Prólogo

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Dije que te amaba... Pero te mentí II

(By: Adriana Rangel)

Prólogo

Harold:

    Me encontraba sumergido en mis pensamientos, mientras me encontraba sentado en la cama, mirando hacia la ventana. La vida puede llegar a ser irónica cuando menos lo pensamos. Y nos devuelve todo lo malo que hemos hecho en nuestra vida.


     Al fin me encontraba en Massachussets. En aquella casa que había comprado en Foxborough. Había decidido residenciarme allí, en vez de la ciudad de Boston, pensando que así podría olvidar y dejar atrás aquel pasado que me había marcado.


    Quizás en ese pueblo podría permitirme continuar con mi vida y empezar desde cero. Ser aquel hombre que siempre debí ser y encontrar a alguien y ser feliz. Pero, ¿quienes somos para predecir lo que pasara en ese mañana que todavía no ha llegado?


     Simplemente somos dueños del pasado y del presente. El futuro está tan lejos de nosotros y es tan incierto.


    No puedo negar que puedo todavía tocar aquel pasado que seguía aún en mi mente. Cerré los ojos y mis recuerdos volaron a ese ayer que jamás podría sacar de mi cabeza.


Tenemos que regresar...—me había dicho Ariana cuando la campana nos recordó ir a nuestra siguiente clase.


    Sin embargo, yo había decidido esperar un momento hasta el instante en que vi a Mark entre los presentes. Él pensaba que daría mi brazo a torcer y se equivocaba, aunque Simon había esperado que considerara mi decisión final. Él, por su parte, había decidido salirse de aquella absurda apuesta. Conocer a Ariana y a sus amigas le había cambiado un poco, aún más cuando en ese mes se había convertido en el compañero de laboratorio de Biología de Jennifer.


Espera...—dije al retenerla un momento más.

Se nos hará tarde, Harold... Tenemos que entrar a la siguiente clase. Nunca he sido de las que llega tarde.

Espera... Tengo que decirte algo importante...—respiré hondo—. Ariana... Dije que te amaba... Pero mentí. Has sido una apuesta en mi vida... Eso es lo que me pasa y tengo que decírtelo.


   La mirada de Ariana me hizo ver aquella sorpresa y aquel dolor que se albergaba en su ser, mientras sus ojos se aguaban y ella contenía aquellas lágrimas que yo podía ver, aun sin haber aparecido realmente.


    Y vi indignación. Decepción. Odio. Dolor...


   Ella había creído en mí después de tanto haberse protegido al no creerme antes. Y yo le había pagado de esa manera.


   La vida sigue girando ahora... Lo sé... ¡Perfecto! Pero es mejor que se lo digan a alguien que sienta que su vida tenga un sentido y pueda sentir que la vida continua.


   La mía sigue todavía estática.


Dije que te Amaba... Pero mentí IIWhere stories live. Discover now