Capítulo 2: La mascota hermosa

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Drianna pasó horas golpeando la dura puerta, pero se dio cuenta de que era inútil, pues gastó toda su energía en tratar de escapar. Agotada, se recargó en una pared para luego así quedar profundamente dormida.

Comenzó a soñar con los recuerdos de su infancia, de como los lobos siempre jugaban bien con ella. Pero ese sueño tan lindo de repente se convirtió en pesadilla. A la lejanía, mientras la pequeña cachorrita jugaba con su familia, veía una figura humana a lo lejos, aparentemente femenina. No podía ver su rostro por completo, pero aquella mujer había sonreído de forma tétrica, por lo que la pequeña Drianna sintió un temor indescriptible. De repente los lobos desaparecieron y su transformación se desvaneció, aparentando únicamente a una niña humana indefensa, en medio de lo que ahora era un bosque gris, totalmente paralizado. La misteriosa mujer empezó a caminar lentamente hacia la pobre Drianna, mientras que ella, sin poder contener su miedo, corrió lo más rápido que podía. La pequeña, lloraba desesperada al correr y pedía ayuda, pero nadie venía. De repente algo tomó su mano y volteó, aquella mujer tenebrosa la había alcanzado, sonriendo diabolicamente. La niña gritó y justo en ese momento, Drianna despertó y miró a su alrededor.

La loba esperaba a que su encuentro con el vampiro de pelo lila hubiese sido solo un sueño, pero se frustró al ver que no fue así. Para colmo aún seguía en cerrada en la misma habitación, amenazada por ese collar malévolo. Se había dormido en la madrugada y pasó así hasta la tarde. Eran las 4:00 pm, por lo que su transformación de loba se agotó con la luz del día, aparentando una hermosa chica de piel blanca, ojos rojizos y cabello plateado. En aquel instante, alguien llamó a la puerta con suavidad y eso alteró un poco a Drianna. De inmediato corrió a la cama de esa habitación , se recostó y fingió estar dormida. Esa persona abrió la puerta al no obtener respuesta. Quien entró era Kanato, con Teddy bajo el brazo y una bandeja con comida en ambas manos. Al verla "dormida", dejó la bandeja en una pequeña mesa de la habitación y se acercó a ella lentamente.

Mientras abrazaba fuertemente a Teddy, veía con sus tétricos ojos a Drianna. La miraba con ternura y un poco extrañado por la transformación de loba a humana que no tenía mucho cambio en realidad. No pudo evitar acariciar su cabello plateado, el cual era suave a pesar de que ella viviese en el bosque y lo tuviera un poco despeinado. La caricia hizo que Drianna abriera los ojos de golpe y se sentara, mirándolo bastante asustada. -¿Qué quieres?- preguntó con rencor.

Kanato solo rió algo divertido - Oh... ¿Te desperté cachorrita? ¿Qué ocurre? ¿Ahora tienes miedo loba?- dijo en un tono extraño, como alegre pero sutil y vanidoso a la vez. -Solo vine a alimentar a mi nueva perrita ¿A que más vendría? Debes comer o te enfermarás- agregó él, acercándose a ella de forma incómoda. Drianna se alejaba de él hasta que se levantó de la cama. -No puedes obligarme. Yo hago lo que quiero cuando quiero. Yo soy una loba libre y salvaje. No puedes domesticarme-

-¿Domesticarte? Que estúpida eres perrita-chan ¿Vas a comer o prefieres que yo te dé de comer?-

Drianna se quedó callada, hizo un gesto de molestia y cruzó los brazos, señal de que lo ignoró por completo. Eso molestó a Kanato, dejó a Teddy en la cama en lo que se acercó a la chica, soltándole una bofetada para que cayera al suelo y luego la tomó del cabello para levantarle la cabeza. -¡Te hice una pregunta! ¡No me ignores loba estúpida!- El rostro del vampiro se mostraba totalmente enfurecido y sádico. Después de gritarle, la golpeó contra la pared y fue hacia la bandeja para tomar un trozo de pastel que había en ésta. Drianna estaba sentada y recargada en la pared agrietada por el golpe. Ahora que era humana, su fuerza se disminuyó por completo y era obvio que aquel golpe pudo ser mortal para ella. Kanato tomó a Teddy de nuevo y volvió con Drianna. Se hincó frente a ella, mirándola fijamente de forma dulce sin necesidad de una sonrisa. -Anda, come, di "ah~"- dijo ahora tranquilo, cortando un pedacito del pastel con la cuchara y la llevó frente a la boca de Drianna. Con los ojos entre cerrados, Drianna lo miró y abrió un poco la boca, debido a que en ese estado no tenía más opción que obedecer.

