4: Felinos en la oscuridad

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Cola Lluviosa se despertó, sobresaltada. Hoy iba a ocurrir algo importante, ¿pero qué? La curandera salió de su guarida silenciosamente, evitando despertar a Zarpa Plateada. Todavía estaba oscuro afuera. Decidió caminar un poco dentro del campamento, para refrescar su memoria.

Cuando escuchó a Estrella Leonada hablando con Flor Crepuscular en su guarida, se acordó. ¡El ataque del Clan de la Sombra! Entró a avisarle a Estrella Leonada. Tormenta Moteada le había contado que Garra Veloz y un gato de un clan enemigo estaban hablando de atacar el campamento. 

-¿Qué pasa?- le preguntó la gata dorada. 

-¡El Clan de la Sombra va a atacar hoy!- gritó, alarmada. 

-Tranquila, ya lo sabemos. Estaremos preparados. Ve a despertar a los guerreros.- le ordenó.-Patas Rojas, acompáñala, por favor.-maulló, girando hacia al lugarteniente. 

De pronto, escucharon un susurro entre los arbustos de la entrada. Un gato negro saltó al claro, seguido de más. 

-¡¿Tu qué haces aquí?!- le bufó a Estrella Leonada. Sus ojos amarillos destellaban de ira.-Se supone que Garra Veloz iba a echarte de aquí. Ha roto su promesa con el Clan de la Sombra. ¡Ya verá!- añadió. 

-¡¿Qué?!- exclamó la gata. -No, no es posible. Él no es capaz de hacer eso...-murmuró, negando con la cabeza. Otro gato del Clan de la Sombra dio un paso adelante. 

-Basta de charlas. Hora de pelar a morir.- maulló, cortante. El gato negro se abalanzó sobre la líder, inmovilizándola. De inmediato, todos empezaron a pelear. 

Al oír el alboroto, los guerreros, aprendices e incluso veteranos empezaron a salir de sus guaridas para enfrentar al clan invasor. Cola Lluviosa no sabía que hacer. Su hermana peleaba con un gato enorme y Garra Veloz no se encontraba por ninguna parte. Trató de ir donde estaba su hermana para ayudarla cuando, de repente, un gato marrón la derribó. 

Mientras su enemigo le bufaba, arañaba y pateaba, la curandera se retorcía de dolor. Pero no se dejaría vencer. Se levantó con la fuerza del Clan del León y golpeó al gato, hasta que la sangre corrió por su cara y cuerpo. Este, furioso, trató de darle una patada con las patas traseras. La gata bufó y le mordió la oreja. El macho se apartó.

-Ya basta de pelear como cachorros. Peleemos como verdaderos gatos.- maulló. Entonces, dio un increíble salto y le pateó el costado. Fue tan potente que los sentidos de la gata empezaron a oscurecer, hasta que se internó en la negrura.

#1: Un nuevo amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora