#1: Un nuevo amanecer

19: Flores

Era el mediodía. Brisa se fue a comer algo antes de ir a cazar. Iba a ir con Naranjo. La gata no podía dejar de pensar en él y en Zarpa Tormentosa. ¿Quién era mejor? No lo sabía. Zarpa Tormentosa era malicioso, como ella, y bromeaba. Naranjo era amable y valiente. Además, era muy romántico.

Terminó su merienda, se levantó y se dirigió a la salida. La gata vio una sombra naranja que saltó sobre ella. Brisa siseó y arañó a la sombra. Una voz familiar se quejó. ¡Naranjo!

-Uff. Tus uñas son muy largas. ¡Ay!

-Lo siento mucho.

-Humm...no pasa nada. No sale sangre. Yo debería disculparme. Quería asustarte en broma.

-Bueno, sí que me asustaste.-La gata soltó una carcajada.

Brisa acechó un ratón negro entre la hierba. Lo atrapó rápidamente. Fue tan veloz que el pequeño roedor ni siquiera tuvo tiempo para chillar. Naranjo se acercó con una hermosa margarita en la boca.

-¿Eso es para mí?

-Sí.-contestó.

La gata estornudó.

-Oh, oh. ¿Tienes alergia? Ahora mismo me la llevo. Perdona.

Se fue corriendo, dejando un leve olor a pino, similar al de Garra Veloz.

Brisa empezó a preocuparse. Había pasado un buen rato y el sol ya estaba bajando. De pronto, el gato regresó con una rosa roja en entre sus dientes blancos. Olía muy bien, además, sólo tenía una pequeña e inofensiva espina.

-¡Uau! ¿De dónde sacaste la rosa? No tiene muchas espinas y huele excelente.

-Encontré un pequeño jardín de Dos Patas por allá. Es increíble.- Señaló con su hocico el horizonte detrás de los árboles y la casa abandonada.

-¿Fuiste tan lejos?

-Claro. Por ti cualquier cosa.-Guiñó el ojo.

Los dos gatos se miraron a los ojos. Brisa sintió una especie de escalofrío agradable por todo el cuerpo. Se preguntó por qué sería así, agradable.

-¿Quieres ir mañana? No creo que hoy se pueda. Se darán cuenta de que no estamos.

Brisa se sintió un poco decepcionada. Ella quería ver ese jardín. Si Naranjo decía que era increíble, seguro lo sería. Él lo era.