Dije que te Amaba... Pero mentí II

Capítulo 27: "Said I Love You... But I Lied"

Capítulo 27

"Said I Love You... But I Lied"

Harold:

     Verla de nuevo, frente a frente, me hizo comprender una verdad que había tardado de entender. Era tan sencillo saber que hay personas que llegan a nuestras vidas por un motivo. Unas se quedan. Otras se van, pero siempre nos dejan algo que aprender. Y eso era lo que había sucedido en nuestra historia inconclusa. Ariana había llegado a mi vida para salvarme del ser que había sido antes de conocerla realmente. Nunca volví a ser ese Harold que le lastimó o que sólo pensaba en sí mismo. Y había vuelto a regresar a mi vida para salvarme.

—¿Recuerdas las muchas veces que me infiltré en tu casa, gracias a tu hermana Sophia?—le pregunté, mirándola de reojo, esperando su reacción.

—Ni me lo recuerdes... Te juro que no me simpatizaban ningunos de los dos. Ella por unirse a ti en tu juego de "chico simpático y agradable". Y tú, al prestarte a ser una mentira que sólo yo veía.

—Sin embargo, aunque no lo creas, esos fueron los mejores días de mi vida. Amaba ir a tu casa. Me sentía tan a gusto allí. Finalmente había conseguido un lugar al cual llamar hogar... aunque era consciente que no era el mío. Tú familia me hacía sentir que formaba parte de algo...—expresé, mientras me estacionaba en el garage de mi propiedad.

—Mis padres te amaban, en especial mi madre...—admití al recordar ese ayer.

—Lo sé... Pero terminé arruinando todo.

—Harold...

—Lo lamento, no he querido incomodarte con mi comentario. Sólo que te veo ahora junto a mí y no he podido evitar recordar lo idiota que una vez fui...

—Creo que ambos ya hablamos sobre eso una vez y decidimos enterrar el pasado...

      Sonrió, al mismo tiempo que bajaba de mi automóvil, al igual que yo. Luego la guié hacia la sala de mi hogar.

— Toma asiento... ¿Deseas tomar algo?—le pregunté, deteniéndome un momento.

—Estoy bien, gracias... ¿Has hecho algunos cambios?—expresó al percatarse de los cambios que había hecho en mi propiedad durante esos dos años.

—Sí, algunos...—sonreí apenado, pensando que se refería a mis antiguos gustos, del Harold que ella había conocido en el pasado. Sin imaginar que ella ya había estado allí antes. Luego me senté junto a ella, en el mismo sofá.

—Me gustan los cambios que has hecho... Se ve que ha mejorado tu gusto y estilo...

—Gracias...—sonreí y empezamos a hablar de nuestras vidas a través de temas triviales, olvidándonos del tiempo.

    Pronto la observé mirar su reloj, cuando me levantaba a buscar algo para beber.

—Discúlpame... Debes estar agotado. Debería ya marcharme...—expresó cuando le ofrecí un vaso con agua.

—Estoy bien... Y en verdad deseaba hablar contigo...

—Yo también. ¿Sabes?, Robert siempre me insistió que cuando estuviese preparada, me permitiera este momento... Hablar contigo.