♡Capitulo 6

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—¿Tampoco puedes dormir?— Aitana casi se atragantó con el frío liquido que bajaba dentro de su garganta. Carraspeó un poco y volteó tratando de ocultar la sorpresa que aquella voz le había causado. —¿De dónde has sacado el agua?— Esta volvió a preguntar, contoneado sus caderas mientras se dirigía hacia el refrigerador, abriéndolo como si fuera la dueña y señora de la casa. 

—Danika, ¿cierto? 

—Exacto, supongo que has oído mucho sobre mi. 

—La verdad no, o al menos no cosas buenas. —Aitana se volvió a girar para ahora darle la espalda. Enjuagó el vaso que previamente había usado y lo dejó a un lado secándose. 

    Danika soltó una pequeña risa que le puso los pelos de punta. Del refrigerador sacó una jarra de agua y caminó con pasos decididos hasta donde se encontraba Aitana para poder encararla pero esta seguía sin voltear. Entonces se le acercó, juntando sus cuerpos peligrosamente, más de lo que Aitana consideraría cómodo y con el brazo que tenía libre rodeó su cuerpo para alcanzarse a si misma un vaso, aprovechando para posicionar su rostro a la altura de la oreja de la otra y habló en un pequeño susurro que sólo ella pudo escuchar. 

—Estas celosa. Celosa porque en poco tiempo, he conseguido lo que tu siempre has querido y nunca has podido tener. Y dudo... que algún día lo logres. —Por fin tomó el vaso y lentamente se alejó.

     Aitana no pudo evitar sentir como si le hubieran escupido en la cara pero no iba a ceder. ¿Quién rayos se creía esta para poder decirle sus verdades?  Ahora era su turno de contraatacar y esta vez no le daría oportunidad de responder. Esta vez, Aitana se acercó a Danika, con una confianza que en su vida había tenido. 

—No te confundas, Justin no es más que mi mejor amigo. Si tu no me agradas, es porque sé que él puede conseguirse a alguien mejor que tú. En cambio, si yo no te agrado a ti —pausó para bajar el volumen de su voz—, es porque me consideras una amenaza. —Tomó el vaso con agua que se había servido previamente Danika y se lo tomó de un trago, poniéndolo de golpe sobre la mesa. —Descansa. 

     Le dedicó una sonrisa que se encontraba entre falsa y sincera porque estaba orgullosa de si misma, y salió triunfantemente de la cocina, dejando a Danika con la palabra en la boca y una repentina oleada de enojo. 

[...]

     A la mañana siguiente, la casa de los Bieber parecía un caos, algo extraño porque lo más temprano que se tenía que despertar alguno de los presentes era a las 10 AM. Aitana se rehusaba a abrir los ojos, pero había demasiado ruido que le fue imposible volver a conciliar el sueño. Palpó el lado izquierdo de la cama en busca de Caroline pero se encontraba vacío, incluso frío, lo que le dio a entender que ya hacía rato que ésta se había levantado. Extrañada pero todavía semi-dormida, tomó su celular de la mesita de noche y lo desbloqueó, le tomó un par de segundos para que sus ojos se acostumbraran a la luz y pudieran enfocar lo que estaban viendo. Eran las 9 y cuarto, incluso faltaba buen rato para que la alarma de Caroline sonara. 

     Lo siguiente que escuchó fue un fuerte golpe y el sonido de platos chocando contra si. Eso fue suficiente para que Aitana se despertara completamente y saliera de la habitación como un rayo. Apenas llegó a las escaleras, se dio cuenta que la puerta de entrada estaba abierta y en el piso habían unas maletas. No le costó mucho darse cuenta de cuál era el problema. Los Bieber estaban de vuelta y suponía que no les había hecho mucha gracia que su hijo hubiera metido a una muchacha en casa para pasar la noche. 

—Papá, cálmate, por favor. —Caroline gimoteó aferrándose al brazo de su padre para evitar que golpeara algo más. 

—No entiendo por qué están tan molestos. ¡Tengo 20 años por favor! 

Love Me [j.b.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora