Hogwarts- Love and Blood

21. Faceta Desconocida

SELENE P.V.O

-Estoy demente.-Masculle enojada, mientras subía al quinto piso. Tuve la excusa perfecta para salir de la sala común sin levantar sospechas, ya que hoy era mi turno de patrullar los pasillos. No es que temiera que Malfoy cumpliera su amenaza, pero quería aclarar varias cosas con él y esta era la oportunidad perfecta.

Lo más probable es que termináramos peleados como siempre, o podríamos…

-Concéntrate Selene.-Me regañe a mí misma. Me puse los brazos alrededor del cuerpo, protegiéndome del frio. Ya era noviembre y afuera en la ventana ya se veía caer la primera ventisca de nieve.

Llegue al quinto piso y puso todos mis sentidos alerta. Todo el castillo estaba dormido, no escuche nada fuera de lo normal ni olfatee alguna esencia desconocida. Si reconocí el rastro de Malfoy, por lo cual supe que él ya había pasado por aquí. Me extraño un poco el control tan increíble que lograba tener sobre mi misma, ya que aunque seguía deseando la sangre de Malfoy no sentía mis ojos arder ni mis colmillos alargarse. Tenía una pequeña idea del porque pasaba eso, pero no era el momento de ponerme a pensar en eso y mucho menos cuando estoy a punto de verlo.

Me detuve justo al lado de una enorme gárgola, que representaba a un demonio. Hasta ahí llegaba el rastro de Malfoy, pero no lo veía por ninguna parte.

-Malfoy.-Llame en voz baja.

Nadie contesto. Es un torpe imbécil, pensé con furia. Me traía hasta aquí amenazada y no se molestaba en presentarse. Empecé a girar para marcharme, pensando en cerrar mi puerta con un hechizo, cuando una mano apareció de repente y me tomo con fuerza el brazo. No tuve tiempo para responder y me vi arrastrada a lo largo de un extraño y estrecho pasadizo y me choque de frente con una figura, cuyo rostro no alcanzaba a ver. Pero no hizo falta ver para saber quién era, tenía su olor tan metido en mi cabeza que podía reconocerlo y también escuche el rápido latir de su corazón.

-Viniste Grey.-Dijo Draco Malfoy y pude sentir su sonrisa de superioridad.-Veo que mi amenaza logro ser muy persuasiva.

Su frase no me enojo de la forma como esperaba. De hecho no podía pensar con claridad ya que me percaté de que sus brazos me sujetaban con fuerza y la estrechez del pasadizo dejaba nuestros cuerpos demasiado juntos.

-Deja tus estupideces Malfoy.-Replique recobrando la voz. De un tirón me zafe de su agarre.- ¿Para qué querías verme?

-Paciencia Grey.-Dijo y se dio la vuelta avanzando.-Muévete.-Ordeno al girar y ver que no lo seguía.

Fruncí el ceño y lo seguí a una prudente distancia. El camino parecía alargarse a cada paso pero en un recodo apareció una puerta. Malfoy miro por encima de su hombro para verificar que seguía ahí y me descoloco ver un extraño brillo en sus ojos plateados. No alcance a descifrar que era porque se giró y abrió la pesada puerta. Tras ella había una enorme habitación, bellamente amueblada. Había diferentes tonalidades de colores, pero todos hacían referencia a las cuatro casas, e increíblemente lograban armonizar a la perfección.

-¿Qué es este lugar?-Pregunte distraída, caminando por el cuarto y me detuve abruptamente al ver la cama.

-Un pasadizo que descubrí hace dos años.-Dijo Malfoy, con su tono habitual de arrogancia.

-¿Y porque me trajiste aquí?-Pregunte con nerviosismo, alejándome disimuladamente de la cama.

-Porque necesitamos hablar y lo mejor es que sea en un lugar donde nadie me vea con una desagradable Gryffindor.-Dijo despectivamente.

-Lo mismo digo de ti.-Coincidí.

Apenas dije esto su expresión cambio por completo, tornándose furiosa y peligrosa. El recuerdo de nuestra pelea interrumpió en mi mente y no pude controlar el temblor que me recorrió la espalda. Eres la princesa de los vampiros y no debes temerle a nada ni a nadie y menos a un mago, me recordé.