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CAPÍTULO 7
La mancha.

Llamé al timbre de la casa, y rápidamente miré mi reflejo en la pantalla de mi teléfono móvil, tenía que estar lo más presentable posible. En los anteriores mese había trabajado en una librería, como traductora y guía para turistas, e incluso me había llegado a aceptar en una escuela de música como profesora de aquella actividad extraescolar, pero como todo lo que hay en mi vida, al poco tiempo se desvaneció.

Oí unos pasos para después escuchar como giraban el cerrojo desde el interior. La puerta se abrió y una mujer de unos treinta y tantos años me saludó e indicó que pasase.— Debes de ser la chica que quiere el puesto de niñera, pasa cariño.

Asentí y una vez dentro me guió hacia lo que parecía ser el salón. Las paredes eran de piedra, y había un gran ventanal situado en la mitad de la sala por el cual se veía todo el jardín trasero de la casa. Nos sentamos en dos pequeños sofás, uno enfrente del otro, entre los cuales había una mesilla de madera con una carpeta amarilla sobre ella. Al sentarse, se aseguró de que su flamante vestido de rayas no estuviese arrugado, pasando las manos por su falda. Decidí imitarle y ahí fue cuando reparé en la mancha que se encontraba en mis pantalones vaqueros oscuros, crucé los dedos esperando que no se hubiese dado cuenta, pero justo cuando volví a mirarle sus ojos estaban fijos en mí. ¿Sería demasiado tarde?

—Tuteemonos, ya que más que una entrevista me gustaría que fuese una charla entre las dos, ¿te parece?—suspiré aliviada al ver que no se había dado cuenta y asentí.— Soy Alexandra, la mamá de Nairobi, la chica a la que cuidarás... Oye, ¿te apetece un café, té o algo antes de empezar?

Moví la cabeza de un lado a otro para después darle una sonrisa de agradecimiento.— No se preocupa... No te preocupes, Alexandra, está bien, soy Louise.

Ella me dedicó una sonrisa y empezó a rebuscar algo en la carpeta amarilla que estaba sobre la misa. Alexandra era una mujer alta y delgada, llevaba su cabello rubio recogido en una trenza y sus bonitos ojos claros estaban revisando los folios que se encontraban dentro de los forros de plástico. Yo mientras me dediqué a observar la mancha de mi pantalón, ¿pero se puede saber con qué me había manchado?

—Bueno, Louise, antes de todo, debes saber que Nai es una pequeña muy especial, tiene ocho años pero su mentalidad es incluso más adulta que la mía...—ella empezó a reír y yo le mostré una sonrisa.— Aun así, necesitamos a alguien que esté con nuestra pequeña, ya que a su corta edad, su madre y yo hemos estado observando que intenta aislarse de los demás y no sabemos si es porque los niños están burlándose del hecho de tenga dos mamás... No sé como niños tan pequeños pueden tener tal mentalidad— miró hacia el suelo— Todavía estás a tiempo de rechazar el empleo, ya que a la mayoría de personas que han venido, la situación de que seamos dos mujeres y no podamos pasar tiempo con nuestra pequeña no la aceptan, o tampoco aceptan de que no necesitamos a alguien que le riña, que necesitamos una amiga...

Tomé aire para responderle cuando se escuchó la puerta por la que había entrado anteriormente abrirse. Una pequeña y otra mujer de la edad de Alexandra pasaban a través de ella. Así que esas eran Nairobi y su mamá...

Me fijé en la pequeña. Tenía el cabello castaño rizado y sus ojos azules me recordaban al mar. Llevaba un vestido de rayas amarillo y blanco y un par de margaritas en su mano. Nairobi estaba sonriendo y aprecié que le faltaba uno de los dientes, haciendo que se viese más adorable aún. La mujer a su lado llevaba un traje de chaqueta azul marino y una pequeña mochila de colorines colgada al hombro.

—¡Mami Alex, mira lo que hemos cogido mamá Katie y yo por el camino, son para ti!—entró por el pasillo la pequeña, corriendo para abrazar a Alexandra.

Sentí una punzada en mi interior.

La pequeña se sentó en la falda de Alexandra y me miró confusa, la otra mujer se acercó y me tendió la mano.— Soy Katherine, la otra mamá de Nairobi.

Vi como la pequeña intentaba hablar pero ambas estaban preguntándome cosas sobre mi horario y si me parecía bien.— ¡No me ignoréis! ¿Alguien me puede decir quién es ella y por qué tiene manchado el pantalón?

Me ruboricé, Nairobi se había dado cuenta, Katherine le riñó y la pequeña me mostró una sonrisa. Según sus madres, aun no había aceptado el trabajo, y esa pequeña discusión que estaban teniendo se debía también a que no he habían dejado hablar apenas.— Alexandra, lo que me has comentado antes no debería tener importancia en el siglo en el que vivimos, claro que me encantaría venir aquí a pasar tiempo con Nai...

Tras ponerme en pie, decidí introducirme a la chica.— ¡Soy Louise, y prepárate porque nos lo vamos a pasar genial juntas!

Ella me miró no muy convencida.— Dime que no vas a estar todo el rato escuchando ese programa de radio donde solo ponen reggaeton...

Reí— ¡Claro que no, además algún día podemos tocar el piano juntas!

Nairobi parecía no dar crédito, en ese instante noté lo mucho que le gustaba la música y lo mucho que me estaba esforzando porque me diesen este trabajo.— Pues entonces tengo algo que enseñarte, te va a encantar...

Me tomó de la mano entrelazando sus pequeños dedos con los míos y miré a sus madres las cuales estaban asintiendo mientras sonreían. Verdaderamente si sabía porqué me estaba esforzando tanto en que me eligiesen para cuidar a Nairobi, ella me estaba recordando muchísimo a alguien.

Ella me estaba recordando a mí misma.

...

MADNESS, cómo echaba de menos a Levi y a Louise.

Pero aquí están de nuevo y los podréis ver semanalmente, ya que cada DOMINGO, subiré un capítulo de Madness (pero si queréis leer diariamente subo una capítulo de Florence - la historia de Flo y Liam cada día <3)

ALSO, Nai es un trocito de pan, por favooooor, ¿qué opináis de ella?

nos leemos,

mimi x

madness || Levi JonesWhere stories live. Discover now