♡ Capitulo 1

210 4 0
                                    

El timbre que marcaba el final de las clases por fin había sonado. Aitana se sentía aliviada y feliz ya que por fin podría ver a Justin Bieber, uno de sus mejores amigos y el chico del cual lleva enamorada más de la mitad de su vida, pero eso es un detalle que todo mundo sabe menos él, obviamente. Aitana siempre le daba gracias a Dios porque a pesar de que Justin fuera en un grado superior -y una carrera distinta-, por el momento compartían horarios similares, varios días a la semana salían a la misma hora y de vez en cuando coincidían con horas libres.

Aitana se encontraba cursando su tercer año en la carrera de Ingeniería Biomédica, mientras que Justin estaba en su cuarto año de Medicina. Ambas carreras, aunque eran diferentes, estaban en la misma facultad, lo único que los separaba era que cada carrera tenía ciertas clases en ciertos edificios y era algo muy raro cuando las carreras se mezclaban, pero no imposible.

Salió de su salón de clases, caminando con torpeza entre la multitud de jóvenes adultos. A veces le sorprendía como era que cabía tanta gente en una universidad. Se abrazó con fuerza de sus libros mientras intentaba no ser tumbada por alguien que fuera tarde a clases. Eran las 6 pm y por su parte, podía decir que era libre por fin. Detestaba el horario de la tarde, lo aborrecía. No tenía tiempo de nada nunca. Iba caminando con ese pensamiento en la cabeza cuando la tomaron del hombro obligándola a sentarse en una banca a un lado de la horda de estudiantes.

—Hola, fea. — A Aitana se le iluminó el rostro instantáneamente al ver a aquél castaño tan sonriente.

—Idiota, siempre me agarras desprevenida.

Justin soltó una pequeña carcajada que a pesar de ser algo que Aitana oía a diario, no dejaba de encantarle. Se hicieron un par de preguntas triviales sobre cómo les había ido en el día y en lo que Justin parecía quejarse sobre algún compañero irresponsable, se pusieron de pie y comenzaron su camino fuera de la universidad. Justin no paraba de hablar y eso a Aitana no le molestaba en lo más mínimo, ella siempre estaba encantada de escucharlo, qué va, encantada era poco. Ella no era de muchas palabras, siempre ha sido la callada de los dos y eso era algo que todo aquél que llegara a convivir con ellos le recalcaba. Aitana sabía que podía llegar a ser muy callada cuando se encontraban con más personas que no eran de su total confianza, pero eso nunca había sido un problema siempre y cuando se encontrara con Justin, él hablaría lo suficiente por ambos.

Una vez salieron de la universidad, el frío viento de invierno chocó contra sus cuerpos calientes. Aitana titiritó por el frío inesperado, su ropa no era la indicada para aquella disminución de temperatura. Al medio día que había salido de casa el aire era frío pero el sol estaba en todo su esplendor por lo que no traía consigo nada más que una sudadera de la universidad y unos jeans semi rotos, ahora que el sol estaba ocultándose, se arrepentía intensamente de esa decision. Justin no pudo evitar notar como Aitana se abrazaba a si misma intentando entrar en calor por su propia cuenta, cosa que no queriendo, le pareció demasiado adorable. Se sacó su chamarra mientras maniobraba con su mochila y la puso encima de los hombros de Aitana, junto con su brazo, pegándola a su cuerpo para compartirle un poco de su calor.

—No tenías que hacer eso.

—Claro que si, luego como le explico a tu mamá que te congelaste como paleta. —Ambos rieron tranquilamente mientras seguían caminando ahora por fin saliendo del campus y caminando entre las calles.

Cualquiera que los viera pensaría sin dudarlo dos veces que eran pareja. Justin en ningún momento permitió que Aitana se despegara de su lado, incluso cuando ella afirmó que ya no tenía tanto frío. Y es que a pesar de que sus cuerpos ya se hubieran acostumbrado a la baja temperatura, Justin no quería soltarla, le agradaba la sensación de tenerla cerca y la verdad es que siempre buscaba cualquier excusa para que fuera así. Pero eso era algo que, de nuevo, nadie necesitaba saber.

