaremos tarde. -Miró a Alex.-Los demás igual.

Los chicos no querían dejarnos solas ni un minuto, así que todos nos cambiamos en la misma habitación, separados por una cortina negra colgada en la sala. Comencé a cambiarme junto a Emily, todos estábamos en silencio, yo sentía un escalofrío constante en mi espina dorsal. Terminé de peinarme en el baño, cuando entra Alex. Nos miramos incómodos.

Yo...-Comencé.-Gracias.

No.-Dijo cortante.- No aún, no estás a salvo, esto no terminó todavía.-Dijo mirando hacia el suelo.

Sin pensarlo le dije:-Sacate la remera, quiero ver tu espalda.

Sonrió unos segundos. Sin voltearse se levantó la remera hasta quitarsela. Di un paso atrás y miré su cuerpo. Tragué saliva, me volví a sus ojos, di un paso adelante y más cerca.

Tocó con sus manos los lados de mi cadera, era notoriamente más alto. Yo respiraba frente su pecho. Iba a besarme, cuando lo detuve.-Tramposo, yo quería ver tu espalda.

-Ahhh.-Dijo haciéndose el tonto al mismo tiempo que se volteaba.

Dios, no solo músculos adelante, sinó también en su espalda.-Pensé. Pero luego prestando más atención lo noté una gran cicatriz atravesaba su columna y muchas quemaduras la rodeaban. Me acerqué suavemente y acaricié sus hombros formados, luego recorrí con las llemas de mis dedos la cicatriz de su espalda hasta terminar en la línea de su pantalón-Hasta culo tiene-Se me escapó entre pensamientos. Y aunque lo dije en voz baja, por la resonancia del baño él lo escuchó. Largó una risita.

-Y eso que no viste mi....-Dijo volteandose contento. Pero se detuvo, al verme llorando

-To-todo esto.- Dije mirándolo.- Si no tú estarías bien. Y yo... lo siento.

-Ey no, no, está bien, al menos salí en el diario y ya no duelen las quemaduras. Pero por favor no te alejes de mi por esto.

-No, dañé a muchos.

-Y muchos a tí, pero seguro aún no se disculparon. Cargaste muchos secretos princesa.-Ambos llorábamos.- No se lo que haría sin ti. Si supieras todo lo que pensé mientras no despertabas. Ahora que te tengo de nuevo- Decía negando con la cabeza.-no te volveré a perder.

Nos abrazamos. Él tomó mi mejilla y lentamente levantaba mi rostro hacia su boca, sus labios olían a chocolate. Comencé a cerrar mis ojos, y sentí su respiración sobre la mía.

Mi hermana abrió de golpe la puerta diciendo.-No, no, no. Sabía que era mala idea dejarlos ir al baño.-Tomó mi mano y me jaló fuera.-Estamos llegando tarde. Vamos tomen sus mochilas.

Salí, Nil y Alex, me ofrecieron ir con ellos en sus motos. Se miraban con ojos de guerra.

A lo que Emily, me subió a su moto cantandoles:-¡Ella es mía!

Yo reía a carcajadas. Durante el viaje, y cuando los chicos fueron atrapados por un semáforo. Emily me preguntó:-Y? A cuál elegirás?

-Debo hacerlo?-Dije quejandome como niña pequeña.

-Claro, es una de las mierdas de la vida.

-Ya volviste a ser la de siempre.-Dije sonriendo.

-Si, así es mejor. Y esta tarde, iré a teñir mi cabello.

-De qué color?

-Es un degradado de celeste a azul.-Volví a sonreírle.

Llegamos a la escuela, y los chicos tras nosotras. Emily dijo que me adelantara. Y se quedó hablando algo con los chicos. Avancé hasta el salón y me encontré con la profesora de relaciones. Ella me abrazó contenta. Y dijo:-¿Te llegó la carta que le dí a tu madre?

-¿Disculpe? ¿Qué carta?

-La de la memoria, ya sabes, que le dibujaste un conejito en el sobre antes de entregarla.

Mi carta de la memoria, tenía un sobre azul, con estrellitas.-Pensé, pero le seguí la corriente.

-Ah si, si. Pero no me ha llegado.

-Que raro porque ni bien oí que perdiste la memoria, le dí la carta a tu madre y le expliqué su función. Ella me dijo que te la daría. Sabía que sería útil.

-Ajá y no tiene una copia de ella.

-Si, pero no te preocupes no la he leído. Sería como romper las reglas.

Ella me entregó la copia. Y al leerla supe lo que pasaba, yo había hecho una copia falsa, y esa es la que entregué. Porque todo lo que dice es falso. Le devolví la copia. Y justo comenzó la clase, así que me senté pensando:

¿Porqué mamá no me entregó la carta? Oh, no.

Accidente de corazón, secretos olvidados...Where stories live. Discover now