F: The Ukelele Song

11.8K 972 400
                                    

Hola, mi nombre es Min Yoongi.

Se preguntarán, ¿quién soy, y por qué estoy presentándome?
Pues déjenme decirles que si estoy hablándoles en este momento, no es solo para decir mi nombre, sino para contar una historia. Más precisamente, la mía; sobre cómo descubrí que mi mejor amigo y confidente en todo el mundo era de hecho gay, y estaba enamorado de mí.

Todo comenzó el día veintiuno de Marzo, con el inicio de la primavera. Una fecha muy bonita, imaginarán; las aves cantan, los árboles florecen, y el sol brilla con la calidez entrañable que a uno tanta falta le hizo durante el invierno... Pero lamentablemente, aquel día no fue así en lo absoluto.
Para empezar a contarles esta historia, encuentro conveniente hacerles saber que vivo junto con otros seis chicos en un apartamento en Seúl, y que nosotros siete formamos parte de una banda, muy conocida, de hecho.

Los últimos meses habíamos estado muy agobiados con el lanzamiento de nuestro nuevo álbum, y las prácticas, entrenamientos, y noches enteras en el estudio produciendo melodías, se habían vuelto más frecuentes e intensas. Por lo tanto, siendo aquel el primer día que tendríamos libre, los chicos llevaban haciendo planes desde hacía semanas, especialmente los más jóvenes.

Poco fue su agrado cuando, aquella fría mañana que se suponía sería hermosa, despertaron para encontrarse con una ciudad que parecía estar siendo adrede atacada por una fuerte lluvia.

Ya eran cerca de las dos de la tarde y, además de almorzar todos juntos en la sala- algunos a la mesa y otros simplemente desperdigados por la alfombra y el sofá-, no habíamos hecho mucho más que pudiese decirse. Por mi parte me encontraba aún acostado en el sillón, sin ánimos de levantarme, pero sabiendo que necesitaba ir al estudio para acabar de escribir una canción que no había siquiera empezado.

Entonces, tal y como una señal que enviaba el cielo, Jungkook se acercó a mí corriendo por el pasillo dispuesto a enseñarme alguna de sus típicas estupideces que de seguro me sacarían una sonrisa.

¿Cómo podría describir a Jungkook de modo que, con solo decirles un par de palabras, pudiesen entender la esencia de este chico?

Para empezar, Jungkook era frescura; era lo que sentía yo al tener su edad, lo que siento ahora con solo recordar aquellas épocas, y lo que sé que podía volver a sentir al estar juntos y reír a su lado.
También era brillante como un día soleado, que me acaloraba la piel con solo ver su sonrisa e infantiles ocurrencias, y también al oírle gritar histérico hasta el hartazgo.
Era el niño que me imitaba y hacía berrinches, y el adulto que me abrazaba y mantenía en pie cuando todo parecía derrumbarse.
Finalmente era el orgullo que me inflaba el pecho con presión y rapidez al verle presumir sus múltiples talentos a tan temprana edad, al poder decir que aquel chico era mi compañero de banda, y más importante mi amigo.

En resumen, Jungkook era un niño lindo, caprichoso y presumido, a quien no podía evitar querer con todas mis fuerzas.

Pero volviendo al hilo del relato, aquella tarde Jungkook se acercó a mí queriendo enseñarme aquello en lo que había estado invirtiendo su tiempo últimamente.
Con una sonrisa plasmada en su rostro sacó de su espalda un pequeño ukelele amarillo y floreado, antes de colocarlo sobre su pecho y comenzar a tocar suavemente sobre este.
Unos segundos más tarde, tras deleitarme con unas pocas notas graciosas y alegres que se perdían entre choques de cuerdas e insultos en voz baja, se detuvo y volvió a centrar su vista en mí.

"¿Qué te parece?"- me soltó sin más a la cara, con una sonrisa orgullosa.
Reí ante su pregunta, y más que nada ante su vanidad, antes de llevarme a la cabeza la mano que reposaba sobre mi pecho, e inconscientemente hacerme a un lado.

"Pero si no has tocado más de tres notas sin equivocarte"

Él captó mi gesto al instante pues en unos pocos segundos, como de costumbre, ya estaba sentado junto a mi abdomen, observándome desde arriba con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre el pecho.

"Todavía estoy practicando, ¿sabes? Solo quería saber qué pensabas de esto. Además no pude tocar bien porque las cuerdas son viejas y tú me distraes"- comentó rodando los ojos y utilizando un tono en extremo prepotente, antes de que yo pudiese alzar las cejas en respuesta. Me causaba gracia y en parte me hastiaba que Jungkook siempre fuese de esa manera, buscando ser el mejor y excusándose al equivocarse, pues yo bien sabía que aquello eran simples excusas banales que inventaba al no hacer algo bien.

"Lo que digas"- solté sonriendo, buscando molestarle, y ante su mirada retorcida tomándo su cintura entre mis brazos.

Sin embargo, a diferencia de otras veces en las que él se haría el ofendido como el niño berrinchudo que ya mencioné era, solo continuó observándome serio desde su postura.

"¿Qué?"- pregunté confundido por su extenso contacto visual agobiante, posando mi mano izquierda ahora en su rodilla que continuaba junto a mí, y antes de acotar con sorna- "¿Vas a disculparte o algo?"

Él solo rodó los ojos hastiado, rompiendo todo contacto y bufando, antes de levantarse y dirigirse rumbo a los cuartos nuevamente.

"¿A dónde vas? ¿Acaso te molestaste o algo?"- continué burlándome de él, sabiendo cómo era nuestra relación, y lo irascible que Jungkook era.

Esperaba un insulto por su parte, tal vez incluso un portazo o algo por el estilo, mas me sorprendió el silencio tras mis palabras, siendo solo cortado por un susurro, y una puerta que se cerraba con cuidado.

"No Yoongi, solo seguiré practicando"

A pesar de no haber hallado energías en lo que iba del día, el tono de voz que utilizó en ese instante me hizo levantarme y correr a su puerta.

"¿Estás bien?"- pregunté confundido por su actitud, recostándome mientras le hablaba a través de la madera. Jungkook jamás era así, si de hecho era conocido como uno de los miembros más intolerantes y a quien podía sacarse de sus casillas más fácilmente. Y no solo era mi compañero, sino mi mejor amigo, creía conocerlo mejor que nadie.

Al instante abrió la puerta, recibiéndome con su alto cuerpo mucho más trabajado que el mío, pero viéndose de pronto más pequeño. Asintió con una débil sonrisa, que luego se volvió una incómoda mientras se rascaba la nuca.

"Si quieres puedes verme practicar"

Respondí a aquella extraña propuesta con una sonrisa. Jungkook era mi mejor amigo, y lo quería demasiado como para pelear con él por estupideces.

El resto de la tarde lo pasé oyéndolo inventar canciones con su pequeño instrumento, y haciéndolo reír.

I'm Not Gay~ykDonde viven las historias. Descúbrelo ahora