Nada como estar en casa

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Jihoon abrió sus ojos algo adormilado, sintiéndolos pegajosos e hinchados, no había podido dormir en toda la noche y apenas si unas horas pudo conciliar el sueño, se abrazó a sus rodillas bajo las mantas algo agotado y agradeció a que su jefa le hubiese mandado un mensaje a media noche preocupada.

En el mensaje le insistía que tomase unas vacaciones para descansar, su única respuesta fue que se tomaría el día para pensarlo y después le haría saber, tirito un poco en su lugar y dejo escapar un suspiro, agarrándose a sus sabanas, fue ahí cuando sintió que extrañaba estar en su pueblo cálido... en casa, los abrazos cálidos de su madre y el aroma a comida casera, y una idea vino a su mente.

No se hizo esperar, se levantó de la cama decidido a salir de su estado patético y le escribió a aquella mujer, tomaría las vacaciones que probablemente serian un mes, y la mujer conociéndole le dijo que se tomara por lo menos dos, Jihoon rechisto dudándolo un poco e insistió que por el momento seria uno, Jihoon era ese tipo de personas indecisas que preferían esperar a que el tiempo le dijese lo que realmente necesitaban.

Tomo sus maletas y comenzó a llenarlas de toda la ropa que creía necesaria para esos días, bajo a la recepción y le paso un sobre al casero.

-¿Qué es eso?

-La paga de este y el otro mes, puede que tarde en regresar pero vendré pronto, le dejare pago lo necesario.

El hombre lo miro algo extrañado pero no siendo más se encogió de hombros y le deseo un buen viaje al pequeño, Jihoon salió de aquel edificio decidido pero fue hasta que se detuvo frente a la salida que lo dudo un poco, su vista se encamino a la ventana de Seungcheol y la miro algo dudoso, dejando escapar un suspiro, necesitaba reorganizar su mente y sus sentimientos.

-Lo siento Cheol~

Necesitaba un tiempo para él.

Tomo su celular y lo apago guardándolo en su bolsillo trasero, llegaría de sorpresa a casa así que no necesitaba de él, de hecho, no quería saber por un buen tiempo de nada, tomo un taxi y se encamino a una estación de trenes para tomar su ruta.

El camino fue silencioso, escuchando música con sus audífonos y con la frente pegada al cristal de su transporte, el día era oscuro y dejo que un suspiro se colara en él no podía evitar pensar en lo pasado, el día anterior con su loco atacante, le había dicho a la mujer que se hacía cargo del lugar de su trabajo, que presentara cargos a su atacante, él no era capaz de verle la cara pero aquel chico merecía su merecido.

*

- ¡JIHOON! Mi pequeño Jihoonnie –

Hablo entusiasmada su madre después de encontrar a su pequeño hijo en el umbral de la puerta con algunas maletas, la mujer se acercó para abrazarlo y estrecharlo en sus brazos, Jihoon sonrió y la abrazo con la misma o quizás más fuerza, la calidez del abrazo le hizo sonreír de una manera amplia, su nariz se inundaba de esa fragancia de su madre que conocía desde pequeño y se sintió en casa.

-Pasa, deja tus maletas en tu recamara y baja para cenar –

Esa tarde había llegado cuando el sol se escondía, había tardado casi todo el día y la verdad es que en metro le hubiese salido más rápido pero había preferido en esos momentos quedarse un tiempo viendo el paisaje y meditando.

Nuevamente se había quedado aturdido con la vista en la ventana de su habitación, ya era oscuro y sus cosas estaban desparramadas en su cama, se abrazó a sus piernas sin saber en qué pensar, ya no tenía miedo, se sentía seguro y eso era lo que buscaba pero esta vez algo más ocupaba su mente.

¡Hey! Mr Neighbor  ❣ JiCheol.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora