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Corremos tanto como podemos a través del abismo durante lo que parecieron días, sin embargo, llegamos a fuera. No hay nadie en las calles, solo un silencio dividido en más silencios. El silencio de las personas que han desaparecido era el primero de todos, la calma debida a aquellas cosas que faltaban. Después, un silencio más difícil de notar, podías sentirlo si prestabas atención a las cortinas corridas, al viento que no soplaba y a la ceniza que se mantiene inmóvil en los rincones de las calles. Por último, un silencio aún más escalofriante, se halla en aquello que reposa con cautela a tener que despertarse, a despertar una maldición milenaria, la maldición de mi collar esmeralda. Trato de quitármelo, no surge ningún efecto. La cadena pasa perfectamente por mi cabeza, sin embargo no cede ante mis esfuerzos por deshacerme de ella. Simplemente se niega a salir.

- Y bien, ¿Cómo planeas sacarnos de ésta? Estamos solos, sin armas, siendo buscados por la ley... ¿Puedes contarme qué ha pasado?

- Bueno, parece que nuestro detective homicida ha decidido preocuparse! No esperaba que tuvieras el valor para hacerlo. - Dice ella.

- No tengo ni la más remota idea de como he llegado hasta aquí, todo ha sido demasiado rápido. Su cabeza, la lanza y la prisión.

-No te preocupes, ahora lo que te importa es salir de aquí y ir a Khir'ya.

"¿Khir'ya? ¿Por qué ir allí?" Pensé.

- Das por hecho que quiero acompañarte. No te he pedido que me rescates. - Vacilé.

- No te conviene meterte conmigo, muchacho. Me debes la vida. Y si no empiezas a sacarte la cabeza del culo habré hecho todo esto para nada.

- ¿Hacer el qué? ¿Por qué me necesitas?

- No te necesito a ti, imbécil. Necesito tu colgante. El amuleto esmeralda que portas al pecho.

El amuleto... Ya ni recuerdo cuanto tiempo lleva ahí. No logro comprender qué ha sucedido.

Empezamos a andar por las calles, sumidas en un caos eterno, ni una alma, ni un llanto, ni un suspiro del viento. Nada. Tan solo el silencio.

Para cuando me di cuenta ya habíamos cruzado la ciudad andando y ya estábamos en la salida Oeste, en dirección a Larma, por donde teníamos que pasar para llegar a Khir'ya.

Ambas ciudades son grandes, pero las diferencia su ideología.

Mi maestro solía contarme estas cosas, si no recuerdo mal hay 9 grandes continentes separados por un gran canal que cruza el mundo en vertical realizando un anillo, los emperadores de cada continente han preservado una cultura propia y algunas poseen más de una ciudad. Myrlenia es la más grande de todas, a ella la rodea "El Gran Bosque". Después encontramos Kyasha, Larma, Khir'ya, Manur, Salgia, Pyria, Rukya, Inodan y Halia. Cada una con una religión que siempre las mantiene separadas por discusiones. Larma concentra su idelogía en los antiguos dioses: Seres con indumentarias robóticas que colonizaron el mundo y Khir'ya, con la ideología del único dios: Teshi, el creador y escultor universal. Estas creencias separan los reinos como un cuchillo la mantequilla y impiden sus buenas relaciones. Sin embargo, el governador de Khyasha y de Manur siempre han deseado la caída del impero Myrleno. Y si me acusan de acatar órdenes... ¿Qué hago?

Para cuando me doy cuenta ya estamos en el camino de piedra, que conduce hasta Larma y la cruza para encontrarse con Khir'ya. Sigo los pasos de la jóven, aunque ella reniegue de ayudarme, solo necesita el amuleto.

- Oye, no es por desanimarte, pero no va a funcionar.

- Si funciona o no, no es tu decisión. - Dijo cortante.

- No me tomes a mal, es solo que... -

-¿Qué?

- Que... El collar no sale con facilidad... - Susurré.

- ¿Cómo? - Suspiró - No, no, no, eso no puede ser, ha de salir. -

Se me acerca con fuerza y agarra el collar para intentar sacarlo. Para su sorpresa el collar no sale con fuerza bruta y la cadena no cede con sus propios golpes.

- De acuerdo, apártate. - Dijo moviéndose hacia atrás.

- ¿Qué estás intenta... -

- ¡DISCIDIUM! -

Una luz sale volando de su boca y viene hacia mi, ante la sorpresa decido cerrar los brazos, pero en impactar la luz se separan sin más y golpean el collar, que hace rebotar el hechizo y golpea un árbol que, instantáneamente, queda separado en dos.

- No me jodas... Vamos... - Se da la vuelta y mira hacia el cielo, resoplando.

- Te lo dije, muy bien, y ahora, ¿Qué? 

- No hay otra opción, ahora hemos de ir a Khir'ya rápido. Tengo contactos que pueden deshacer el hechizo del collar.

¿Por qué he de hacer caso a esta desconocida?... Ya sé, voy a huir, usaré hechizos de sombras para inmiscuirme en las hojas del bosque que rodea la ruta y me iré tan lejos como pueda de esta loca.

Cuando me disponía a cruzar la senda, ella para de golpe y toma aire.

- ¿Y bien? ¿Crees que huir te servirá de algo?

En el momento que termina de hablar parpadeo y ha desaparecido. No puedo divisarla, no la encuentro. Entonces siento una respiración en mi nuca. 

Desafiante hago un movimiento de hombro hacia atrás para golpearla, pero ha vuelto a desaparecer.

- No eres el único que estudia el olvidado arte de las sombras. Tu maestro debe sentirse deshonrado contigo.

-  ¡Tú que sabrás! No le conoces. - Dije.

Ella se gira y sonríe levemente.

- Eso es lo que tú crees.



CaceríaWhere stories live. Discover now