Capítulo 16

5.7K 290 8
                                    

Ho, señor nunca había imaginado que su plan original pudiera dejarla tan aflijida, desolada y sintiéndose más sola que en toda su vida.
Pero no podía posponer el encuentro  para siempre, así que se levantó de la cama, se puso su bata favorita, se sepillo los dientes he intentó arreglarse un poco el pelo. Al entrar en la cocina encontró a Draco sentado junto a la mesa, tomando una taza de café mientras examinaba con el seño fruncido un pedazo de papel que tenía en la mano.
Hermione se llevó una decepción al comprobar que se había puesto los yeans, la camisa y los zapatos, como si lo de la noche anterior no hubiera sucedido y no tuviera intención de permanecer allí mucho tiempo.
Era obvio que no existía la menor intimidad entre ellos por la mañana y se reprendió a sí misma por desear unos momentos más con él, cuando no tenía derecho a esperar más de lo que ya le había dado.
-Buenos días- lo saludó con voz suave.
El levantó la mirada y sonrió.
-Hola.
Hermione creyó ver un destello de anhelo en sus ojos, pero fue rápidamente enmascarado con una expresión de fría cautela que le hizo un nudo en el estómago. Odiaba que una parte de Draco se distanciara de ella, pero no podía culparlo por ser prudente y querer acabar con aquella aventura de la forma mas seca y cortante posible.
Ella tenía que hacer lo mismo, aunque sólo sea por preservar la amistad y eso significaba reprimir sus emociones hasta que Draco se hubiera marchado.
-¿Qué es esto?- le preguntó él y le mostró un papel que tenía en la mano.
Era la fantasía que había arrancado del libro de la "sexcapada" dos días antes. La danza de los 7 velos. Había dejado la hoja olvidada sobre la mesa, sobre un montón de revistas y cartas, sin pensar que el pudiera encontrarla.
Se mordió el labio, recordando su incapacidad para llevar a cabo la fantasía con Ron. Ahora podía no haberlo echo, pues se había dado cuenta de que no era el hombre adecuado para ella. En cambio, habría estado más que dispuesta a interpretar la danza para Draco si hubiera tenido la oportunidad. Él le había dado la seguridad necesaria y la había animado a abrazar su lado más desinhibido y a disfrutar de los placeres que su cuerpo podía ofrecer.
-Es una fantasía erótica que tomé de un libro que encontré el viernes pasado en una tienda organizadora de bodas- explicó, acercándose a la encimera para servirse una taza de café.
-Que estabas haciendo en una tienda como esa?...- preguntó con voz tensa, mientras ella se llenaba la taza.
De espaldas a él, vertió la.leche y el azúcar en el café y respiro hondo.
Draco merecía la verdad. Toda la verdad, sobre ella y Ronald, sobre la fantasía del libro y sobre el papel que él había jugado en todo ello.
Se lo debía.
Tomó la taza con ambas manos y se dio vuelta.
-Estaba ahí porque Ronald, me pidió que me casara con él.
Draco la miró absolutamente perplejo.
-¿En serio?
Ella asintio, y tomó un largo sorbo de café, incapaz de mirarlo a los ojos. Tenía miedo de ver en ellos una expresión hostil.
-Le pedí que me diera un tiempo para pensarlo, y él accedió. Se marchó en viaje de negocios y yo pensé que una visita a una planeadora de bodas podría ayudarme a tomar una desicion- imitó la parte sobre la angustia que había experimentado nada más haber entrado en ese lugar- pero en vez de eso me encontré con un libro erótico titulado "Las Sexcapadas" y arranqué una de sus páginas.
Finalmente se atrevió a mirarlo y quiso llorar de alivio cuando no vio el menor atisbo de sensura o crítica en su expresión. Draco esperaba pacientemente a que continuara.
-Cuando leí la fantasía, lo primero que pensé fue que jamás podría interpretar un baile tan íntimo para Ron- dijo, dejando que Draco sacara sus propias conclusiones- así que te pedí ayuda para que me enseñaras como excitar y complacer a un hombre, lo que les gusta y...
-...lo que los vuelve locos de deseo- concluyó él con una sonrisa irónica.
-Si eso también- murmuró ella.
Draco se levantó y cruzó la cocina para dejar la taza en el fregadero.
-Hermione nunca pongas en duda que eres una mujer muy atractiva y sensual.
