12. Su interés por mi

75.7K 4.2K 418
                                    

No sabia dónde estaba. No podía observar nada. Tanto el tacto como la percepción de algún olor yacían entonces en un estado inactivo. ¿Qué había pasado? No lo sabía y sentía que pronto, solo muy pronto lo descubriría.

¿Por qué era que no podía ver o moverme?

El tinte obscuro era el que prevalecía y aunque quería mover mi cuerpo, este parecía aferrarse a quedarse quieto... inmune a lo que realmente era capaz de hacer, inclinándose entonces a un total reposo de mis extremidades y el uso de la razón.

Percibía claramente mi corazón latir con fuerza pero parecía estar muerta. ¿Estaría enterrada a caso? ¿Alguien con cierta piedad había visto mi cuerpo sucio y desfallecido intermedio al bosque? ¿Alguien había tenido clemencia de mi dolor y había decidido mantener la poca paz incrustada en un cuerpo humano?

Si era así, ¿por qué aun respiraba? ¿Por qué mis pulmones se llenaban de oxigeno con cierta dificultad? ¿Que no al sellarse un ataúd, cualquier cosa era imposible de penetrar?

Entonces ni enterraba estaba y ni muerta me manifestaba.

-¿Entonces dónde estoy? -hablé para mi misma, claramente sumergida más en mis pensamientos que en la misma realidad atrayente a lo más oscuro del lugar.

Si del negro sitio era residente entonces, ¿en qué parte me ubicaba?

Los últimos recuerdos llegaron en mi mente para ese instante.

Recordando claramente el dolor de mi tobillo y casi todo mi cuerpo siendo arrastrado con pesadez sobre el lodo. La envidiosa lluvia intentando hacerme caer y la insistencia del lugar a unirme al cemento fangoso que me hacia incapaz de moverme.

¿Qué había sido de mí?

Otro flash informativo llego a las partes más escondidas de mi mente.

Aquella sonrisa, aquel cabello siendo mi paraguas y esa voz potente y arrogante me realizo de todo. ¿Liam Dagon había llegado para... ayudarme?



.

El lento tiempo vaciló en mi perspectiva.

¿Dónde estaba? ¿Me había ayudado o me había dejado tirada en el bosque? Y más importante, ¿por qué todo estaba tan oscuro?

Tragué saliva entre el renegrido sector. ¿Por qué mi cuerpo no parecía responderme? Estaba segura que había intentando mover múltiples veces mis manos, pero estas parecían dormidas, sujetadas a los costados de mi cabeza.

Traté de gritar igualmente pero mi voz parecía haberse ido y el plegar mi notas más altas me parecía imposible. Me dolía cada vez que murmuraba siquiera la más mínima palabra. ¿Qué dolor podría preñarme si tomaba el coraje a bramar por auxilio?

No sé cuánto tiempo mi mente divago entre el intentar hacer algo o darme por vencida para seguir durmiendo, pero cuando estaba a punto de agitar mi torso para aspirar a levantarme, una rígida, intensa y larga pulsada golpeo contra mis costillas.

Esta vez el dolor en mi garganta también acompaño al de mi cuerpo. Grité con una voz distorsionada y dejé entonces de moverme.

Ahora lo entendía. Mi cuerpo no quería moverse porque estaba más que seguro que se rompería en miles de pedazos. Mis ojos no querían abrirse porque querían seguir cerrados. Mi voz no quería levantarse porque se estaba curando por sí sola.

¿Era este un método de autodefensa, no? La simple pregunta me hizo reírme para mis adentros. Era de esperarse, había recibido muchos obstáculos que independizaban mi muerte, era más que obvio que mi cuerpo necesitaba tiempo para reconstruirse.

Era vampiricaWhere stories live. Discover now