Fénix Libro 1: Aqua et Terra.

Capítulo 1- Tierra bendita.

          Hubo una vez hace miles de años una cálida, hermosa y pacifica tierra bendita, donde los sauces, pensamientos y toda clase de plantas silvestres crecían sin que nadie las molestara, una tierra sagrada donde la vida florecía en todo tipo de colores y donde el bosque le susurraba palabras de aliento y amor a todo aquel que se aventuraba a cruzar sus prados, ríos y lagos. Se rumoreaba que aquella tierra había sido amada y protegida por los ángeles más hermosos y bondadosos del cielo, los cinco ángeles de la naturaleza, Aqua, Terra, Ignis, Ventus y Fenix, llamados así por el elemento que ellos controlaban a excepción del ultimo quien era considerado amo de todos y cada uno de los elementos naturales, una de sus cualidades o poderes más codiciados era la meta morfología, poseían la habilidad de convertirse en una bestia salvaje y así proteger a todo aquel que caminara los senderos de su tierra amada.

Los lagos, ríos y mares poseían aguas tan cristalinas que no importaba lo profundos que fueran, siempre podías ver el fondo, maravillosas montañas y magníficos volcanes se alzaban en los horizontes, aves, reptiles, insectos y mamíferos de todas las especies paseaban libremente por los caminos infinitos de esta hermosa tierra verde y florida. Hombres mujeres, niños y ancianos vivían pacíficamente, cuidándose unos a otros, no había peligro posible en este magnífico paraíso, o al menos eso es lo que todos decían.

También en esta bella tierra existía una leyenda que hacia miles de años se había escrito, los más ancianos del pueblo la contaban cada vez que había reunión o algún festejo, las personas creían en ella y se regocijaban cada vez que la escuchaban, sabias palabras de esperanza, de aventura y grandeza que todos querían escuchar una y otra vez.

La historia rezaba lo siguiente: Cuenta la leyenda que tres mil años atrás cuando la tierra era salvaje, hostil y peligrosa un hombre viajero y su esposa llegaron a esa tierra buscando refugio encontrándose más peligro del que hubiesen conocido, se dice que en ese horrible lugar existió un ave hermosa y poderosa y que era el guardián de las tierras prohibidas, el ave vio al hombre dispuesto a todo con tal de proteger a su mujer y se maravilló de lo magnifico que podría llegar a ser el amor, así que hizo un trato con el viajero "quiero ser como tú, saber lo que es amar y ser amado, quiero poder conocer aquello a lo que ustedes se aferran, ser aún más libre de lo que jamás he podido ser, te daré este reino si me ayudas a ser humano lo único que tienes que hacer es jurarme que protegerás esta tierra, inculcando a los tuyos el respeto y amor por este lugar, porque aunque no lo creas es más mágico de lo que jamás puedas imaginar".

El hombre acepto gustoso ya que solo tenía que hacer lo que siempre había hecho, el ave alzo sus alas en vuelo y se volvió luz plateada mágica que se extendió por toda la tierra construyendo desde los cimientos la tierra bendita, toda la fauna y flora más hermosa y en su mayoría comestible para así hacerla más habitable y hermosa que nunca, una pizca de luz se dirigió a donde el hombre y su mujer estaban y entro en ella para así después nacer un hermoso niño dándole así la oportunidad al ave de ser un humano y de vivir amando y siendo amado.

Se dice que el ave que fue llamado Fénix quien era el ángel de la vida y la muerte engendro cuatro hijas a las que les heredo el don de controlar la naturaleza, Aqua, Terra, Ignis y Ventus fueron sus nombres, el ángel Fenix siendo humano murió siendo ya muy viejo, habiendo vivido una vida plena y feliz. Prometió que descansaría un tiempo en el lugar en el que los muertos residen pero que cuando la tierra lo necesitara regresaría para poner orden a todo y que esta tierra pudiera seguir siendo pacífica y pura como lo había hecho desde que el amor la piso, sus hijas pasarían sus dones a sus futuras reencarnaciones cuando la hora predestinada de su regreso se acercara, para que así la familia se reuniera una última vez. La gente festejaba feliz de saber que su tierra era protegida y amada y seguros de que nadie podía destruir esa felicidad.