"Quizá si estuviéramos juntos y tú sacaras lo mejor de mí", pensó ella, pero se guardó el comentario para sí misma.
Draco se puso delante de ella y le acarició la mejilla con los nudillos, incapaz de resistir la tentación de tocarla. Se sentía desgarrado por dentro. Quería llevarse a Hermione  a la cama y mantenerla allí para siempre, pero sabía que no tenía ese derecho.
-Dime una cosa- murmuró, bajando con la mano por la solapa de la bata hasta donde se cruzaba sobre los pechos. Tuvo que reprimirse  para no desnudarla ahí mismo y hacerle el amor sobre la encimera de la cocina o sobre la mesa- después de este fin de semana, ¿tienes la seguridad en ti misma para interpretar la danza de los 7 velos?.
-Sí- dijo ella- sí la tengo, tú me has dado esa seguridad y te agradezco todo lo que me has enseñado este fin de semana, especialmente a creer en mí misma y a aceptar mi sensualidad innata.
Y ahora iba a mandarla de vuelta a los brazos de Ron, armada con todas las tácticas de seducción que él le había enseñado. La había instruido para que otro la disfrutara, él no la solitaria JAMÁS después de tenerla...nadie en su sano juicio lo haría. Draco quería gritar de frustración, deseó ser niño otra vez, para poder llorar y hacer berrinche sin sentirse un idiota, sentía que todo era tan injusto. Pero él había tenido lo que había acordado y rlla había obtenido de él, lo que había pedido.
Santo Díos, ¿cuando se había torcido todo?.
-Tengo que irme- dijo bruscamente.
Sentía un nudo en el estómago, que se le oprimia el pecho y la imperiosa necesidad de aire fresco.
Tenía que salir de ahí.
Se giró para marcarse, pero sólo llegó hasta el salón, antes de que Hermione corriera tras él. Lo agarró del brazo y lo obligó a detenerse. El vio la exposición esperanzada de sus ojos y el corazón le dió un vuelco.
-Draco...- la voz se le quebró, pero la inseguridad de su tono era inconfundible, como sí temiera expresar lo que pensaba.
-¿Sí?- la apremio él, con una voz tan grave y aspera cómo nunca le había salido.
-Bueno...yo, aún no tiene que irte- se mordió el labio nerviosa- quieres comer algo?.
Todo su cuerpo lo traicionaba ya que no podía moverse, quería salir de allí, pero sus piernas se negaban a responder, ¿Si quería comer?..."sólo Si si ella era parte del menú", pensó.
-Tengo.que.irme- susurró.
La castaña le dió una sonrisa algo forzada, pero en sus ojos se reflejaba la decepción.
-Esta bien...y gracias, por todo- ella acomodó un mechón de pelo detrás de su oreja y se puso en puntitas de pie y beso dulcemente a Draco en la mejilla.
-De nada, por todo-  respondió él, se.giro hacía la puerta otra vez y sin llegar al picaporte,  tragó saliva y cerró los ojos. "Una última vez", se dijo para sí mismo, volvió sobre sus pasos y tomó la cara de Hermione con ambas manos para atraerla hacía su boca y la devoró de un beso, tan necesitado como apasionado.
Desató su bata dejándola caer al suelo, la tomó por las caderas y la levantó para que ella enrredara sus piernas a su cintuta, la llevó hasta la encimera de la cocina  y la sentó con delicadeza. Hermione lo abrazaba por el cuello correspondiendole el beso con la.misma necesidad.
Draco llevó una mano a los bolsillos de su pantalón en busca de un preservativo, pero recordó que los había utilizado todos la noche anterior y se maldijopor dentro. Se separó de ella y la miró decepcionado.
-¿Qué sucede?- dijo ella, extrañada de su reacción.
-No tengo protección- soltó entrecortado y frustrado- ya no tengo preservativos Herms.
Ella le sonrió con ternura y llena de alivio de que no era que se había arrepentido.
-No la necesitas...yo me chido, desde hace años tomo la píldora- y volvió a besarlo.
-Estas segura?- murmuró él entre sus labios.
Hermione le beso la mandíbula, recorrió su mejilla con la punta de su lengua, hasta estar muy serca de su oído.
-Quiero tenerte dentro...y sin nada que nos separe. Tú no quieres sentir mi calor húmedo de la misma forma?...
Draco tragó en seco.
¿Porqué siempre le hacía propuestas imposibles de rechazar?.

Todas Sus FantasiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora