Capítulo 5

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-Hola Meme-saludó con cierto cansancio –gracias por venir.

- ¿Otra crisis? –él solo asintió –Ya tenía bastante tiempo que eso no pasaba, aunque veo que está más tranquila ¿usaste los calmantes?

-No, tengo otros métodos...-sonrió con superioridad y maldad –además Alice los detesta, se siente desorientada por el resto del día.

-Quiero preguntarle directamente, pero prefiero evitarlo ¿qué vio?

-Al parecer a un compañero que ya murió ¿qué sabes de eso? – él lo miró con cierta vacilación.

-Muy poco, solo que salvó a su hermana menor durante las ventiscas del año pasado, fue muy trágico. Investigaré si Alice llegó a conocerlo.

- ¿Cómo murió?

-Se cayó en una barranca, al menos fue instantáneo y no sufrió, aunque me sorprende que cayera era muy bueno para realizar acrobacias.

-La muerte puede ser cruel y burlona a su manera, nos recuerda la fragilidad de nuestra existencia y a veces toma nuestros talentos como excusa –sonrió de forma macabra obteniendo una mirada reprobatoria del rubio –Es broma.

- ¿Por qué preguntas?

-Cuando tiene una crisis y le explico la verdad sobre el fenómeno logra tranquilizarse.

-Eres un buen hermano Cheshire, eres el único que puede auxiliarla en estos momentos.

-Intento hacer lo que puedo, ya ha tenido muchos problemas durante su vida... soy la última familia que le queda.

¿Hermano? Pero si no tenían ningún parecido entre ellos, era como comparar el aceite con el agua, aunque me alegraba el saberlo sin saber el porqué, creo que necesitaba descansar así que sin más salí de la casa para ir con mi familia.

Al día siguiente vi que mi hermana se había levantado un poco más temprano de lo usual, se cambió su pijama y fue a espiar a nuestra madre, cuando se aseguró que seguía durmiendo salió de la casa lo más silenciosa posible, la seguí bastante intrigado por su actitud, pasó a una pequeña florería que estaba sobre la misma calle en la que vivía Alice, cuando salió tenía un pequeño ramo de Narcisos, los miró por unos minutos y se marchó. Caminó hacia nuestra casa, pensé que se trataba de un regalo para mamá cuando la vi desviarse al lago, se acercó al lugar donde había despertado y se arrodilló.

-Hola Jack –susurraba –ayer fue mi último día de escuela, otros años me emocionaba la idea del verano, pero ahora...sin ti, no quiero hacer nada, quiero dejar de sentir este dolor, quiero verte –su voz comenzaba a quebrarse –Te extraño y aunque mamá trata de engañarme sé que le duele que ya no estés-sus lágrimas comenzaban a fluir –No es justo ¿sabes? Prometiste estar conmigo y cuidarme –se interrumpió por sus sollozos.

-Emma, si tan solo pudieras ver que estoy aquí contigo –me arrodillé junto a ella.

-Y aunque mi día iba pésimo Toothiana intentó alegrarme, recuerdo que había días en los que no parabas de hablar de ella y me agradaba bastante que te interesaras en alguien, solo quería verte feliz, y a pesar de que agradezca sus intenciones, la única que logró animarme de verdad fue una chica que me salvó, me recordó un poco a ti solo que más seria... me llevó a casa y se fue, espero verla otra vez –el brillo en sus ojos regresó por unos fugaces segundos.

Esperé a que siguiera hablando, pero se quedó en silencio llorando mientras depositaba las flores con el mayor cuidado, asegurándose de que no se fueran a caer, cuando vio que estaba todo en orden se levantó y regresó a casa. Entró con sigilo y al ver que mamá seguía en su habitación, se metió a su cama tratando de recuperar un poco de calor entre sus cobijas y sin más recuperó su sueño.

Otra oportunidadWhere stories live. Discover now