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—Muchas gracias por invitarme a tu casa, Fuyumi. —Le sonrió a la albina que se encontraba al otro lado de la pequeña mesa—. Estas dos últimas semanas me he sentido un poco sola.

Su amiga la escuchaba atenta mientras tomaba un sorbo de té verde,  y volvió a dejar el vaso en su sitio. 

El tiempo había pasado rápido después de los últimos acontecimientos y desde ese encuentro con el pelinegro, su vida se había vuelto tranquila y también un poco solitaria.

—Sabes que puedes venir a nuestra casa cuando quieras. —La albina acercó su mano hasta el hombro de la joven, posando esta encima—. Además, a Shouto le alegrará verte cuando llegue.

La joven florista agradeció su amabilidad y su amistad. Fuyumi era una de las pocas personas en quién se apoyó cuando su abuela falleció y se quedó totalmente sola.

Desde el salón se pudo escuchar el ruido de la entrada principal, unos segundos después se pudo oír como anunciaban su llegada.

—Ya llegué.

Fuyumi se levantó y caminó hasta donde provenía la voz, y perdiéndose de vista, se alejó dejando a la chica sola en el salón.

—Bienvenido, Shouto. —Se pudo escuchar la voz de la albina y unos pasos acercándose.

La mayor entró por donde había salido antes junto con el heterocromático detrás de ella.

—Hola, Todoroki. —El chico se sorprendió ante la visita, no se había dado cuenta de que la joven florista estaba allí. 

El chico sonrió ladinamente y caminó hasta un lado de la chica, sentándose junto a ella.

—Buenas tardes, Hana-san —dijo mientras se acomodaba en su sitio—. No pensé que vendría hoy.

—Yo tampoco, pero siempre hay tiempo para las amistades —dijo al mismo tiempo que Fuyumi asentía, dándole la razón.

La conversación entre los tres siguió un poco más, hasta que Fuyumi se disculpó para poder atender el teléfono de la casa dejando solo a los dos restantes.

—Y dime Todoroki, ¿cómo te ha ido en la academia? —preguntó la joven al chico mientras se escuchaba la voz susurrante de la albina hablando por teléfono—, por estas fechas ya se está terminando el ciclo escolar.

—Sí, hace poco tuvimos los exámenes finales de ciclo. 

—¿Y?, ¿cómo te fue? —La chica se apoyó en la mesa con sus manos, poniendo su cabeza encima de estas—. Seguro que aprobaste todo, eres muy inteligente. —Se estiró un poco, exhalando a la vez—. Ya me hubiera encantado haber sido tan lista como tú a tu edad.

—Yo creo que... eres muy inteligente. —La chica se sorprendió, y no por haberle dicho que era inteligente, sino porque era la primera vez que el chico le tuteaba—. Perdón, si le molesta no...

La chica lo interrumpió. 

—No me molesta para nada, solo me sorprendió. —Le sonrió amable al mitad albino-pelirrojo—. Me hace acordar a la primera vez que me diste el apodo.

—Ese día estaba enfermo, —Ella lo miró incrédula, él solo tosió—, no sabía lo que decía. 

—Haré como que te creo.  

"La casa de los Todoroki se encontraba en total silencio, todos se había ido a sus respectivos destinos, menos el menor de la familia, quién se encontraba en cama reposando. Al lado de él se encontraba su cuidadora, a quién su amiga Fuyumi le pidió por favor si podía cuidar de su hermano que estaría en cama.

Flores. [Shigaraki Tomura | BNHA]Where stories live. Discover now