Flores. [Shigaraki Tomura | BNHA]

II

5 meses han pasado desde la primera vez que se conocieron. También varios sucesos desde el primer día; un atentado a la academia Yuuei, el festival deportivo y el más reciente, la captura del asesino de héroes: Stain. Pero aun así Tomura ha estado yendo casi todos los días desde su encuentro en la florería, como en ese mismo instante.

—Shigaraki-kun, ayúdame con las bolsas de fertilizante. —Tomura la miró con burla—. Por favor. —La florista le suplicó.

—Eh... —Alargó la expresión— ¿Acaso la princesa necesita ayuda?

Ella solo lo miró enojada, o pretendiendo que lo estaba para después sonreír.

Después de pasar más tiempo juntos, el chico había empezado a tomar más confianza y a sacar a relucir su perturbada personalidad.

—A veces te comportas como un niño creído y maleducado. —Reclamó la chica—. No te pareces en nada al chico que conocí: frío y deprimente.

—¿Te molesta? —Ella negó—. Entonces, ¿por qué dices eso?

—Porque me gusta... —El de cabellos celeste le prestó mayor atención— como eres ahora conmigo.

Mientras que la chica se iba con la mercancía en mano hacia la bodega al fondo de la tienda, Shigaraki se quedó pensando en lo dicho por ella.

—Ay, princesa. Si supieras todo lo que he hecho...

La florista volvió donde antes e hizo el mismo procedimiento con las demás bolsas que quedaban a la vista. Ya después de terminar, se posó atrás del mostrador cerca del chico, quien estaba sentado en un pequeño taburete al lado de este.

—Si vinieras conmigo, no tendrías que trabajar tanto. —Le insinuó Tomura a la chica, quien estaba empezando a limpiar el mesón con un pañuelo humedecido.

—Desde hace mucho que me dices eso, pero... —Dejó de limpiar y sujetó su cabeza con su mano izquierda, posando esta sobre el mesón— no sé nada de ese lugar o qué hacen, o lo que haces tú.

—No te lo voy a decir... aún.

—Bien, entonces no voy a ningún lado contigo. —Sentenció—. Hasta que me digas qué hacen o a qué se dedican.

Antes de que él pudiera decir algo más, la campana de la entrada sonó, anunciando un nuevo cliente. El movimiento de la tienda no era el más aceptable desde hace un tiempo y la chica lo sabía muy bien.

—¡Buenos días! —dijo la florista dejando su puesto detrás del mostrador para acercarse al nuevo cliente—. ¿Qué se le ofrece? ¿en qué puedo ayudarle?

Tomura solo observaba desde atrás la alegría de su compañera. Sabía que le encantaba su trabajo y que le costaría hacer que fuera con él a la liga de villanos. Pero se la iba a llevar, quisiera o no.

×××

En la guarida de los villanos, se encontraban dos conversando, uno detrás de la gran barra del que era el bar y el otro sentado en uno de los puestos de ese lugar.

—Que gran jefe tiene este lugar —dijo un pelinegro con apariencia demacrada y con la piel un tanto peculiar—, que ni siquiera está.

—Shigaraki ha estado ocupado en sus asuntos.

Después de decir eso, nadie más habló o mencionó algo hasta la llegada del susodicho. Tomura había llegado, desde uno de los portales que Black Mist le había creado cerca de la florería.