Cuidaré de ti

Capitulo 3

CAPÍTULO 3

La delicia de verla cuando ella ignoraba ser observada era su máximo deleite, Severus había estado sobrellevando en silencio todos esos cambios dentro de sí mismo, había podido aguantar su propio dolor en dejar ir a la mujer que amaba, pero también se enfrentó a la realidad que le daba su esposa, todo lo que ella le hacía sentir en una sola mirada, en ocasiones él solo bajaba la vista asustado, esa obsesión que comenzaba a sentir por ella le daba miedo.

Disfrutaba en silencio su cuerpo, unidos esas madrugadas, el placer infinito que le otorgaba callar sus gemidos con besos suaves, y calmar su llanto cuando la hacía sentir más de lo normal, pero en cuanto ella decidía tomar el control él sucumbía ante la admiración, no podía con ella de esa forma, él no lo sabía pero sin proponérselo ninguno de los dos, una parte de él empezaba a enamorarse de ella y de necesitarla de una manera que él desconocía.

...

Ellos vivían en una pequeña casa en lo alto de una colina irlandesa, jamás se imaginó que pudiera terminar viviendo en una casa tan hogareña, su esposa solía decir "es tan mona", Hermione se enamoró de ella en cuanto la vio, habían estado viviendo en un condominio bastante lujoso durante dos meses, él se había prometido darle a ella lo mejor, puesto que lo merecía, jamás se imaginó que su esposa cambiaría aquel departamento por donde vivían en ese momento.

Una coincidencia los llevo a un poblado, las lenguas decían que en lo alto de las colinas crecía una especie de hongo que él había estado buscando, así que valía la pena perderse entre las colinas.

Venían de regreso cuando ella vio la casa, pequeña de dos pisos, con un amplio jardín, daba la vista al luminoso lago que estaba frente a ésta, y en la parte de arriba un techo de una sola agua, con un ventanal abierto de madera, la casa tan... rústica, hecha de piedra como cualquier poblado de Irlanda y te tejas en su techo, no era la casa perfecta para ella, pero parecía que la joven se había enamorado. La mirada de ella estaba perdida observando esa casa, él la vio y no pudo evitar sonreír, pocas cosas hacían iluminarse los ojos de su esposa de tal manera.

―Pocas veces he visto esa sonrisa ¿te gusta esa casa?

―Ya tenemos una casa ― respondió ella intentando sonar racional ―, pero es bonita ¿no crees?

Severus la observó y alzo la ceja, esa casa no era bonita en definitivo, pero había algo que a ella le gustaba. Él se acercó y tocó la puerta, abrió un hombre bastante mayor con su esposa, aquella casa tenía una chimenea y se notaba tan hogareña, y entendió porque le gustaba a su esposa, le recordaba a su familia y a su vida.

―Buenas tardes ― dijo finalmente el dueño al ver que aquel hombre misterioso no decía nada.

―Quiero comprar su casa ― dijo el pocionista por fin después de estar viendo a su esposa.

Hermione abrió la boca sorprendida, intentó acercarse pero terminó dando un paso hacia atrás, ellos ya tenían una casa amueblada, al gusto de su esposo, pero al final tenían un hogar y a ellos nada les faltaba, no requerían cambiar de hogar.

―Nuestra casa no está en venta, aquí está toda nuestra vida.

―Mi esposa se acaba de enamorar de esta casa, y estoy dispuesto a comprarla al precio que ustedes pongan, tenemos un mes de casados.

La anciana mujer se asomó y vio a Hermione esperando en el jardín, ahora no estaba asombrada, estaba sonriendo como tonta viendo la casa, se mordía el labio de forma incontrolable. Llevaba una jeans viejos con un suéter holgado que le llegaba casi a las rodillas, y un gorro de felpa que la cubría del frío.