7: Un padre desesperado

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Patas Rojas acechó a un gordo ratón. El clan tenía que cazar todo lo que a pudiese antes de que el crudo frío los azotara. El lugarteniente saltó sobre sus presa, pero no la atrapó. El ratón salió corriendo, chillando.

-Maldita sea. Eso espantará a todos.-tronó una voz. El macho rojizo giró. Era Estrella Oscura.

-¿Y tú?-preguntó Patas Rojas. -Vete. Este es territorio del Clan del Trueno.-añadió solemnemente.

-¿Ah sí?- Cuatro gatos aparecieron detrás del líder. Patas Rojas siseó. -Calla, gatito.-Estrella Oscura le puso una zarpa en la cabeza, como si el lugarteniente fuera un cachorrito. -Eres muy pequeño.-analizó el enorme gato. -No sirves como lugarteniente.-Una de sus garras fue directo al hocico de Patas Rojas, sin embargo, este la detuvo antes de que rozara su nariz.

-Retira eso.-ordenó, enseñando los dientes.

-Quieto. Somos más que tú. Te haríamos pedazos. Además, estás decaído. Tu hijo no está.-contestó el macho oscuro. Hubo un silencio, victorioso para los gatos del Clan de la Sombra, pero triste para Patas Rojas.

De pronto, su expresión deprimida cambió. Su frente se arrugó levemente, efecto de la ira que sentía.

-Denme a mi hijo o mueran.-amenazó, con voz seria.

-Lindo padre. Morirías por él, ¿verdad?-cuestionó Estrella Oscura. El lugarteniente asintió.

-Guerreros míos, -empezó, girando hacia sus gatos-, es todo suyo.-Volvió a voltear, esta vez hacia Patas Rojas, y sus ojos contenían pura maldad. Los gatos se miraron entre sí, sonriendo maliciosamente y afilando sus letales garras, como planeando su asesinato. El lugarteniente se asustó, imaginando lo que aquellos grandes guerreros podrían hacerle. Le harían trizas, sin duda.

#1: Un nuevo amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora