Capitulo 46.

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—Apaga la radio, Pete.

El electricista la miró por encima del hombro, pero no se movió.

—Olvídalo. —April se puso el cuaderno debajo del brazo y se metió dentro.

Al mismo tiempo, Justin atravesó el jardín delantero para hablar con el electricista.

Blue echó un vistazo al descuidado jardín.

En vez de buscar la manera de llegar a la ciudad para encontrar trabajo, pensó en lo que acababa de suceder.

«Adiós, hasta luego», terminó y comenzó a sonar una canción de las Hermanas Moffatt, «Vidas doradas».

Algunas de las mejores emisoras musicales del país se dedicaban a poner canciones de las Hermanas Moffatt desde la muerte de Marli, generalmente junto con «Adiós, hasta luego» de Jack Patriot, algo que Blue encontraba bastante vulgar ya que Jack y Marli llevaban años divorciados.

Siguió pensando en todo ello mientras entraba en la casa.

Tres hombres hablando en un idioma que no entendía colocaban las puertas superiores de los armarios.

April estaba sentada en un rincón del comedor mirando con el ceño fruncido una hoja de su bloc.

—Tú eres artista—le dijo a Blue cuando entró—. ¿Puedes ayudarme con esto? No se me da mal la ropa, pero con los detalles arquitectónicos me pierdo, en especial cuando no estoy segura de qué es lo que quiero.

Blue había esperado conseguir otro donut, pero en la caja sólo quedaba azúcar glaseado y un par de manchas de mermelada.

—Es el porche cerrado para la parte trasera de la casa—dijo April.

Blue se sentó a su lado y miró el dibujo.

Mientras los hombres charlaban, April le explicó lo que había imaginado.

—No quiero que parezca el porche de una cabaña de pesca. Quiero grandes ventanales de suelo a techo para que entre mucha luz y molduras en todo el perímetro, aunque no sé de qué tipo.

Blue lo pensó unos minutos y comenzó a esbozar algunos adornos sencillos.

—Me gusta ése—dijo April—. ¿Podrías dibujarme la pared? ¿Con las ventanas?.

Blue esbozó cada una de las paredes como April la había descrito.

Hicieron algunos ajustes y entre las dos llegaron a un acuerdo.

—Eres muy hábil—dijo April cuando los trabajadores hicieron una pausa para fumarse un cigarrillo—. ¿Te interesaría hacer algunos bocetos interiores para mí? A lo mejor estoy suponiendo demasiado. No sé exactamente cuánto tiempo vas a quedarte ni qué tipo de relación tienes con Justin .

—Blue y yo estamos comprometidos —dijo Justin desde la puerta.

Ninguna de las dos lo había oído acercarse.

Dejó la taza vacía de café encima de la cocina y se acercó para coger el boceto de Blue

—Se quedará mientras yo esté aquí.

— ¿Comprometidos?—dijo April.

Él ni siquiera levantó la vista del boceto.

—Exacto.

Blue apenas pudo evitar poner los ojos en blanco.

Éste era un claro ejemplo del desprecio que sentía hacia su madre.

Quería recordarle lo poco que le importaba; tan poco, que ni siquiera se había molestado en decirle que se casaba.

Una crueldad hacia alguien que se suponía que estaba al borde de la muerte.

Juego de Seducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora