Capítulo 7: Corazón amado

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Drianna no podía dejar de pensar en aquel sueño que tuvo con aquellos recuerdos que no le pertenecían. Era algo muy curioso y aterrador a la vez. Varias dudas empezaron a perturbarla: "¿Por qué tiene pesadillas con Cordelia? ¿Quién era realmente aquella mujer de la torre? ¿Qué hacía encerrada? ¿Por qué esas mujeres no trataban bien a sus hijos? ¿Todo lo que vio era el origen de sus comportamientos actuales?"

La lluvia no paraba de caer como si fuese un diluvio, era sorprendente que los jardines de la mansión no se hayan inundado o que la luz no se haya cortado por los enormes truenos que pasaban. Kanato llegó después de un rato con algo de comer para Drianna. -Dri-chan, es hora de comer.- dijo el vampiro hablándole como si ella fuera un cachorrito. La licántropa solo lo miró y se sentó bien en la cama para recibir el plato de comida y empezar a alimentarse. En el plato había un filete de carne cocida y un poco de lechuga al lado. A Kanato no le gustaba la idea de que la loba comiera carne, si realmente fuera por él, le habría traído un pastel como a él le gusta. Sin dudar, Drianna tomó los cubiertos que venían en éste y empezó a comer de forma tranquila mientras que Kanato se sentaba a su lado, abrazando a Teddy y mirándola como si fuera un niño viendo a un animal comiendo en un zoológico.

-Kanato ¿Puedo preguntarte algo?- dijo ella mientras comía.

-¿Mmm? Dime-

-¿Cuál es la verdadera razón por la cual me trajiste aquí? Sabiendo que tu madre odiaba a los hombres lobo...-

Tras escuchar la pregunta, Kanato cambió su expresión de alegre a triste, aferrando a Teddy a él. Por un momento, todo permaneció callado hasta que el vampiro respondió a su pregunta. -Porque me siento muy solo... Mis hermanos no son buena compañía. Apenas Teddy lo era...- dijo con tristeza. Drianna lo miró de la misma forma y dejó el plato de un lado. Un tipo de instinto maternal de repente apareció en ella y no pudo evitar darle un abrazo a su acompañante. Aquella acción sorprendió un poco a Kanato, pero se dejó abrazar y le acarició el cabello y las orejas con cariño. -Me sentía solo hasta que te traje aquí... Me sentía terrible cada que me rechazabas pero estoy feliz porque ahora te portas bien conmigo.- continuó. Drianna no dijo nada por el comentario tierno de Kanato, pero continuó dándole cariño con aquel abrazo.

Por solo un momento, Kanato recordó a Cordelia con su tío Ritcher, aquellos momentos traumáticos para todo niño. Solo recordar eso, hizo que temblara y se aferrara a Teddy y Drianna. - N-No Cordelia...- tartamudeó. La licántropa lo miró preocupada y le tomó el rostro para hacer que la mire. Tenía planeado decirle su sueño y que sus pesadillas siempre eran protagonizadas por la figura de Cordelia, pero decidió callar por el bien de Kanato y así evitar que se preocupara de más por ella. -Cordelia ya no está aqui Kanato, así que tranquilo, ella no te volverá a molestar jamás-

-¿En verdad lo crees Dri-chan?... Oh... Así se siente esta calidez. Quiero sentirla para siempre. Tu me haces sentir tan bien. Quédate conmigo aquí, princesa...- tras decir estas palabras, Kanato dejó caer a Teddy en un lugar al azar y abrazó con mucha fuerza a Drianna, acto seguido, la mordió para saborear esa deliciosa sangre suya. Sin embargo, cambió rápido la dirección y la besó en sus labios. La princesa, a pesar de que se quejó un poco por la mordida, nunca forcejeó o se resistió al beso, al contrario, correspondió a el sin ninguna duda. Aquel, era un beso lleno de dulzura y calidez, algo extraño para un ser oscuro de cuerpo frío. Drianna acabó por ser sentada en el regazo de Kanato mientras el beso continuaba y se intensificaba un poco más . -Kem... Kem attada Kanato... Fie... Kem lantto...- dijo Drianna entre beso en su idioma. Kanato se separó del beso y la miró a los ojos con curiosidad. -¿Qué dijiste?-

-No... Nada...-

-Por favor dime, quiero saber Dri-chan, por favor- suplicó Kanato con ternura mientras la abrazaba por la cintura. Drianna de nuevo no pudo resistir de nuevo, por lo que respondió. -Dije: "Te quiero Kanato... No... Te amo"- confesó la loba. Un gran sonrojo apareció en las mejillas de ambos. Kanato se sintió extraño. No recordaba que alguien le dijera "te amo", ni siquiera de Cordelia o su padre. Una gran alegría se apoderó de él y volvió a besar a Drianna de un modo un poco más desesperado y luego le susurró a su peluda oreja. -Repitelo... Te suplico que lo repitas...-

-Te amo, te amo Kanato. Es verdad y no lo digo de dientes para afuera, lo digo desde mi corazón. Te amo...-

-Yo también te amo Dri-chan. En un principio solo te traje para que jugaras conmigo pero ahora es diferente. Me enamoré... Estaba desesperado por escuchar esas palabras de tus labios- en ese momento, Kanato la besó de nuevo y a partir de ese entonces no se escuchó nada más que los truenos de la lluvia, que censuraban otros sonidos.

