Capítulo 1

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Adiós Boston.

—¿¡Bradford!? —pregunté en un tono más alto de lo usual, debido a la sorpresa que me había causado lo que mi padre acababa de decirme.

El hecho de que estuviera muy hablador cuando llegué a casa tampoco ayudó mucho.

Debí verlo venir cuando me levanté hoy y vi que papá no estaba en la cocina, leyendo el periódico mientras tomaba su taza de café como usualmente hacía. Pero aun así, no presté atención. Hice la limpieza de nuestro pequeño, pero cómodo departamento. Mi padre había salido antes de que me levantara, luego llegó para la hora del almuerzo. Durante ella, él estuvo distraído, pero no le di importancia, por lo que una hora más tarde me arreglé y salí con Maggie y Amber.

—Una semana más y luego comienza de nuevo la tortura —se quejó Amber, mientras devoraba un bollo de miel.

Estábamos sentadas en una cafetería muy pintoresca, del estilo artesanal.

—Alégrate de que al menos es el último año —le acotó Maggie, bebiendo de su té helado.

—Eso lo dices tú porque eres una especie de genio cuyas calificaciones no bajan de 9,5 —murmuró de mala gana Amber.

—Aumentarías tu promedio si utilizaras mi programa de estudio —comentó serena Maggie, acomodando su negro cabello a un lado.

—El cual incluye sacrificar mi vida social, y no, gracias. No pienso hacerlo —se cruzó de brazos.

—Como quieras —Maggie se encogió de hombros—. Después no me vengas a llorar cuando estés sobre la cuerda floja.

Amber me miró.

—Anna, dile algo a Maggie. No me desampares, eres el equilibrio en esta amistad —exageró Amber. Pero, así es ella: Exagerada, alegre, espontánea y sin preocupaciones.

Maggie, por otro lado, es seria y centrada en sus estudios. Siempre buena estudiante y la mejor de la clase, pues quiere conseguir una beca para estudiar medicina; y tiene que esforzarse. No la culpo. Digamos que yo no soy tan inteligente como Maggie, pero tampoco he tenido calificaciones tan bajas como Amber. Hemos sido amigas desde que tengo memoria y yo siempre he sido la mediadora, por eso Amber dice que soy el equilibro.

—Amber —miré a la castaña—. Maggie tiene razón. ¿Por qué no comenzar este último año con buen pie? —Sugerí con una sonrisa.

—Eso es, abandona el barco antes de que se hunda —dijo sarcástica. Aunque Maggie y yo reímos por su comentario.

—Por cierto, ¿cómo vas con Hunter? —Me preguntó Amber, cambiando de tema—. ¿Crees que te invite a salir antes de comenzar clases?

Maggie me miró curiosa.

Hunter es un chico muy lindo y simpático de nuestro colegio, y compartí algunas clases con él el semestre pasado. Tiene el cabello rubio con algunas hondas, ojos color miel y una sonrisa muy linda. Es popular, juega como receptor en el equipo de futbol de la escuela y es mejor amigo del casi novio de Amber (y digo "casi" porque aún no le ha pedido formalizar su relación, aunque estén en un acuerdo de exclusividad), así que ella está contenta que él y yo hablemos. Hemos estado hablando desde hace unas semanas, ya que trabajamos en la misma librería.

En fin, hace algunos días se me insinuó o algo así.

—La verdad es que no lo sé —admití después de beber un poco de mi chocolate. Lo más probable es que haya confundido las señales, ese día estuvo más coqueto conmigo y durante el descanso me invitó a comer. Eso quiere decir que le gusto, ¿no?—. No quiero pensar en eso, se va a dar cuando se tenga que dar. Recuerden que el... —Iba a continuar, pero Maggie y Amber me interrumpieron.

Sweet Peril. (The Sweet #1) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora