capitulo 16

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EMMA

El castaño tiene la mirasa fija en mi, esto es incómodo. Bajo la cabeza, evitando mirarle.

— Wyatt nos puedes dejar unos momentos a solas con mi prima. — puedo afirmar que está hablando con los dientes apretados.

— Jackson ella aún se está recuperando, así que ten cuidado con tus palabras. Volveré en diez minutos. — veo como el chico sale de la habitación. Dejandome a solas con  Jackson.

— ¿por qué no me lo dijiste? — odia que le oculten cosas y eso lo demuestran sus ojos.

— ¿decirte qué?

— por favor Emma no te hagas la que no sabes. Sobre Kiara... ¿por qué no me dijiste que te estaba haciendo daño? Por eso eran los constantes dolores de cabeza.

— no quería preocuparte. Ademas que estabas todo tu tiempo libre con Leyla, no quería molestarte.

— ¿molestarme? No lo harías Emma, lamento haberte olvidado y dejarte sola así de la nada. — veo como se sienta a mi lado, acariciendo mi cabello como cuando éramos niños.

— no es nada... despues de todo es tu mate, tienes todo el derecho de estar con ella cuando quieres... yo solo soy una carga para ti.

— Emma eso no es así. No eres una carga para mi, debí estar mas tiempo contigo. Con Leyla pasaré toda una vida, contigo... solo me quedan semanas o maximo meses para estar contigo. — Suelta un fuerte suspiro.

— no debes hacer eso. Despues de todo puede que venga a visitarte y eso... — ambos soltamos una risita. — Kiara, ella ah estado inquieta ultimamente y ya sabes la razón.

— deberías decirselo. — niego. — o por lo menos liberar a tu loba solo unos minutos para que pueda estar tranquila durante los proximos tres años. Como lo hacías antes.

— si lo hago ahora. Te puedo asegurar que ella lo primero que hará, es irse corriendo tras Wyatt. Lo único que me queda hacer es... soportar unas semanas más y luego regresar a casa.

— los síntomas se están haciendo mas fuertes y te estan lastimando cada vez más. Hoy cuando les ví llegar me preocupe mucho, temblabas, estabas pálida y soltabas gruñidos y quejidos a cada momento. Temí lo peor, pero Logan pudo ayudarte. — sus brazos rodean mi cuerpo. Sintiendome protegida. — tal vez debámos pedir ayuda para acabar lo mas pronto posible la misión.

— no. Lo lograremos solos, odio pedir ayuda. — ambos reímos.

— ¿se puede pasar? — la puerta es abierta por cierto pelinegro.

— claro. Yo ya me iba, pasaras la noche aquí Emma. — asiento como niña pequeña y mi primo se va riendo de la habitación.

— ¿qué hablaron? — pregunta el chico mientras se acomoda frente a mi.

— cosas secretas. Esta vez no lo sabras. — suelta una risa. Yo no le veo lo gracioso.

— lo sabré tarde o temprano. ¿volveras a Alemania? — ¿cómo...?. Debio haber visto la mueca en mi rostro porque respondio la pregunta no formulada. — lo recorde. No creas que escuche algo de tu conversación.

— claro que volveré. No veo ningun impedimento.

— tu mate.

— la inquietud de mi loba por salir... el motivo es mi pareja. Por esa razón debo irme antes de causar problemas o algo.

— no quiero que te vayas. — la sorpresa no se hace esperar en mi rostro, aunque trato de disimularla.

Un dolor cubre nuevamente mi cabeza, haciendome tomarmela con las manos. Pero unas suaves caricias en esta, me tranquiliza.

— tu loba es fuerte.

— si... me transforme a los catorce, un año antes del que debería. — deja las caricias en mi cabello a lo que inconscientemente dejo salir un gruñido.

— ¿quieres que te siga mimando? — ahora es donde odio tener mi cabello en una coleta.

— admitelo rubia, quieres que lo siga haciendo.

Carraspeo.— continuando con el tema ¿cómo es tu lobo? — sonrie llevando su mano a mi cabello, acariciandolo. Debo admitirlo, esto es grandioso.

— ¿mi lobo? ¿por qué quieres saber de él? — al brillo de sus ojos, lo acompañan pequeñas motas de curiosidad.

— solo quiero saber de él.

— es negro. — suelto una carcajada. — lo sé es muy cliché, pero no me dejaste continuar. — alzo la ceja. — es negro con manchas blancas.

— es muy tierno ¿verdad?

— no claro que no. Él es un salvaje sin control, no es tierno. — aunque en mi mente se ve como un lobito tierno, asiento.

— tu loba... ¿está encerrada? — no puedo hablar de este tema. — Emma. — me llama alargando la "a"

— si. Desde hace diez años. — la recuerdo, era divertida. Conversar con ella a veces se tornaba molesto e incluso irritante pero, era una buena compañía, una buena concejera y muy risueña. — ella... — una sonrisa se me forma en el rostro. — su pelaje era negro, negro azabache. Me sorprendió la primera vez que la vi, ya que mayormente el pelaje de tu lobo es de acuerdo al color de tu cabello.

— ¿y luego me dices a mi el cliché? — ambos reímos. — deberías dejarla libre.

— lo haré cuando esté en Alemania.

— yo... tal vez vaya a Alemania.

Cazadora Híbrida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora