15: Cómo sobrevivir a su atrevimiento.

7.2K 1.2K 433
                                    

—A-ah, bebé, es-espera...

—No quiero. —puchereó el castaño, subiéndose al regazo de Sehun para colgarse a él como un koala bebé.

—Debo terminar éste trabajo.

—Lástima.

— ¡Luhan! —se quejó infantilmente, colando sus manos por la camiseta del castaño para llegar hasta sus costillas.

—Hey, ¿Qué estás- ¡Ah no, ahí no! —se retorció de la risa, rompiendo su agarre para alejar las manos de Sehun y que dejase de hacerle cosquillas.

—Te esperas a que termine y me tendrás por el resto del fin de semana, mocoso.

Luhan lo fulminó con la mirada y a regañadientes se bajó de él, sentándose con los brazos cruzados a su lado del sofá mientras Sehun volvía a concentrarse en su trabajo.

—Mal esposo,

—No soy tu esposo. —le respondió el pelinegro, sin apartar la mirada de lo que estaba escribiendo.

—Y tampoco lo serás a futuro.

—Sí, si, como tú digas.

—Insensible.

—Lu. —advirtió, comenzando a irritarse.

—Me rechazas cuando tengo ganas de darte amor, senpai malo.

— ¿Me dejarás terminar esto?

—Rechazas mis cariñitos.

Sehun suspiró frustrado y dejó de escribir. Cerró el cuaderno y se recostó en el sofá, mirando con el ceño fruncido al amurrado castaño.

—Bien, soy tuyo.

Luhan sonrió traviesamente y se volvió a sentar sobre su regazo, entrelazando los brazos por detrás de su cuello, así acercándolo a su rostro.

—Me gusta cuando me consientes.

Sehun posó las manos en su cintura y apretó levemente, robándole una pequeña risa.

—Lo que sea por mi pequeño.

Sehun sabía que Luhan no era atrevido, más bien era demasiado sumiso y se dejaba hacer. Sin embargo, cuando Luhan se inclinó para besarle de manera demandante, se sorprendió en demasía.

—Oh, estás hambriento, gatito. —alcanzó a decir, recobrando la respiración luego de tan intenso beso.

—Siempre eres tú el que empieza todo —se sonrojó y bajó el tono de su voz, abultando los labios en un puchero— y te he notado cansado últimamente por las clases.

Sehun sonrió enternecido y se acercó para dejar un pequeño beso en la punta de su nariz.

—Qué bebé más considerado tengo.

—Yah, no te burles —le lanzó la mirada y el pelinegro sólo pudo encogerse de hombros—. Ahora, déjame tomar el control antes de que me acobarde y termine huyendo.

—Eso no pasará, porque jamás te dejaré huir.

Luhan sonrió.

—Bien, entonces creo que por ésta noche seré tu seme.

—No lo creo, gatito.

E invirtió las posiciones, cubriendo el cuerpo del castaño y atacando su cuello para dejar pequeñas marcas.

—Ahora no estás cansado, ¿Eh?

—Contigo nunca.

Comenzaron a besarse de manera apasionada, Luhan atreviéndose a hacer cosas que antes no hacía, como por ejemplo explorar el bien marcado abdomen del mayor y bajar su mano hasta el gran bulto en sus pantalones, haciendo reír a Sehun.

—Oh, qué descarado, bebé.

—C-cállate. —murmuró sonrojado, mirando de mala manera los ojos burlescos de su senpai.

Sehun iba a levantarse para llevar a Luhan hasta la habitación, pero cuando se dispone a hacerlo, unas patitas de tamaño mediano tocan su espalda y el sonido de un cachorro sediento interrumpe el momento.

Manteca ladra y el pelinegro se separa de Luhan, frunciendo el ceño hacia el animal.

—Oye, es descortés cortarme el rollo con Lu.

La cola de Manteca se movía de un lado a otro, su cabeza ladeándose y sus orejas moviéndose con las palabras del alto.

—Manteca no sabe lo que hace —lo defendió, abriendo los brazos y el animal yendo directo hacia ellos, acurrucándose en su regazo—. Senpai.

— ¿Qué? —respondió de mal humor, mirando feo al despistado Manteca.

—Ve a la habitación.

Sehun le dio una mirada extraña y Luhan le guiñó un ojo.

—Subo en un rato, tigre. —dijo en un tono coqueto, dejando atónito al mayor.

Unos segundos bastaron para que Sehun se levantara, se inclinara para besar castamente los labios del menor y corriera escaleras arriba, contando los minutos para que Luhan llegara.

Todavía en la sala de estar, Luhan se levantó y caminó hasta la cama de Manteca, agachándose y palmeando el lugar que inmediatamente fue ocupado por él.

—Es hora de dormir, Manteca, porque Papi Lu tiene acción ésta noche~




Nunca me cansaré de decir cuánto las quiero♡.

Nunca me cansaré de decir cuánto las quiero♡

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Cómo sobrevivir a Luhan y no morir en el intento » hunhan.Where stories live. Discover now