Al probar el pedazo del pastel, la expresión de la chica cambió un poco. Un ligero sonrojo apareció en sus mejillas y saboreó el dulce. En su vida había probado un pastel o alguna comida casera siquiera, lo único que comía era carne cruda de los animales cuando era licántropa y frutas cuando era humana. -Ehhh te sonrojaste loba ¿Te gustó? ¿Ves? No está tan mal ¿o sí? - dijo Kanato ahora sonriendo de forma alegre. Nunca apartó espeluznante mirada de la hermosa chica, con un gesto de dolor pero también tierno acompañado de aquel sonrojo. -Eres linda...-

Drianna desvió la mirada por el último comentario del vampiro. Acomodó su cabello con su mano, pero sintió algo líquido en la parte se atrás de su cabeza y entró en pánico. Miró su mano que estaba completamente manchada de sangre, comenzando a temblar por el simple hecho de que su compañero era un vampiro y lo más probable era que la mordería para matarla. Kanato sintió el dulce aroma de su sangre, dejó el pastel de un lado y acorraló a Drianna en la agrietada pared con una mirada muy extraña. -En verdad eres linda, tu aroma es suculento...- el vampiro se acercó a su cuello y la mordió, empezando a saborear aquel líquido rojo. Drianna se encontraba tan débil por la pérdida de sangre que no podía hacer algo al respecto para quitárselo de encima. Repentinamente, Kanato se detuvo y la miró con cierta ternura. -Linda... Y dulce...- murmuró el chico mientras le acariciaba el rostro de la hermosa licántropa. -Ya te entendí- contestó ella, cerrando los ojos asustada.

-¿Por que te asustas? No te voy a lastimar-

- ¡Ya lo hiciste! Ayer y hoy...-

-Ohhhh eso jeje ¿Quieres que me disculpe acaso?- el vampiro acarició el collar de Drianna. -¡No! Quiero mi libertad, no entiendo... ¿Por qué haces esto? Dijiste que odias a los lobos... Eso quiere decir que también me odias a mi. Pero ahora... Parece otra cosa ¿Como es que ayer parecías detestarlos? - preguntó ella aún débil, ya pálida por la pérdida de sangre. - Es por culpa de Cordelia. Así que tu eres la nueva mascota de Kanato. Mientras no divulgues pulgas por mi esta bien- dijo una voz detrás de Kanato. Un chico mayor de cabello grisiento con gafas.

-Reiji... ¿Ah que has venido? Sólo yo puedo jugar con ella.-

-¡Yo no soy la mascota de nadie!... Quien quiera que seas-

-Parece que voy a tener que educar y entrenar a esta loba- dijo Reiji molesto, acercándose a ella, además de que también sintió el olor de la sangre. -Yo lo haré. Déjanos en paz- respondió Kanato en un tono muy frío y éste solo se fue del cuarto. Una vez que el mayor salió, el vampiro de pelo lila volvió su vista a la chica, forjando una sonrisa divertida. -¿Te duele mucho Dria-san? Neeee Teddy ¿Crees que ya vaya a morir?-

-Cállate...- Drianna se levantó con dificultad y luego lo miró algo molesta. -¿Olvidas que no soy humana? Así como tu me puedo curar más rápido. Solo que con esta forma mi curación es un poco más lenta. Vampiro estúpido... Soy Drianna, la princesa de los lobos. Tal vez fui traída aquí con facilidad, pero eso no quiere decir que me eh rendido. Nadie puede domesticarme ni dominarme, ya te lo dije, yo soy salvaje y libre- dijo ella con valor.

Kanato se levantó, abrazó a Teddy y rió un poco. -Esa actitud y esa cara me gustan. Bien, te daré privilegios en esta mansión. Yo que tu tengo cuidado con mis hermanos. Te dejo comer tu pastel y descansar Dria-chan- comentó el chico de pelo lila y caminó a la puerta. -Te daré ropa más cómoda. Ese vestido me provoca mucho ¿Qué tipo de prendas gustas?-

-Solo algo cómodo. No me importa lo que sea, mientras no tenga que estar soportando tus acosos porque me veas la piel. Algo que me cubra bien.- respondió la chica como si fuera la dueña del lugar, dando ordenes a un sirviente. Kanato solo la miró de reojo y la dejó sola de nuevo. Por por otro lado, Drianna se preparó mentalmente para cualquier cosa que pudiera pasar y en eso se sentó para terminar el pastel. No era carne pero era algo que le gustó mucho más por el sabor dulce y delicioso en lo que esperaba la noche llegar.

Su caso de transformación no era como los mitos, era algo simple: durante la noche era licántropa y en el día era humana, pero eso si, en las noches de luna llena era mucho más poderosa. En cierto modo decidió aprovechar que le dieron privilegios para darse más libertad de caminar, no soportaba los lugares cerrados, de lo único que debía de cuidarse era de los hermanos Sakamaki que aparentemente eran capaces de atrocidades por diversión.

Foe Lovers (Diabolik Fanfics de Romance) Vol. 1Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu