Dije que te Amaba... Pero mentí II

Capítulo 2 : "Recuerdos"

Capítulo 2

"Recuerdos"

Harold:

   Me había acostado temprano deseando descansar lo suficiente y tener así una mejor cara de la que realmente había tenido en esos días. Sin embargo, la noche no me había sido de gran ayuda, ni siquiera había conseguido su propósito.

     Uno de esos recuerdos que solían golpearme había golpeado mi realidad. Y el pasado había vuelto a dar un paso atrás. "Irresistible" de Jessica Simpson se escuchaba en el fondo. Yo como siempre me encontraba recostado en su "Santuario", sorprendiendo una vez más a Ariana. No había sido invitado. Sin embargo había valido la pena verla moverse como jamás nadie la había visto bailar en la preparatoria.

—Por mí no te detenga...—le había dicho al verla, al mismo tiempo en que cruzaba los brazos y sonreía.

—¡Voy a matar a Sophia! ¿Ella te ha vuelto a abrir, verdad? —dijo al detenerse y mirarme seriamente, mientras yo la miraba con picardía.

—¿Qué hay de malo que lo haya hecho? ¿Acaso no eres mi novia?

—¿Te vas a seguir afincando en eso? —cruzó los brazos molesta—Sabes que...

—Lo sé... Lo sé...—sonreí un poco más, mientras el rubor de su cara era más visible y me acerqué a ella—. No confías aún en mí. Pero llegará el día en que descubras que mis palabras son sinceras.

    Desperté abrumado tras aquel recuerdo que me hería una vez más.

Ariana:

     Cuando la mañana apareció en mi ventana, decidí tomar una ducha fría. Sin embargo, no sé qué me ocurrió cuando me dio por mirarme al espejo de repente, recordando a la Ariana de dieciocho años. Volvía a sentir sentimientos entrecruzados que m recordaban recostada llorando, sentada en el suelo, mientras se encontraba abrazada a sus rodillas, con la mitad de un corazón que ya ni latía.

     Abrí los ojos a mi presente. Ya no era esa chica. Había pasado tres años desde ese ayer. Ahora era una chica de veintitrés.

La vida había cambiado a mi favor. Ya no lloraba. Era feliz.

Harold:

    A la mañana decidí tomar una ducha fría y luego hacerme un desayuno y quedarme un rato en casa. Me senté en el sofá recordando que desde que había tenido un balón de fútbol americano en mis manos, siempre había sabido lo que quería ser. Había empezado a actuar como líder. Y quizá por ello mis entrenadores siempre habían acabado dándome la posición de mariscal de campo.

     Y con ello, me había encontrado a mí mismo, sintiéndome importante e invencible ante los demás. Mientras realmente tenía una vida familiar que a nadie le desearía.

Ese vacío lo había llenado con el juego.

Ese vacío lo había callado ante lo demás.

Aunque la única que estuvo cerca de descubrir toda mi triste realidad había sido Ariana.

    Prendí el televisor y procuré ver cualquier canal. Debía dejar de pensar en el ayer. Hay cosas que ya no se pueden remediar. Y mis errores del pasado ya habían cosechado las consecuencias de ello.

    Al menos tenía una nueva oportunidad de reencontrarme a mí mismo e iniciar una nueva historia en mi vida. Había aprendido mi lección y estaba seguro que jamás volvería a lastimar a nadie como lo había hecho con Ariana.

       Era mi momento de encontrar mi propia felicidad y desearle lo mejor a ella y a Robert. Aunque ignoraba donde se encontraban en ese momento. Esperaba, en un futuro lejano, volver a compartir con él en el terreno de fútbol americano. Mientras tanto deseaba y esperaba solo un momento para mí, a solas con la vida.

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Hola a todos mis lectores, siento mucho la tardanza, sé que es un capítulo corto. Prometo que a partir de los siguientes será más interesante. Espero que les guste. Saludos...