Accidente de corazón, secretos olvidados...

Capítulo 12

-¿Qué secreto?

-Y-yo tengo muchos problemas con la comida. Había comenzado a aumentar de peso, y no quería volver a como era de niña. Odiaba cuando todos me llamaban "vaca" o "flan" y hasta "globo". Así que primero reduje un montón el volumen de lo que comía. Hice muchas dietas, pero no funcionaban, por lo que comencé a vomitar todo lo que consumía, era horrible, pero era necesario para ser bonita. Y seguí, hubo un momento en que mi pansa se redujo, pero la piel de la zona ya estaba estirada y en momentos de enojo con mi cuerpo, realicé numerosas cortadas a lo largo de mi vientre.- Terminó entre sollozos.

Yo comencé a llorar, pero no tenía fuerzas para hablarle, por lo que me quedé en silencio. Joy también lloraba, de la nada y creo que con deseo de que todo fuese una broma, le levantó la parte baja de la remera a Alice y cuando vió ella misma los cortes, comenzó a hiperventilarse.

-No vuelvas a hacer eso nunca más. Lucharemos con eso juntas y te enseñaré cómo cuidar tu figura simple y sanamente, si me prometes ¡Justo ahora que esas ideas no volverán a pasar por tu mente!

-De acuerdo, creo que necesito ayuda.

Todas lloramos de camino al hospital. Al llegar, me atendieron rápidamente, pero yo no recuerdo todo el proceso.

Cuando vi a las chicas, de alguna forma me sentí un poco más liberada. Entonces llegó mi madre alarmada, acompañada del doctor que me había recibido. Él cual quería decir algo importante y pedía antes sacar a mis amigas de la habitación, pero como ellas se negaban mi mamá las hizo pasar por mis primas. De forma que el doctor se sentó y comenzó a hablar.

-Su hija tiene un problema con la recuperación de los recuerdos.

-¿Cómo es eso?- Dijo mamá.

El doctor volteó a verme y preguntó directamente:-¿Tienes desmayos o visiones, después de recordar algo?

-Si, pero no es con cualquier cosa. Los recuerdos intensos me generan desmayos, o hacen que me sangre la nariz, hay veces que ni siquiera recuerdo haberme desmayado.

-Como el domingo murmuró Alice.

Continué.-Pero otros solo me generan mareos o dolor de cabeza y son por ejemplo: nombres o lugares, a veces cosas.

El doctor anotaba en su libreta y al terminar dijo:-Bien, creo que es más que nada algo traumático. Todos aquellos recuerdos de gran impacto en su memoria, o lo que le causa estrés, al volver a su mente, generan un tipo de rechazo. Ya que aunque tu no lo sientas, tu cerebro cree que es mejor seguir sin ellos, incluso aunque te encuentres vacía. Lo cual es preocupante.

-¿Que deberíamos hacer?- Preguntó Joy.

-Si ella sigue recordando muchas cosas de golpe, entonces podría no solo perder la memoria permanentemente, sino además generaría en su cerebro una destrucción masiva de datos. Que terminarían, dejándola sin saber como realizar las acciones inconscientes del cuerpo, como respirar.

Su única opción, es limitar sus visiones o desmayos.

-¿Cuantos específicamente?- Preguntaron las chicas al mismo tiempo que se aferraban a mis manos.

El doctor volvió a dirigir su mirada hacia mí:- No sé, dime ¿Cuando comienza a sangrar tu nariz?

-A la segunda visión o desmayo.

-¿Y en la siguiente vez que pasa?

-Pierdo el conocimiento por diez minutos.

-Entonces tienes hasta dos veces, y una tercera solo si la situación excesivamente lo demanda. Pero si la utilizas, apenas despiertes tienes treinta minutos para llegar al hospital. De lo contrario..

-No necesita terminar no permitiremos que llegue a ese punto.- Lo interrumpió Alice.

-Bien.- Dijo él.

-Espere.-Lo detuve.-¿Las pesadillas a media noche también cuentan?

-No. Esas están relacionadas con la hora del accidente. Que fué... una hora ante de ser ingresada, con ese chico.

-¿Alex?

-Si, Andersen, la venia cargando.

-¿Él como resultó del accidente?

-Presentaba quemaduras por todo su cuerpo. Seguro las de su espalda aún no han sanado. Y aún no puede correr. Pero por ahora usted limítese a cuidarse a sí misma. Y vaya a casa, no puede recordar nada más por hoy.

Sin más que decir, nos despedimos del doctor y subimos al auto. Llevamos a las chicas a su casa y yo me dirigí a mi cama, aunque fuesen las siete de la tarde. Y dormí.