—Mañana tenemos examen y le prometí a Danika que la ayudaría a estudiar. —Soltó como si fuera algo de lo más normal, Aitana no pudo evitar rodar los ojos.

     Danika siempre hallaba la forma de meterse debajo de su piel y eso le enojaba bastante. Desde que él había entrado a la universidad, comenzó a juntarse mucho con esta pelirroja de piel de porcelana y antes de que Aitana saliera del bachillerato y se volviera la compañía diaria de Justin de nuevo, Danika había tomado su lugar temporalmente. Aitana no era tonta y tenía los ojos bien abiertos ante cualquier amenaza y esta pelirroja era de todo menos inofensiva. Siempre se notaba a kilómetros de distancia cómo se lo comía con los ojos, incluso llegó a pensar que era una urgida, cosa que a la fecha sigue sosteniendo. Lo que Aitana no sabía era que la diferencia entre ella y Danika era que la pelirroja ya había probado el dulce que era Justin. Ambos habían llegado a coger en ciertas ocasiones que se juntaban para estudiar Anatomía, con la excusa de que al libro le faltaban imágenes que eran necesarias para la comprensión del contenido. Después de eso, el pedir ayuda para estudiar, para ellos ya era clave para decir que realmente se morían por un poco de acción.

—No entiendo por qué tienes que seguir juntándote con ella, ya ni siquiera comparten clases. —Aitana escupió con más disgusto del esperado.

—¿Son esos.... celos los que oigo? —Justin carcajeó y ella le propinó un golpe en el costado.

—Solo no entiendo por qué no se consigue a alguien más para estudiar.

—Porque ella sabe que se me da muy bien en clases, además, sabe que nadie enseña como yo. —¿Acaso eso fue doble sentido lo que escuchó en su voz? Esperaba con todas sus fuerzas que no fuera así, y como no tenía ganas de romperse la cabeza pensando en eso, prefirió zanjar el tema.

     Tan solo eran las 6 y cuarto cuando se encontraban a una cuadra de la casa de Aitana, todavía era muy temprano para ir a casa de Danika. Apenas estaba pensando en qué hacer para matar el tiempo cuando pasaron por enfrente de la pequeña cafetería por la que pasaban todos los días.

—¿Quieres un chocolate caliente? —Preguntó deteniéndose en seco frente al pequeño y pintoresco local.

—Creí que irías a estudiar. —Aitana le dedicó una mirada inexpresiva, cosa que incomodó mucho a Justin por alguna razón.

—Eso puede esperar.

     Acto seguido, tomó a Aitana de la mano y la arrastró dentro de la cafetería. La pequeña cafetería tenía una vibra muy hipster con bebidas y comidas con nombres raros y en su mayoría, veganas.  En varias ocasiones habían llegado ahí a almorzar algo antes de ir a la universidad por lo que Justin ya sabía que era lo que pediría, caminaron hasta el mostrador y Justin pidió por ambos lo mismo de siempre y como había sido su idea, tomó su cartera y de esta sacó un par de billetes para pagar. Tomaron asiento en una pequeña mesa que se encontraba pegada al ventanal y como siempre, Justin comenzó a hablar hasta por los codos, pero ella no hacía más que reír ante tanta ocurrencia que decía su castaño favorito. Si no fuera porque Aitana sabía que saliendo de ahí se iría a hacer sólo Dios sabe qué con Danika, estaría disfrutando demasiado el lindo momento juntos.

     Y aún sin saber a ciencia cierta qué era lo que realmente sucedía entre ellos dos, a veces, solo a veces, le gustaría poder ser Danika.

Love Me [j.b.]Where stories live. Discover now