Soy Un Idiota

Fue En Un Café

El sonar de las tazas al ser dejadas en sus respectivos platos más la charla amena que llenaba el lugar de aquella popular y reconocida cafetería.

El lugar era moderno pero sin perder ese toque acogedor, ese que te instaba a tener charlas largas y animadas con tu acompañante. Realmente era bastante popular por gente que gustaba de ir a charlar a un lugar tranquilo o por personas que gustaban de tener una buena lectura acompañada de una deliciosa taza de café pero lo que en esta ocasión provocaba revuelo era el nuevo mesero que llego al lugar.

Las chicas betas como algunas alfas llegaban sin parar con el deseo más profundo de sus corazones por ser atendidas por el hermoso y sensual castaño de mirada dulce como la miel.

El dueño del café se encontraba sumamente contento por el aumento de las ventas, reconocía que todo era gracias a ese omega castaño que poseía unos enormes ojos cual ciervo que al mirarte caías definitivamente derretido de ternura. Pero la creciente popularidad adquirida comenzaba a preocuparle de alguna manera, pues si bien su cafetería siempre fue visitada por mujeres y algunos jóvenes omegas que se sentían cómodos por la atmosfera, comenzaba a sufrir un pequeño cambio pues comenzaba a haber avistamientos de alfas lo cual no sería malo si no estuvieran siendo atraídos por los y las omegas que llegaban al lugar, tenía que conseguir alguna forma de atraer betas para que les ayuden en caso de que algún alfa perdiera el control y decidiera a atacar a uno de los tantos omegas del lugar.

Y no es que fuera que los demás omegas no le preocuparan, pero entre su servicio tenía a un omega realmente importante por que se debía a que era hijo de nada más y nada menos que su viejo amigo Howard Stark, estaba seguro que si algo le pasaba a su único hijo su cuerpo aparecería sin vida en algunos de los tantos ríos del lugar, se estremeció de solo pensar en eso. Debido a ello tenia constantemente su alarma de problemas encendida, debía proteger al hijo de su amigo a como diera lugar, sabia por lo mucho que Howard paso cuando perdió a su amada esposa y Tony era lo único que tenía por eso es que lo cuidaba con tanto celo.

Las cosas estaban tranquilas mientras la mayoría eran mujeres y omegas masculinos, pero no alfas, no deseaban alfas en el lugar pero ya que estaban aquí se vería mal que los corriera. Suspiro profundamente debería contratar a varios betas masculinos más que le ayudaran a contener a cualquier alfa que deseara pasarse de listo.

Sonrío, para Tony mantener a raya a los alfas no era ningún problema, su lengua viperina es perfecta para ponerlos en su lugar pero nunca faltaba aquellos que no conocían el significado a la palabra No, se sentían tan irresistibles que en su pequeño cerebro no existía omega que se les resistiera por eso no era ninguna sorpresa que Tony se volviera la obsesión de algunos. Así que mientras en lo que contrataba personal, no despegaría ningún ojo del castaño se lo debía al castaño mayor.

Para el castaño menor no era ningún problema el aumento de trabajo en la cafetería por la cual amaba trabajar, ciertamente tenía que lidiar con algunos alfas pesados por la tarde pero durante lo que era por las mañanas en verdad disfrutaba atender a las alfas como omegas que llegaban al lugar. No comprendía por que era el mesero mas solicitado y contrario a lo que se esperaba sus compañeros de trabajo no se mostraban celosos, ni envidiosos por la carga de trabajo que tenía al contrario gustaban de gastarle bromas debido a eso, pero cuando ya le notaban cansado no dudaban en correr para asumir los pedidos pendientes de las mesas restantes y aunque no era lo que las clientas esperaban comprendían sin necesidad de que se les dijera que el castaño estaba indispuesto.