Capítulo 1

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Desde el momento que nacemos estamos destinados a encontrar a nuestra alma gemela, aquella que nos complementa, aquella persona extraordinaria que nos amará a pesar de nuestros defectos, errores, miedos... la persona que nos aceptará tal cual somos.

O al menos eso me han dicho, sinceramente la única prueba de aquella historia son las marcas de nacimiento que poseemos todos, y según las historias que me contaba mi madre, nuestra alma gemela tendría aquella marca indicando así que la habíamos encontrado, aunque el problema de dicho sistema es que varios chicos investigan la marca de la chica que les gusta pero no para compararla con la suya sino para hacer una mala imitación, en mi opinión es un truco bastante sucio que sirve para engañar a chicas ingenuas y romper sus corazones. Aunque también estaba el otro lado de la moneda, algunos las escondían para explorar y ver qué tan cierto sería, poner a prueba si de la persona que se enamoraban era su alma gemela o simplemente para evitarse la presión de saber que ya no podrían explorar más, aunque para algunos también servía de consuelo, tarde o temprano, en este lugar o en otro estaba aquella persona destinada a nosotros. El amor, no había visto muchas pruebas de su existencia, pero tenía una que me había generado altas expectativas.

Recuerdo bien la historia de mis padres, desde el primer momento que se vieron tuvieron curiosidad el uno por el otro, comenzaron a hablarse y la conversación fluía como si se hubieran conocido desde siempre, incluso algunos amigos les habían preguntada desde hace cuánto se conocían cuando solo llevaban unas semanas de hacerlo, se complementaban, eran mejores amigos en poco tiempo, se confiaban todo pero como en muchas amistades el amor floreció, no querían decirse por temor a la marca pero cuando al fin tuvieron el valor pudieron comprobar entre risas que eran almas gemelas, su relación se había desarrollado con naturalidad, sin presión de saber que ya no tenían otra opción, no se sentían obligados, es más, se sentían dichosos de que fuera el otro su verdadero amor. Eran la perfecta representación del amor, no diré que no peleaban porque sería mentir, pero a pesar de eso se seguían amando y más cuando mi padre enfermó solo para fallecer tiempo después, mi madre estaba destrozada pero un día la vi sonreír como antes, me acerqué confundido solo para ver su marca completa.

-Él siempre estará conmigo... nunca me dejará sola-hizo un gesto para que me acercara y me rodeó con sus brazos- No puedo esperar a conocer a tu persona especial-me sonrió tiernamente- Será tan extraordinaria como tú- dijo antes de besar mi frente y acariciar suavemente mi cabello.

-Quiero que sea como tú con papá-le dije entre sus brazos.

-Cada historia de amor es especial a su manera, de algunas sufrirás y aprenderás, pero cuando encuentres a esa persona todo ese dolor quedará atrás y te ayudará a ser mejor persona, pero no por ella sino por ti.

No podía dejar de pensar en que me gustaría encontrar de una forma fortuita a mi alma gemela y saber que es ella hasta el final, pero con todos los malos trucos que veía en la escuela cada vez se me hacía más difícil el mantenerme optimista con respecto a él, por eso cuando una chica me preguntaba para saber cómo era mi marca y saber si era mi alma gemela decía que ya la había encontrado.

Mi mentira de siempre para sacarme de apuros en el amor, en fin, evitar romances y disfrutar de la vida con mis amigos y mi familia lo era todo para mí, todo era tranquilo en mi vida hasta ese día.

Salí con mi hermana menor a patinar a nuestro lago secreto, el invierno era mi estación preferida porque podía disfrutar de esos momentos con ella, era nuestra pequeña tradición así que a mi madre no le preocupaba mucho, además estaba relativamente cerca a nuestro hogar y mi madre estaba pendiente de nosotros.

-Vayan con cuidado.

-Eso haremos.

Comenzamos a jugar, mientras la veía patinar pude imaginar que algún idiota quisiera lastimarla o aprovecharse de ella por lo que me acerqué a ella listo para darle mi charla de advertencia.

-Emma, ¿entiendes qué significa esta marca? - le pregunté mientras señalaba el medio libro en su pequeña mano.

-Que tengo a mi alma gemela, mamá ya me lo explicó Jack, no tienes que hacerlo tú-se rio un poco avergonzada.

-No es eso pequeña-di un pequeño suspiro antes de continuar- Mira, durante tu vida habrá personas que quieran aprovecharse de tu marca y te harán daño... no soportaría ver que una basura te lastimara-quise mantener mi tono dulce, pero en la última parte mis puños se encresparon.

-Jack no tienes de qué preocuparte-me sonrió tan inocentemente-No caeré en eso, sabes bien que eso no me interesa-me abrazó- he visto como evitas ese tema así que tomaré tu ejemplo de esperar y experimentar cuando sea la persona correcta, además estarás conmigo para protegerme ¿cierto?

-Lo prometo-hice nuestro gesto característico de promesa sobre el corazón.

¿Quién diría que ese sería nuestro último día juntos? 

Otra oportunidadWhere stories live. Discover now