Capítulo 9

32 1 15
                                    



– ¿Jack? ¿eres tú?

Mi corazón se estrujó levemente, mi mejor amigo podía verme, no lo podía creer. Una infusión de energía me embargó al pensar que podría hablar con alguien además de Alice, me acerqué a él Lo más rápido que pude, sin embargo, cuando ya estaba por llegar a él Sophie le llamó curioso al verlo ligeramente pálido con la mirada clavada en la nada.

La voz de su hermana rompió nuestro contacto visual y prosiguió a terminar de bajar las maletas, curioso ante su reacción subí hacia su cuarto para esperarlo. Pasaron algunas horas, aunque entre momentos entraban a dejar maletas y cajas. Estaba por marcharme para contarle a Alice cuando la puerta se abrió y mi mejor amigo se quedó paralizado bajo el umbral.

– ¿Estoy alucinando? –preguntó entre sus dientes.

– Antes solías creer cualquier cosa que se presentaba ante ti –le contesté al ver su rostro estupefacto –soy yo, Jamie –le sonreí tratando de esconder mi tristeza.

– Pero Jack...

– Sé que estoy muerto, hace 6 meses aproximadamente –lo interrumpí –estoy aquí gracias a que me dieron otra oportunidad –le expliqué, estaba listo para entrar en detalles cuando él habló.

– ¿Cómo es allá? ¿pudiste ver a mi padre? –preguntó, la curiosidad les daba un brillo inusual a sus ojos

– No pude ver mucho –suspiré al recordar esa habitación –digamos que fue una recepción muy corta.

– ¿Y a qué se debió eso? –se detuvo unos segundos –entiendo que eras travieso, pero no lo suficiente como para ser alma en pena –quiso susurrar, pero su preocupación evitó que lo hiciera, le sonreí para intentar darle ánimos, pero no podía negar que me sentía mal por toda la situación.

Los dos nos quedamos en silencio por varios minutos, sabía que Jamie estaba intentando procesar toda esta situación, y no lo culpo, yo hubiera hecho lo mismo de estar en su lugar; mientras seguíamos en silencio mi mente divagaba entre las conversaciones que había tenido con Alice y con Jamie, una había sido más desesperada y estresante que la otra, sin embargo, uno de los comentarios de mi amigo me había hecho reflexionar...yo tampoco había visto a mi padre. Ese pensamiento me generó un sentimiento de angustia, el nudo en mi garganta tampoco ayudaba, había estado tan cerca de ver a mi padre que me reprendí internamente por no haber acudido a su consejo, él siempre sabía qué hacer.

– ¿Entonces, no eres un alma en pena? –yo solo negué con la cabeza –me alegra escuchar eso –suspiró relajado ante mi gesto – ¿y qué haces aquí?

– Intento solucionar mis asuntos pendientes... proteger a mi familia hasta que estén mejor sin mí –estaba por decirle lo de mi alma gemela, pero no quería aburrirlo con esa cursilería, además, comenzaría a regañarme por no haber hecho el menor intento en buscarla, él siempre había sido un poco más idealista que yo en ese sentido.

– Sabes que no debes preocuparte por ellas, mi familia siempre las cuidará... vamos a verlas –sugirió, una sonrisa brillante se dibujó en sus labios, sin oponer resistencia accedí a ir con él, tal vez con algo de suerte podría ver a mi familia sin la angustia de provocarle una crisis nerviosa a alguien.

Le ayudé a terminar de desempacar, después de un almuerzo ligero nos dirigimos hacia mi casa, miré a Jamie a través de mi visión periférica, por unos segundos volví a sentirme vivo e incluso un poco más niño; recordé aquellos veranos que pasábamos juntos. Habían sido buenos tiempos; sentí una punzada en mi pecho.

Estábamos a punto de llegar cuando vi una cabellera oscura muy familiar para mi gusto, entre más nos acercamos pude darme cuenta de que estaba acompañada por otra silueta familiar. Frente a mí estaban Alice y Tooth, ambas charlaban tranquilamente, bueno, el decir que charlaban es un poco exagerado, más bien, Tooth hablaba y Alice respondía o asentía cada cierto tiempo. No pude evitar reírme ante la escena, lo que llamó la atención de la chica de cabello largo.

Otra oportunidadWhere stories live. Discover now