16: Gatos románticos

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Castaña y Atigrado, ahora Garra Atigrada, habían salido a cazar juntos.

-Ahora tienes tu nombre guerrero. Qué mal que yo no.-maulló la gata.

-Tú lo tendrás pronto, confía en mí. Eres impresionante.-la animó.

Llegaron al campamento con todas las presas que pudieron cargar -tres palomas, un conejo y varios ratones- y los dejaron en el montón de presas.

-Muy bien.-elogió una voz.

Los dos gatos se voltearon. Era Estrella Oscura.

-Estoy muy orgulloso de ustedes dos. Tal vez debería hablar con Garra Enlodada, Castaña. Estás progresando mucho.

Cuando se fue, Garra Atigrada le dio un lametón a la gata.

-¿Lo ves? Pronto serás guerrera, Castaña. Ahora, vamos a recoger el resto de las presas.

                                                        - - - -

Era muy temprano y estaba oscuro. En la cómoda guarida de los aprendices, Brisa estaba junto a Zarpa Tormentosa. Cerró los ojos mientras pensaba en el ataque que planeaba Estrella Leonada, que se daría a cabo cuando el sol saliera por segunda vez desde ese día. En la reunión, contó la historia de Garra Veloz, Patas Rojas y Atigrado. Estaba nerviosa y un poco decepcionada. No iba a ir a la Asamblea. Tal vez la próxima vez la escogerían.

De pronto, un susurro la despertó. Era Naranjo. La luz lunar hacía que su pelaje pareciera plateado y el viento frío alborotaba su pelaje. Sus ojos centelleaban levemente en la oscuridad. Temblaba por los nervios, pero se veía muy bien. Tenía la vista clavada en el suelo.

-Lo siento, no quería despertarte. Humm...te ves muy bonita cuando duermes. -Hubo un silencio y levantó la mirada. Repentinamente, su voz se tornó confiada.-¿Te gustaría ir a cazar? Ya sabes, tú y yo. Solos.-susurró. La palabra "solos" la maulló de tal manera que hizo que a Brisa se le escapara un ronroneo.

Brisa se sintió elogiada, tentada y confundida a la vez. Naranjo era atractivo y romántico, pero no podía dejar a Zarpa Tormentosa, ¿o sí?
-Vamos. Pero, regresemos antes del alba. No queremos que nos vean. Solos.-Imitó el tono de Naranjo con un gesto travieso y coqueto a la vez. Ambos se miraron fijamente por un momento que pareció una luna entera. Luego, salieron silenciosamente del campamento.

#1: Un nuevo amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora