Capítulo 1

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CAPÍTULO 1

Severus había dejado las mazmorras hacía una media hora, no era el lugar propicio para estar en esos momentos, sin embargo seguía ocultándose de toda persona que quisiera hablar con él. A través de una de las ventanas vio los jardines de Hogwarts, y como las sillas una a una iban siendo ocupadas. Quiso arquear la ceja con desagrado cuando vio el camino de pétalos de flores blancas hasta donde ya estaba el agente del ministerio para oficiar la unión, sin embargo no lo hizo, tan sólo se quedó ahí observando como la menor de los Weasley se hacía cargo de todas las preparaciones, había jurado que ella se encargaría del más mínimo detalle, y lo cumplía a la perfección.

Bajó al ver que la hora se acercaba, en cuanto llegó al vestíbulo se encontró de lleno con la señorita Weasley y Potter que venían entrando al castillo, estuvo a punto de darse la vuelta, ya que la mirada de arrogancia y desprecio no funcionaban últimamente.

Y lo comprobó cuando ella sonrió con esa emoción que no se le podía quitar del rostro, su vestido color lila hacia resaltar su cabellera, al igual que el corte de la prenda, mientras que su pareja había elegido un sencillo traje de gala.

Profesor Snape, — exclamó la joven al poderlo encontrar, el pocionista por simple respeto sólo hizo una reverencia en forma de saludo, buscando ante todo poder escapar cuanto antes, pero la joven se puso en su camino —, lo estaba buscando.

No veo porque, la señorita Granger se encuentra en sus aposentos, es ella quién la necesita.

Y yo necesito... — dijo ella con cierta pena sacando un moño negro.

Ni siquiera lo piense Weasley, hágase a un lado.

Pero profesor, a Hermione le encantará.

En ese momento no le importó que su mirada no los intimidara, él la usó hasta que la hizo retroceder avergonzada, una vez que Ginny vio que no se saldría con la suya, optó por hacer lo que él le sugería y subió por las escaleras en busca de Hermione.

Severus volteó a ver a Harry con desdén, pero éste parecía estar más furioso que nunca, y la paciencia de Snape estaba agotándose lentamente.

Quiero que este día sea el más feliz de Hermione, pese a su elección de esposo.

Así será, Potter.

No lo creo — respondió enojado, apretando los dientes y acusándolo con la mirada mientras buscaba un rastro de arrepentimiento en su mirada —, por los invernaderos se encuentra la señorita Maiden, le dije... no, le ordené que se quedara ahí en lo que usted llegaba.

Bien — respondió Severus intentando aplacar los latidos de su corazón al haber oído aquel nombre.

Ella aseguró que no va a regresar, y que debo cancelar la boda para evitarle la humillación a Hermione.

Le di mi palabra a la señorita Granger, y nada de lo que diga esa mujer me hará cambiar de parecer, puesto que elegí a Hermione.

Saca a esa mujer de aquí — le ordenó Harry con prepotencia.

Hubiera querido poder contratacar lo que le había dicho Potter, pero no podía hacerlo. Se había ganado cada una de las desconfianzas del elegido, aunque la ansiedad recorriera sus venas, debía sacar a Maiden de ahí cuanto antes, la boda empezaría en menos de media hora y las cosas debían verse tal y como Hermione las pensaba, él le había dado su palabra y se casaría con ella pasara lo que pasara.

Cuidaré de tiWhere stories live. Discover now