Capítulo final: La prueba de un amor "enemigo"

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Tras un tiempo después de la boda, una noche se escucharon gritos llenos de dolor dentro de la mansión y pasos de gente corriendo. - ¡Rápido Kanato!- gritó Subaru mientras corría a su lado hacia la entrada de la mansión. Junto a ellos, corrían unos pocos lobos que de repente se le adelantaron hasta donde estaba Karl Heinz. Cuando el rey de los vampiros notó la tensión en los caninos, empezó a tener muchas sospechas sobre la situación hasta que llegaron Subaro y Kanato. -¡Karl Heinz! ¡Ayúdenos! ¡Drianna va dar a luz!- gritó Subaru con gran desesperación.

-¡Por favor! ¡Ayúdenos!- gritó Kanato.

Ya después de la boda, Drianna supo que estaba embarazada, pero al ser licántropa, su periodo de embarazo era bastante corto, de tres meses o setenta días. Kanato se sintó el chico más feliz del mundo en cuanto supo que iba a ser padre. De la forma en la que era, nunca se vio en un futuro estando casado con hijos como su padre, pero a diferencia de él, el vampiro de pelo lila sólo amaba a una sola esposa. Karl Heinz se sorprendió en cuanto escuchó que su nuera estaba dando a luz y los gritos que resultaron ser de ella, se volvían más intensos y dolorosos de escuchar. Los que verdaderamente cooperaban en el parto eran Reiji, Subaru y Kanato, los otros tres ni siquiera se asomaron por sus puertas cuando empezó el escándalo. El vampiro de los anteojos trataba de sedar para calmarla, aunque no daba muy buen resultado, apenas el lobo Gin le era algo de ayuda.

El rey de los vampiros de inmediato corrió junto a sus hijos y los lobos al cuarto de la pareja donde se encontraba la princesa licántropa. Él era un vampiro muy inteligente, sabía de medicina, incluso se disfraza de enfermero en la escuela de sus hijos. Ya hubo ocasiones en las que había ayudado en los partos de otras vampiros, hasta se encargó del parto de sus esposas cuando los seis adolescentes de la mansión nacieron. Una vez que llegaron, Karl Heinz se acercó a su nuera para empezar a atenderla. -¡Tranquila Drianna! ¡Te ayudaré! ¡Necesito que respires y empieces a pujar! ¡Ustedes dos! ¡Necesito que salgan! ¡Reiji! ¡Quédate por si te necesito! - decía Karl Heinz, preparándose para que Drianna tuviera a su bebé. Muchos de los sirvientes ayudaban llevándole al rey vampiro todo lo necesario para poder hacer del parto un éxito. Subaru y Kanato salieron de la habitación estando terriblemente nerviosos por todo lo que ocurría, cualquier cosa podía pasar y era simplemente horrible pensar en que cualquier cosa podía pasar, más al saber que la princesa Drianna agonizaba de tanto dolor con el parto.

Un muy buen rato después, los sirvientes salieron con toallas manchadas de sangre fresca, cosa que alteró por completo a ambos vampiros pero alcanzaron a escuchar un sonido que los alivió por completo: el llanto de un bebé. Reiji salió de la habitación y miró a sus medios hermanos de forma fija. -¿Como está Drianna? ¿Y bien? Dinos que está todo bien- dijo Kanato tratando de contener la alegría.

-Fue varón-

Sin que Reiji les diera permiso, Kanato y Subaru entraron a toda prisa al cuarto, casi empujándolo y vieron a las mucamas limpiando a Drianna. Literalmente, ella dio el parto con sangre, sudor y lágrimas, pero al final valió la pena todo, porque su pequeño hijo había nacido bien gracias a Karl Heinz. -¡Drianna! ¿Estás bien?- pregunto Kanato acercándose y besando su frente.

-Estoy... Bien...-

-¿Donde está el bebé?- preguntó Subaru.

-Karl Heinz lo tiene, no ha de tardar en venir con él-

Justo después de que Drianna respondió, Karl Heinz llegó con su pequeño nieto en sus brazos.

-Kanato, Drianna, miren. Este es su hijo. La prueba de su amor.- dijo el rey de los vampiros de forma orgullosa y dejó al bebé en brazos de su hermosa madre. El pequeño era un varón de piel blanca y cabello albino como el de Drianna. Aún no abría los ojos, pero en cuanto los abriera, serían color lila justo como lo son los de Kanato. Era un híbrido de licántropo y vampiro. Tendrá inmortalidad, habilidades especiales, un fuerte amor por los lobos, podrá convertirse en licántropo cuando quiera pero también se alimentará de sangre. Drianna miró a su pequeño hijo y se lo enseñó a su esposo y a su hermano. -¿No es hermoso?- sonrió.

-Si, lo es. No puedo creer que sea mío. Es como un muñeco.-

-¡Kanato! No digas estupideces- gritó Subaru, pero Drianna lo calló y empezó a arrullar al bebé para que no se asustara. -¿Cómo lo llamarán?-

-A mi me gusta el nombre de Hikaru ¿A ti te gusta Kanato?- preguntó ella mientras acariciaba la cabeza del niño.

-¡Si! Se llamará Hikaru. Dri-chan, gracias, te prometo que los voy a querer a los dos-

Foe Lovers (Diabolik Fanfics de Romance) Vol. 1Where stories live. Discover now