Esa madrugada, cuando la lluvia se calmó, lo único que había era silencio. Reiji trató de llamar a Kanato innumerables veces e intentó entrar a su habitación pero le fue imposible porque la puerta estaba cerrada. El vampiro de pelo grisiento por un lado temía que su medio hermano se haya enamorado de la princesa de los lobos por el hecho de esa rara enemistad y por la prohibición que Cordelia, e incluso Beatrix, habían puesto de que no debían acercarse a esas criaturas. Por otro lado, entendía como se sentía Kanato. Necesitaba llenar ese vacío en su interior por la falta del amor correcto de su madre. De todas formas, Reiji también pasó por algo similar con su madre, el simple hecho de que ella prefiriera más a su hermano Shuu e hiciera como si él no existiera. Si se hubiera involucrado con una mujer lobo como lo hizo Kanato, lo más probable era que nunca se hubiera enterado, o tal vez si pudo saberlo pero bastante tiempo después. Decidió dejar a Kanato solo y seguir en sus deberes y tareas diarias.

Dentro del cuarto, los jóvenes enamorados se encontraban cubiertos por las sábanas de la cama, estando desnudos y abrazándose entre ellos. Tanto a Drianna como a Kanato, les sorprendió que él haya podido hacer cierto acto a pesar de sus traumas. La princesa movió sus orejas y su cola un poco y acarició el rostro de su enamorado con ternura. -Te amo... No me canso de repetirlo, no me importa que seas un vampiro.-

-¿Hay algún problema con que sea un vampiro?- preguntó Kanato como un niño mientras la miraba con la misma ternura.

-El problema es aquella enemistad absurda que tienen nuestras razas... Tengo miedo de que alguien venga e interfiera-

-¡Nadie va a interferir! ¡No lo permitiré! ¡Nadie te va a quitar de mi lado! ¡Nadie!-

Kanato abrazó con toda su fuerza a Drianna, de un modo tan sobreprotector y posesivo. No soportaba la idea de que lo separaran de la chica de quien se sentía realmente enamorado. Drianna solo tranquilizó al vampiro dándole un beso corto y luego lo miró. Kanato después del beso, le sugirió a la bella princesa que se escaparan para vivir juntos en otra parte, algo que no le pareció muy justo y bueno a Drianna, pero de repente, el vampiro cambió de idea.

-Dri-chan, no me importa que seas una licántropa. Cásate conmigo, por favor. No estoy realmente interesado en ser el líder de la familia ni nada, pero quiero que estés conmigo para siempre.- la propuesta de Kanato puso nerviosa a Drianna, pues ella entendió por la palabra "cazar", pues no conocía otro término. El chico notó la expresión de la joven y le explicó de forma rápida lo que significaba. Eso sorprendió aún más a la princesa, ya que era algo serio. En su manada, los lobos, al ser animales, no practicaban tal cosa, solo tenían pareja para reproducirse, esto que las personas hacen parecía ser muy similar a eso.  Dudó mucho pero al final aceptó casarse con Kanato, lo cual significaba que si iba a ser parte de su familia, tenía que empezar a ser amistosa y llevarse bien con los hermanos del vampiro. Kanato de repente se levantó y se colocó su ropa de la cintura para abajo. -En cuanto a Teddy... Creo que no necesito más esto- después de hablar, tomó a Teddy del suelo, encendió su chimenea de nuevo y lo lanzó al fuego. Drianna miró sorprendida la acción de Kanato pero esta vez no se levantó ni tomó el riesgo de quemarse las manos de nuevo, solo vio como el peluche se incendiaba junto a las cenizas de la cruel Cordelia. -¿Por qué hiciste eso?...- preguntó Drianna con curiosidad.

-Son las cenizas de mamá... Ya no las necesito conmigo. Ahora te tengo a ti.- Kanato, se acercó de nuevo a su amada loba y la besó para luego darle un tierno abrazo. Solamente esperaba la aprobación de sus hermanos y principalmente la de Karl Heinz, su padre. Ya no sentía ese enfermizo amor por su madre, ahora quería darle un hermoso amor a su hermosa Drianna.

Foe Lovers (Diabolik Fanfics de Romance) Vol. 1Where stories live. Discover now