17: Cómo sobrevivir a su tranquilidad.

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Luhan observó cómo Sehun se mordía las uñas con nerviosismo mientras observaba el video de su práctica, repitiendo las partes donde parecía estar haciendo algo mal porque fruncía el ceño y se relamía los labios reiteradas veces.

—Dios, no sé si pueda hacer esto.

Luhan se apoyó en su pecho y se estiró como un gato sobre la cama, dándose cuenta de que eso no había llamado la atención del mayor que miraba perdidamente su móvil.

—Senpai.

—Sabía que debí haberme convertido en albañil. —se lamentó, haciendo reír al pequeño.

Rodeó su torso con un brazo y se acurrucó en él, ésta vez logrando su cometido cuando la gran mano de Sehun acarició su cabello con cariño.

— ¿Te gustaría tener un esposo albañil, bebé?

—El baile es sensacional, senpai. No entiendo por qué lo ves con ojos críticos.

—No lo sé —suspiró, dejando el aparato a un lado y concentrándose en su pequeño—, es normal estar disconforme e intentar buscar la perfección en algo que te gusta, ¿No?

—Creo que sí, pero el problema es que te está volviendo inseguro y si sigues así no podrás demostrar bien tu talento en la presentación.

—Mh.

Se quedaron en silencio, el pelinegro en su propio mundo y el castaño intentando entrar en él para hacer desaparecer todo lo que tenía a su novio así.

Pellizcó su abdomen y Sehun se removió sorprendido.

— ¿Por qué fue eso?

—Mírame.

—Te estoy mirando.

Luhan sonrió y se alejó del mayor, éste quiso comenzar a protestar por la falta de contacto entre ellos, pero inmediatamente se le fueron las ganas cuando Luhan se subió a horcajadas sobre su abdomen y se recostó sobre su pecho, dándole un suave besó en el mentón.

—Cuando estoy nervioso por algún examen, simplemente me concentro en mirarte y todas mis preocupaciones al respecto desaparecen.

Sehun abrió los ojos como platos y se sonrojó, apreciando cómo los ojos de Luhan brillaban de una manera única, cómo su sonrisa de labios cerrados parecía irradiar paz y, sobre todo, cómo las suaves caricias sobre su cuello le estaban haciendo olvidar hasta su nombre.

—Eres perfecto. —pensó en voz alta, consiguiendo que el castaño juntara sus labios de manera tierna y apoyara la frente contra la suya, mirándolo directamente a los ojos.

—Perfecto para ti —canturreó, intentando disimular su estremecimiento cuando las manos de Sehun agarraron firmemente sus caderas—. O-oye...

— ¿Qué? —preguntó inocentemente, bajando sus manos lentamente hacia su trasero.

— ¡Yah, senpai, no te aproveches!

— ¡Mis preocupaciones están desapareciendo! ¡Es un milagro!

— ¡Hentai!

Sehun rió juguetón y decidió seguir manoseándolo, pero no pensando en llevar aquello a más.

Al menos no hasta que anocheciera.

De pronto recordó algo que venía rondando por su mente durante un buen tiempo.

— ¿Sabes? Siempre he tenido una duda.

— ¿Cuál?

—Nunca antes te había visto por la biblioteca antes de que me tropezara contigo.

Luhan parpadeó, de pronto sonriendo de manera traviesa.

—Es porque nunca antes me había quedado leyendo en la biblioteca, pero ese día era diferente.

— ¿Diferente?

—Sip, porque me estaba escondiendo de Wonho.

El ceño de Sehun se frunció.

— ¿Quién es Wonho?

—Wonho es mi ex novio~.

El alma del mayor abandonó su cuerpo.

—Luhan. —musitó muerto en vida, observando perdidamente la cara sonriente del nombrado.

— ¿Si~?

—Te arrepentirás de haberme revelado eso.

— ¿Por qué?

Y un salvaje Sehun cambió sus posiciones, rápidamente metiéndose entre sus piernas y presionando sus cuerpos juntos.

Ya no esperaría a que anocheciera.

— ¿Estás celoso? —preguntó divertido.

Sehun lo miró irritado e inclinó la cabeza hacia su cuello, atrapando un pedazo de piel entre sus labios para comenzar a succionarlo con fuerza.

— ¡Ah, bestia!

— ¡Pensé que era tu primer novio! —gruñó una vez dejó un lindo chupetón.

— ¡Eres el primero en muchas cosas!

— ¿Tu primera cita?

—Uhm, bueno, eso no.

— ¿Tu primera beso?

—Tampoco.

Sehun lo fulminó con la mirada.

— ¿Tu primer manoseo?

Luhan desvió la mirada con las mejillas rojas y se quedó en silencio. Sehun lo miró indignado.

—Ahora verás, mocoso.

Comenzó a besarlo y no se detuvo en ningún momento, torturando al pequeño travieso cuando comenzó a jugar con su cuerpo hasta que éste lloriqueó por más.

Le agradecía haberle hecho olvidar sus inseguridades con respecto a su presentación final, pero no le agradecía el hacerle pasar de la tranquilidad a las ganas de amarrarlo en esa cama y no dejarlo salir nunca más.

Lo único que supo Manteca al día siguiente fue que su amo caminaba lentamente con las piernas un poco abiertas y que miraba fulminante a un sonriente Sehun.





El próximo capítulo es el final y entonces sólo quedaría el epílogo y un extra :(

Cómo sobrevivir a Luhan y no morir en el intento » hunhan.Where stories live. Discover now